Carlos Cano entró hace dos días en prisión para cumplir tres años por participar de un piquete informativo durante cuya actuación no hubo heridos, no hubo destrozos.
Hace poco, un hijo de Gallardón se libró del test de alcoholemia refugiándose, tras una aparatosa huida, en la casa de su padre. Peor fue el caso de Esperanza Aguirre, que se dio a la fuga derribando una moto de la policía cuando los agentes intentaban multarla. No paró hasta llegar a su domicilio, pese a los requerimientos de un coche patrulla desde el que, en paralelo al suyo, le daban órdenes de detenerse. Ya en casa, y frente a los requerimientos de los municipales, envió a sus escoltas-funcionarios públicos —a sueldo del contribuyente—, que salvaron también a la expresidenta de la Comunidad de Madrid de someterse, como es preceptivo, al test de alcoholemia. Usted y yo habríamos soplado, nos habrían analizado la saliva, habríamos dormido en el calabozo, y estaríamos ahora pendientes de un juicio por desobediencia a la autoridad, intento de agresión a la policía y desórdenes públicos, entre otros. Total, cuatro o cinco años de cárcel. Privilegios de clase, como el de la delincuencia organizada que, si se empeña, consigue una amnistía fiscal por la que regulariza lo defraudado a menor costo que si lo hubiera declarado en tiempo y forma.
He aquí, sin embargo, que Carlos Cano, un licenciado en Medicina de 25 años, entró hace dos días en prisión para cumplir tres años por participar en un piquete informativo durante cuya actuación no hubo heridos, no hubo destrozos, no hubo vandalismo ni evasión de capitales ni cohecho ni malversación de caudales públicos. No hubo nada, en fin, aunque esa nada le va a destrozar la vida. Es un caso, pero los hay a docenas. Estos jóvenes, perseguidos con saña en un país donde el presidente del Gobierno envía mensajes de apoyo a un delincuente, son los héroes de un tiempo por venir.
http://elpais.com/elpais/2014/07/17/opinion/1405588637_342818.html
Cualquier persona con dos dedos de frente sabe que las compañías eléctricas deberían estar nacionalizadas. O tan reguladas que no mereciera la pena explotarlas con los fines de lucro actuales. Resulta un disparate que en los meses de frío (aunque también en los de calor) el vatio salga a subasta como una obra de arte de Christie´s, para que pujen por él especuladores sin alma. Les falta enmarcarlo y ponerlo sobre un paño de terciopelo. Pero bueno, la historia es ésta: que el vatio se pone en manos de los subasteros, algunos de los cuales forman parte de las compañías que los han sacado a la venta. De ese modo, el precio sube o baja en función de sus intereses o del cabreo general.
Mientras se produce la subasta, hay miles de familias muertas de frío, apiñadas en los sofás de sus respectivos salones, bajo una manta vieja. Están mirando la tele, que consume poco, a ver si de la pantalla encendida surge un poquillo de calor. Pero lo que surge son los sistemas enloquecedores, cada día más, de calcular el precio de la electricidad. Es como si la mitad de los telediarios se dedicaran a hablar del precio del caviar, del que no sabemos si se subasta o va directamente de las manos del productor a las del consumidor. Una cosa está clara: que el caviar pasa por menos manos que el vatio, lo que significa que cuando llega al consumidor último es más barato, en términos relativos, que la luz.
La nacionalización de la electricidad debería ir en cualquier programa electoral decente. Permanezcamos, pues, atentos a la pantalla para ver qué partido político se atreve a sugerirlo. Una vez nacionalizada y convertida en un servicio público, desaparecerían los subasteros, los intermediarios, los vendedores de armas, los especuladores, y pagaríamos por ella lo que cuesta, no lo que vale, o al revés, ahora no caigo.
Hay un problema, y es que las eléctricas recogen con frecuencia a los expolíticos y los introducen en sus estructuras extorsionadoras a fin de que hagan lobby frente a sus excompañeros. Y lo hacen. De ahí la familia muerta de frío frente a un brasero que quizá ha empezado a desprender ya CO2. El país, en general, empieza a oler a anhídrido carbónico. ¿No nota usted problemas de respiración?
http://www.levante-emv.com/opinion/2014/04/30/problemas-respiratorios/1105708.html?utm_medium=rss
Estamos hechos polvo - Juan José Millás 18.1.2014 Diario de Mallorca
Érase un reino en el que las clases medias y bajas ni se querían ni tenían fe en el matrimonio.
