miércoles, 26 de diciembre de 2012

Feliz Navidad

 Almudena Grandes - El País 24.12.2012
 A los culpables, a los corruptos, a los indiferentes, a los insolidarios, a los mentirosos, lo único que les deseo es que se intoxiquen con una ostra justiciera
A los que luchan por la dignidad de todos. A los huelguistas de la sanidad pública, a los combatientes de la marea verde, a los investigadores y científicos que no quieren emigrar, a los trabajadores de Canal Nou, a los de Telemadrid, a todos los periodistas que no han renunciado a su oficio, a los voluntarios que paran los desahucios, a los jueces que se niegan a que la justicia se convierta en un privilegio, a los farmacéuticos que se saltan la ley a la torera, a los que trabajan gratis en cualquier sector para mantener en pie los servicios que este Gobierno está arrebatando a los ciudadanos cuyos intereses debería proteger, a los que se movilizan, a los que se indignan, a los que protestan por ellos y por los demás.
A los pequeños héroes de la vida cotidiana. A los pensionistas que mantienen a sus hijos en paro con una pensión raquítica. A los abuelos que esta noche cenarán una tortilla francesa para que sus nietos no se queden sin juguetes. A las cocineras que harán milagros con el dinero que hace poco se gastaban sólo en turrón. A los que cantan y bailan con un sapo atravesado en la garganta. A los que van a contribuir a encender las luces de sus casas con la miseria que cobrarán el 8 de enero por veinte días de trabajo temporal, sirviendo mesas o empaquetando regalos. A los que recuerdan Navidades mucho más pobres, y se extrañan de que éstas nos den tanto miedo.
A los que lo están pasando mal. A los que no tienen trabajo, a los que no ven la luz, a quienes no duermen por las noches, a quienes sienten que les han robado el futuro. A todos ellos, cualquiera que sea el significado de esas palabras en este año maldito, feliz Navidad. A los demás, no. A los culpables, a los corruptos, a los indiferentes, a los insolidarios, a los mentirosos, lo único que les deseo es que se intoxiquen con una ostra justiciera. Ojalá.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Una boñiga


 
Del mismo modo que los alemanes, según Phil K. Dick, ganaron la II Guerra Mundial haciendo creer a los aliados que la habían perdido, quizá el teniente coronel Tejero, tras fingir que se rendía, tomó para siempre el Parlamento. Fruto de ese golpe de Estado sería la realidad actual, en la que rige una Constitución que es papel mojado en sus máximas aspiraciones, ya que ni los españoles somos iguales ante la ley (y después de Gallardón menos) ni, según la última reforma laboral, tenemos el derecho al trabajo que antes al menos se nos reconocía en la teoría. Todo ello por no hablar de la entelequia esa de la vivienda digna o del acceso a la sanidad y la educación públicas. Nos ha tocado en suerte, por si fuera poco, un ministro de Cultura beato cuya máxima aspiración es parecerse a un toro bravo españolista (no hay toros bravos simplemente españoles). Más aún: se indulta a los banqueros ladrones y a los torturadores declarados mientras se deja escapar con triquiñuelas jurídicas a los capos de mafia internacional. Así las cosas, cuando el PP compara al 15M con Tejero, no hace otra cosa que desviar la atención de sí mismo. Ellos son Tejero. No solo incumplen el programa que los llevó al poder, sino que saquean al ciudadano obedeciendo órdenes de las mafias financieras internacionales. Nada de lo que inspiró la Constitución del 78, comenzando por su preámbulo, sigue en pie ahora mismo. Es cierto que se mantiene la formalidad de votar cada cuatro años, aunque ya el ciudadano ha quedado advertido de que la relación del partido ganador con su programa no es vinculante y que el voto, por lo tanto, vale lo mismo que una boñiga. ¿Quiénes, pues, son los verdaderos okupas, los que están dentro del Parlamento, teledirigidos por intereses foráneos, o quienes son minuciosamente apaleados, y en todos los sentidos, a sus puertas?

 http://elpais.com/elpais/2012/12/13/opinion/1355425686_952146.html