-¿Defraudamos a Hacienda, cariño?,le preguntaba el esposo a la esposa.
-Que la defraude tu madre, respondía la esposa con acrimonia, signifique lo que signifique acrimonia.
Además de desatender los requerimientos de los maridos en orden a sus obligaciones fiscales, las mujeres rechazaban cualquier propuesta que se les hiciera para que pagaran al servicio en dinero negro, para la adquisición de viviendas imposibles o para la creación de empresas pantalla con las que ocultar los ingresos procedentes de actividades delictivas. No amaban a sus esposos, no creían en los sagrados deberes del matrimonio, eran mala gente.
Dios decidió entonces acabar con ese reino a menos que alguien diera, en un plazo de tiempo razonable, con una mujer justa. He aquí que una de las hijas del Rey se había casado con un hombre normal y corriente, un defraudador del montón, un tipo un poco sinvergüenza, un caradura, un buscavidas que empezó a tentar a la infanta con clases de merengue.
-¿Y con qué las pagaremos?,preguntó ella.
-Tú firma aquí y aquí y olvídate de lo demás, le dijo él.
Y la infanta, que creía por encima de todo en el matrimonio y que estaba muy enamorada de su esposo, firmó los papeles del merengue junto a los de la reforma del palacio, alquilándose de paso a sí misma sus habitaciones.
Luego, también por amor y en defensa del matrimonio tradicional, del de toda la vida, comenzó a tirar de la tarjeta de crédito de la empresa fantasma de la que era propietaria, junto a su esposo, al 50%. Una empresa creada por amor, para reforzar los vínculos del sagrado matrimonio. Y hubo un despacho de abogados que, conociendo la amenaza de Dios, buscó a la hija del Rey y la localizó e hizo al sumo hacedor grandes elogios de ella. Y vio Yahvé que en efecto había al menos una mujer que creía en el amor y en el matrimonio y mantuvo su amenaza en suspenso y, colorín colorado, estamos hechos polvo.
"Desde esa inviolabilidad civil y eclesiástica a la vez, domesticar el sexo de ellas. Colocar una frontera de concertinas entre la voluntad de las mujeres y su vientre"
Gallardón, el emperador de los úteros. Parece una cosa medieval. La historia de un hombre que sueña con pastorear el órgano reproductor de las hembras. Y que lo consigue. ¿Hay perversión mayor? Poseer un corral del tamaño de un país en el que permanezcan encerradas las vaginas de las mujeres, sus matrices, sus trompas de Falopio, los óvulos que desde las trompas ruedan hasta esa dimensión sagrada (“el aborto es sagrado”); tomar venganza de no haberse dado a luz a sí mismo; regresar, ahora como tirano, al paraíso del que se fue desalojado al nacer. Y sin el peligro de acabar en la cárcel como esos monstruos que raptan a las jóvenes y las reducen en sus sótanos a un ganado doméstico; como esos piernas sin educación que las animalizan hasta que las chicas logran asomar una mano por la ventana para escándalo de las sociedades biempensantes, que tanto hacen sin embargo para favorecer la dominación descrita más arriba.
No, no. Las cosas bien hechas: desde el corazón de la ley, desde la autoridad que proporciona ser el ministro de Justicia y exhibiendo, por si fuera poco, maneras de cardenal, de príncipe, manifestándose con el cinismo propio de un monseñor Camino. Desde esa inviolabilidad civil y eclesiástica a la vez, domesticar el sexo de ellas. Colocar una frontera de concertinas entre la voluntad de las mujeres y su vientre. De aquí hacia abajo, todo mío, de mis jueces, de mi capricho, de mis policías, de mis desórdenes venéreos, de mis fantasías más negras, de mis frustraciones menos confesables. Todo este territorio, desde la cintura hasta el nacimiento de los muslos, me pertenece ahora sin peligro porque yo soy la ley y porque me gusta la música y porque soy culto y porque pertenezco a una de las mejores familias del franquismo. Y porque a ver quién se atreve, con lo demócrata que parezco, a rechistarme.
http://elpais.com/elpais/2013/12/26/opinion/1388076661_291917.html
El ministro de Industria da la impresión de vivir en la peor de las oscuridades posibles: la mental. Habla como si tropezara todo el rato con los complementos directos de las frases, con los verbos, con los adverbios; como si tropezara a cada paso consigo mismo; como si su cargo constituyera un serio estorbo para su persona, o al revés; como si no encontrara el interruptor del sentido común, del pensamiento racional, de la honradez de base, de la verdad a secas. Se dice y se desdice como el que anda perdido en el interior de un laberinto psíquico o de una obsesión mercantil. ¿A quién se le ha ocurrido encargar el problema de la luz (que estos días es también el de la calefacción) a un individuo con esta tendencia a las tinieblas sintácticas?
¿Ustedes se han parado a pensar en el significado de la expresión "subasta eléctrica"? Significa, por lo visto, que hay unos señores en posesión de los vatios dispuestos a vendérselos al mejor postor. Como el que ha heredado una silla isabelina (si existen estas sillas) y la lleva a Christie´s para ver lo que le saca. A mí me importan un pito las sillas isabelinas, puedo vivir sin ellas, pero me quitan los vatios estos días de invierno y me muero. Sufro una regresión al frío de la infancia, cuando calentábamos las camas con botellas de La Casera rellenas de agua hirviente. No era raro que las botellas reventaran como seguramente han comenzado a reventar ya en pleno 2013, sin posguerra que justifique la barbaridad. Decíamos, pues, que sacan a subasta los vatios para que los especuladores jueguen con ellos, para que jueguen, es decir, con nuestro frío. En ocasiones, entre el poseedor del kilovatio y el consumidor final se introducen tres o cuatro especuladores que suben o bajan artificialmente, según les convenga, el precio de la electricidad. Es posible que algunos de esos especuladores estén a sueldo de estos señores de la luz.
-Puja hasta nueva orden.
Y el asalariado puja y puja por encima de nuestras posibilidades, de las de usted y las mías, que ahí estamos, tiritando bajo las mantas mientras esos individuos juegan con las cosas de comer. Observa uno el rostro perplejo del ministro de Industria, estudia sus idas y venidas y se pregunta si no estará a las órdenes del Poseedor del Vatio (con mayúsculas).
16.12.2013 laopiniondezamora.es
A ver, lo de la policía privada es la deificación del uniforme. El uniforme como identidad. Es falso que el hábito no haga al monje. Quizá fue cierto en alguna época, no en esta, no, ya nunca más. Uno escucha hablar, no sé, a Montoro, y se dice: Este señor no puede ser ministro de nada; como mucho, un jefe departamento con fama de gracioso, un animador de las comidas navideñas que se ríe de sus propios chistes, un indiscreto que cuenta cosas que solo puede conocer por su trabajo, un cotilla, un charlatán? Pues le ponemos el uniforme de ministro de Hacienda y ahí lo tienen, de ministro de Hacienda, que es tanto como decir que Báñez puede ser ministra de Trabajo o Mato de Sanidad. Y lo son, en efecto, de Trabajo y de Sanidad respectivamente. ¿Por qué? ¿Por méritos? Para nada. Por el uniforme.
De lo que no estamos seguros es de la distancia que va del uniforme al disfraz. En todo caso, el capitalismo furioso del que somos víctimas se está encargando de acortarla. En el futuro, usted será esto o lo otro, no cuando le den el uniforme correspondiente, sino cuando lo disfracen de tal. Muchas prendas que veníamos tomando por uniformes eran ya, de hecho, auténticos disfraces. Piensen, por poner un ejemplo, en Blesa, el expresidente de Caja Madrid. Esos trajes, esas camisas, esas corbatas que lucía en los cócteles parecían las partes de un uniforme de impecable diseño. Pues no: eran los fragmentos de un disfraz. Ponte esto, le dijo en su día Aznar a través de Esperanza Aguirre, y toma posesión. Seamos claros: daba el pego, de hecho vendió miles de millones de preferentes en cuatro días. Pero se trataba de un impostor al que el hábito había convertido en monje.
Hablando de hábitos, ¿por qué los curas de barrio ya no usan la sotana? Porque la sotana, con el paso del tiempo, había devenido de uniforme en disfraz. Se sentían disfrazados, lo que rebajaba la calidad de su ministerio. Ahora que la Iglesia abandona esos signos externos, los retoman las instituciones civiles. Vuelve el hábito, regresa el uniforme, está al caer el disfraz.
-Vístase usted esta chaqueta y estos pantalones. Hala, ya es policía nacional.
Tiempos duros para el raciocinio.
http://www.laopiniondezamora.es/opinion/2013/12/16/tiempos-duros-raciocinio/727625.html
El País 6.12.2013
Este es un país muy desgraciado, no por sus presidentes, cuya trayectoria personal es intachable, sino por la gente a la que admiran.
Rajoy, que sepamos, no es delincuente. Por eso nos extraña la profunda admiración que viene manifestando hacia ellos. Se derretía hablando de Carlos Fabra, de Jaume Matas, de Luis Bárcenas… Estaba dispuesto a dar la vida por tipos tan dudosos como Francisco Camps, el amiguito del alma de El Bigotes, y mantiene en su Gobierno, contra toda evidencia, a Ana Mato, cuya ignorancia sobre las marcas de automóviles empieza a ser una memez en relación a lo que está aflorando al abrir las cajas de la Gürtel. Está también el asunto de la Agencia Tributaria, que amnistió en su día a la delincuencia grande y que continúa deshaciéndose sin pausa de quienes se empeñan en meterle el dedo en el ojo a los millonarios evasores. Todo muy feo, especialmente si tenemos en cuenta que el presidente del Gobierno, sin que dudemos por eso de su honradez, ha faltado a su palabra en un par de años más que una persona normal a lo largo de una vida. Queremos decir que tiene dificultades con la verdad.
Este es un país muy desgraciado, no por sus presidentes, cuya trayectoria personal es intachable, sino por la gente a la que admiran. Felipe González, sin ir más lejos, ascendió a Galindo, luego condenado a 71 años de cárcel por crímenes atroces. Acompañó a la cárcel a Vera y a Barrionuevo para mostrarles su adhesión y puso la mano en el fuego por personas con las que usted y yo no iríamos al cine ni locos. La trayectoria de Aznar, fuera de pequeñeces como el apoyo a la guerra de Irak, donde desde la intervención de Bush se han producido más crímenes de los que podría soportar una conciencia media, es honrado a carta cabal, nadie lo duda. Pero reunió en la boda de su hija a una banda de malhechores que ha robado más de lo que a usted y a mí nos cabe en la imaginación. ¿Cómo explicar este divorcio entre lo que uno es y lo que a uno le gusta?
http://elpais.com/elpais/2013/12/05/opinion/1386251234_766479.html
La cueva prehistórica - lne.es 29.09.2013
El invierno pasado conocimos testimonios estremecedores de personas que apenas encendían la luz por miedo al recibo. Ni calefacción, ni vitrocerámica, ni plancha, ni bombillas de más de cuarenta vatios. Lo único que permanecía encendido en la oscuridad del frío hogar era la tele. Muchas viviendas adquirieron un tono como de cueva prehistórica. Vimos en la prensa fotos de familias enteras cuyos miembros, cubiertos con mantas, se agrupaban alrededor de la pantalla como nuestros antepasados alrededor de la hoguera. La tele tiene algo de hoguera fría. No puedes asar en sus rescoldos una rata, pero ves cómo se asan en ella, a fuego lento, los concursantes, los componentes del Campamento de Verano y demás programas en los que hay que sudar tinta china para pagar el recibo de la luz.
Ahora que la electricidad vuelve a subir, le vienen a uno las imágenes del invierno, con esa combinación de oscuridad y frío tan propia de los países del norte. Las placas de inducción, que con tanto cariño pusimos sintiéndonos centroeuropeos, se van a quedar sin estrenar. Quizá vuelva el butano, la bombona de butano de camping, en la que haremos deprisa una tortilla para la cena de los niños. Dice Rajoy que estamos saliendo de la recesión, pero no de la crisis, que viene a ser una variante pesimista de los brotes verdes y de la luz al final del túnel. Significa que avanzamos sin movernos del sitio. Entre tanto, los salarios bajan, la vida sube, y el paro no se arregla.
La subida del recibo de la luz, en estas oscuras circunstancias, tiene algo de metafórico.
-Es para que no veamos lo que ocurre -dice un vecino mal pensado.
Hace tiempo que del binomio luz y taquígrafos desaparecieron los taquígrafos, que están en el paro. Si ahora desaparece la luz, apaga y vámonos. Las eléctricas, por lo que vemos en la prensa, son ricas, incluso muy ricas, y obtienen enormes beneficios. ¿Por qué, entonces, esta nueva subida? Respuesta: porque, además de ser ricas, mandan mucho. Sin necesidad de presentarse a las elecciones, determinan la política económica del Gobierno. El Gobierno las podría nacionalizar, pero no se atreve. Les dan trabajo cuando abandonan el Congreso.
Ahora que la electricidad vuelve a subir, le vienen a uno las imágenes del invierno, con esa combinación de oscuridad y frío tan propia de los países del norte. Las placas de inducción, que con tanto cariño pusimos sintiéndonos centroeuropeos, se van a quedar sin estrenar. Quizá vuelva el butano, la bombona de butano de camping, en la que haremos deprisa una tortilla para la cena de los niños. Dice Rajoy que estamos saliendo de la recesión, pero no de la crisis, que viene a ser una variante pesimista de los brotes verdes y de la luz al final del túnel. Significa que avanzamos sin movernos del sitio. Entre tanto, los salarios bajan, la vida sube, y el paro no se arregla.
La subida del recibo de la luz, en estas oscuras circunstancias, tiene algo de metafórico.
-Es para que no veamos lo que ocurre -dice un vecino mal pensado.
Hace tiempo que del binomio luz y taquígrafos desaparecieron los taquígrafos, que están en el paro. Si ahora desaparece la luz, apaga y vámonos. Las eléctricas, por lo que vemos en la prensa, son ricas, incluso muy ricas, y obtienen enormes beneficios. ¿Por qué, entonces, esta nueva subida? Respuesta: porque, además de ser ricas, mandan mucho. Sin necesidad de presentarse a las elecciones, determinan la política económica del Gobierno. El Gobierno las podría nacionalizar, pero no se atreve. Les dan trabajo cuando abandonan el Congreso.
Nada caduca ya
La Nueva España www.lne.es 08.09.2013
¿Cuánto
dura un filete de vaca en la nevera, cuánto una merluza, cuánto un
huevo de gallina? Nos habíamos despreocupado del asunto gracias a las
etiquetas que marcan la caducidad, pero quizá regresen, y con más
fuerza, aquellas dudas existenciales de otro tiempo.
-¿Me lo como o no me lo como?
-Ponle un poco de ajo, que desinfecta, y fríelo.
La carne pasada se disimulaba con el sabor del ajo. Por eso en España se utiliza tanto esa liliácea, con perdón. Aseguraba un tío mío que si con un filete de pollo podre te arriesgas a una diarrea, con una sardina corrompida te mueres. Significa que el pescado dura menos que la carne, pero no sabemos cuánto. De ahí que nos pareciera un progreso que nos lo dijera el mismo que vendía el producto. He ahí una forma de responsabilidad.
-Este yogur está caducado.
-Pues tíralo a la basura.
Eso se acabó. Ahora te comes el yogur, y rebañas el bote, para agotar la caducidad hasta sus heces. La caducidad no la marcan ya la salud o el gusto, sino la necesidad.
Fíjense: en Grecia es legal desde hace unos días vender alimentos caducados. Tienen un sistema para descaducarlos consistente en rebajar su precio. No sabemos qué piensan de ello las autoridades sanitarias, si existe aún esta clase de instituciones. Primero nos dicen que los alimentos caducados se pueden comer porque solo pierden algunas de sus propiedades y a continuación se legaliza el atraco. El siguiente paso consistirá en la obligatoriedad de que los alimentos a la venta estén caducados.
Nos referimos tanto a Grecia porque parece que es el horizonte al que tendemos. Pero nos produce mucha desazón la posibilidad de vivir en un país caducado. Un país en el que consumiéramos, además de cerdo con triquinosis y huevos de gallina apestosos, cultura descompuesta, democracia podrida, condiciones laborales declinadas, políticos fermentados. Y que todo no pareciera normal (y legal) como en Grecia resulta normal (y legal) la venta de productos alimenticios pasados de fecha. Nada caduca ya, excepto nosotros. Nos están acortando la esperanza de vida.
-¿Me lo como o no me lo como?
-Ponle un poco de ajo, que desinfecta, y fríelo.
La carne pasada se disimulaba con el sabor del ajo. Por eso en España se utiliza tanto esa liliácea, con perdón. Aseguraba un tío mío que si con un filete de pollo podre te arriesgas a una diarrea, con una sardina corrompida te mueres. Significa que el pescado dura menos que la carne, pero no sabemos cuánto. De ahí que nos pareciera un progreso que nos lo dijera el mismo que vendía el producto. He ahí una forma de responsabilidad.
-Este yogur está caducado.
-Pues tíralo a la basura.
Eso se acabó. Ahora te comes el yogur, y rebañas el bote, para agotar la caducidad hasta sus heces. La caducidad no la marcan ya la salud o el gusto, sino la necesidad.
Fíjense: en Grecia es legal desde hace unos días vender alimentos caducados. Tienen un sistema para descaducarlos consistente en rebajar su precio. No sabemos qué piensan de ello las autoridades sanitarias, si existe aún esta clase de instituciones. Primero nos dicen que los alimentos caducados se pueden comer porque solo pierden algunas de sus propiedades y a continuación se legaliza el atraco. El siguiente paso consistirá en la obligatoriedad de que los alimentos a la venta estén caducados.
Nos referimos tanto a Grecia porque parece que es el horizonte al que tendemos. Pero nos produce mucha desazón la posibilidad de vivir en un país caducado. Un país en el que consumiéramos, además de cerdo con triquinosis y huevos de gallina apestosos, cultura descompuesta, democracia podrida, condiciones laborales declinadas, políticos fermentados. Y que todo no pareciera normal (y legal) como en Grecia resulta normal (y legal) la venta de productos alimenticios pasados de fecha. Nada caduca ya, excepto nosotros. Nos están acortando la esperanza de vida.
Compuestos y sin oposición - El País 6/9/2013
Así que Chacón se va para quedarse y Griñán se queda para irse y Rubalcaba está, pero no se le espera. Conviene mencionar también a Patxi López y a Madina, ese breve etcétera que permanece en una suerte de limbo existencial en el que los verbos irse, quedarse o permanecer significan poco o nada. A todo ese lío de egos y fugas, además de los falsos ERE andaluces y ahora también el espionaje catalán, lo llamamos partido, que es como llamar corporación internacional a la tienda de chinos. ¿Se imaginan ustedes a la Coca Cola en manos de esta directiva?
Ya, ya, no se apresuren, no es lo mismo. La Coca Cola sabe a dónde va y a quién ha de rendir cuentas, sabe dónde está el Debe y el Haber, conoce el precio de instalarse en Rusia y el significado de venderse en Israel. La Coca Cola, que parece una empresa, observada con perspectiva, es un partido político. El PSOE, que parece un partido político, empieza a comportarse como una empresa de refrescos. Una empresa que adora el escalafón y experta en tácticas para salir del día a día, aunque sin ninguna estrategia para acabar el año. Yo me quito de en medio, que viene la Diada. Yo me pongo de perfil para que no me vean. Yo hago una declaración de humildad en términos grandilocuentes, etcétera.
¿Y nosotros, qué? ¿Usted y yo, qué? Usted y yo frente a un Gobierno que en el río revuelto gobierna o desgobierna para los suyos, siendo los suyos los Bárcenas de siempre, las Ana Mato de toda la vida, los Sepúlveda de buena familia, los empresarios de abolengo, signifique lo que signifique abolengo. ¿Usted y yo qué, pendientes de un ERE devastador, de una ley de la oferta y la demanda en las que siempre caemos del lado malo? ¿Usted y yo qué, mientras una se va a Miami, el otro al Senado y el otro ni come ni deja comer? ¿Usted y yo qué, coño, aquí, compuestos y sin oposición?
Ya, ya, no se apresuren, no es lo mismo. La Coca Cola sabe a dónde va y a quién ha de rendir cuentas, sabe dónde está el Debe y el Haber, conoce el precio de instalarse en Rusia y el significado de venderse en Israel. La Coca Cola, que parece una empresa, observada con perspectiva, es un partido político. El PSOE, que parece un partido político, empieza a comportarse como una empresa de refrescos. Una empresa que adora el escalafón y experta en tácticas para salir del día a día, aunque sin ninguna estrategia para acabar el año. Yo me quito de en medio, que viene la Diada. Yo me pongo de perfil para que no me vean. Yo hago una declaración de humildad en términos grandilocuentes, etcétera.
¿Y nosotros, qué? ¿Usted y yo, qué? Usted y yo frente a un Gobierno que en el río revuelto gobierna o desgobierna para los suyos, siendo los suyos los Bárcenas de siempre, las Ana Mato de toda la vida, los Sepúlveda de buena familia, los empresarios de abolengo, signifique lo que signifique abolengo. ¿Usted y yo qué, pendientes de un ERE devastador, de una ley de la oferta y la demanda en las que siempre caemos del lado malo? ¿Usted y yo qué, mientras una se va a Miami, el otro al Senado y el otro ni come ni deja comer? ¿Usted y yo qué, coño, aquí, compuestos y sin oposición?
Somos la leche
JUAN JOSÉ MILLÁS La Opinión de Murcia 25.08.2013
En Adif tienen de todo menos vergüenza y jefes de seguridad. Lo de la vergüenza lo sospechábamos porque nadie ha dimitido todavía. Lo de los jefes de seguridad, porque le han devuelto la carta al juez asegurándole que las cosas, en esa empresa, no funcionan de ese modo. Empezábamos a intuirlo, sobre todo después del accidente. Si hubieran tenido un jefe de seguridad, se habría dado cuenta de que la curva de Angrois no disponía del sistema de frenado inherente a su peligro. Cuando se descubrió la rapidez, se inventaron a la vez los frenos, de manera que hubiera siempre una proporción, una simetría, un equilibrio entre los kilómetros/hora y la capacidad para detener la máquina. Significa que a nadie se le ocurriría dotar a una moto de carreras de unos frenos de bicicleta de paseo. Y si se le ocurriera y el piloto tuviera un accidente, pediría perdón y se iría a su casa.
Un tren que va casi a 300 y que tiene que reducir de repente a 80 debería estar dotado de algo más que de un conductor atento a la pantalla. El conductor atento a la pantalla puede sufrir un despiste, volverse loco o distraerse con una llamada telefónica inoportuna. Un maquinista, en la situación descrita, es el equivalente a unos frenos de bicicleta en un reactor. Esto lo hemos empezado a entender usted y yo, personas de la calle, ahora, pero lo hemos entendido deprisa porque los muertos no se hacen esperar, sobre todo cuando se cuentan por decenas.
Pero aquí cuando los muertos se cuentan por decenas es cuando las autoridades reaccionan más tarde. Aquí hemos tenido un Yakolev sin que el ministro responsable recibiera la sanción alguna. Es más, parece que fue ascendido y anda por ahí de embajador. Aquí hemos tenido olvidado lo del metro de Valencia hasta hace cuatro días, cuando lo de Jordi Évole en la tele. Aquí hemos tenido un Spanair en el que se echó la culpa al muerto. Ahora tenemos un Adif que no sabe, no contesta y que para más inri es el dueño de las infraestructuras, no de los trenes, división inteligente donde las haya y cuyos resultados se van evidenciando. Así las cosas, es normal que no sepan a quién enviar al juez ni quién debe cesar por respeto a sí mismo y a los familiares de los muertos. ¿Somos o no somos la leche?
Un tren que va casi a 300 y que tiene que reducir de repente a 80 debería estar dotado de algo más que de un conductor atento a la pantalla. El conductor atento a la pantalla puede sufrir un despiste, volverse loco o distraerse con una llamada telefónica inoportuna. Un maquinista, en la situación descrita, es el equivalente a unos frenos de bicicleta en un reactor. Esto lo hemos empezado a entender usted y yo, personas de la calle, ahora, pero lo hemos entendido deprisa porque los muertos no se hacen esperar, sobre todo cuando se cuentan por decenas.
Pero aquí cuando los muertos se cuentan por decenas es cuando las autoridades reaccionan más tarde. Aquí hemos tenido un Yakolev sin que el ministro responsable recibiera la sanción alguna. Es más, parece que fue ascendido y anda por ahí de embajador. Aquí hemos tenido olvidado lo del metro de Valencia hasta hace cuatro días, cuando lo de Jordi Évole en la tele. Aquí hemos tenido un Spanair en el que se echó la culpa al muerto. Ahora tenemos un Adif que no sabe, no contesta y que para más inri es el dueño de las infraestructuras, no de los trenes, división inteligente donde las haya y cuyos resultados se van evidenciando. Así las cosas, es normal que no sepan a quién enviar al juez ni quién debe cesar por respeto a sí mismo y a los familiares de los muertos. ¿Somos o no somos la leche?
En chirona
19.06.2013 diariodemallorca.es
Tendríamos
que nombrar usted y yo un grupo de expertos que calificara el acto de
incumplir de arriba abajo un programa electoral. Un grupo de expertos
que estudiara a fondo lo del piso franco de la red Gürtel, sufragado por
el PP, y en el que vive gratis González-Pons, que cobra a su vez del
erario público una cantidad equis en concepto de gastos de vivienda. Una
comisión de expertos capaz de explicar por qué asuntos tan graves como
la enfermedad de las personas se pone en manos de tenderos para los que
la salud es una mercancía perecedera. Una comisión de expertos que
estudiara a fondo a esa oposición política que en un asunto tan grave
como el del recorte de las pensiones se apunta, sin más ni más, a lo que
digan los sindicatos. La comisión examinaría a fondo el caso Wert y el
caso Bárcenas y el caso Ana Mato y el caso Gürtel y el caso Gallardón y
el caso Montoro y el caso Guindos, y el caso Aznar y el caso Campeón y
el caso de los ERE de Andalucía, todos los casos, en fin, que forman El
CASO, periódico inexistente porque lo ha suplantado la realidad.
Si usted y yo nombráramos una comisión de expertos que estudiara EL CASO, con mayúscula, o los casos, con minúscula, las conclusiones de los expertos, por parciales que fueran, harían saltar por los aires todo el teatrillo. Una comisión de expertos que estudiara, por ejemplo, para qué sirve el voto, además de coartada para las troikas que dirigen el mundo. Que nos pusiera al día de lo que sucedió realmente hace diez años en la asamblea de Madrid, cuando de un día para otro se privatizó el sufragio universal a fin que gobernaran los constructores de campos de golf. Una comisión que levantara las alfombras de todos los despachos de todas las bankias que sufrimos. Una comisión que nos explicara cómo Bárcenas sale y entra y se mueve con una libertad incompatible con los millones que van apareciendo en sus cuentas suizas. Una comisión rigurosa, se entiende, como la que ha aconsejado al Gobierno recortar las pensiones y evitar su actualización para que los ancianos corran con la lengua fuera detrás de su capacidad de compra. Si nombráramos usted y yo una comisión de comisiones, no habría sitio en las cárceles para meter a tanto delincuente.
http://www.diariodemallorca.es/opinion/2013/06/19/chirona/854057.html
Si usted y yo nombráramos una comisión de expertos que estudiara EL CASO, con mayúscula, o los casos, con minúscula, las conclusiones de los expertos, por parciales que fueran, harían saltar por los aires todo el teatrillo. Una comisión de expertos que estudiara, por ejemplo, para qué sirve el voto, además de coartada para las troikas que dirigen el mundo. Que nos pusiera al día de lo que sucedió realmente hace diez años en la asamblea de Madrid, cuando de un día para otro se privatizó el sufragio universal a fin que gobernaran los constructores de campos de golf. Una comisión que levantara las alfombras de todos los despachos de todas las bankias que sufrimos. Una comisión que nos explicara cómo Bárcenas sale y entra y se mueve con una libertad incompatible con los millones que van apareciendo en sus cuentas suizas. Una comisión rigurosa, se entiende, como la que ha aconsejado al Gobierno recortar las pensiones y evitar su actualización para que los ancianos corran con la lengua fuera detrás de su capacidad de compra. Si nombráramos usted y yo una comisión de comisiones, no habría sitio en las cárceles para meter a tanto delincuente.
http://www.diariodemallorca.es/opinion/2013/06/19/chirona/854057.html
El síntoma y la enfermedad
diariodemallorca.es 08.06.2013
Todo barrio tiene sus terminales nerviosas. Por ellas sabemos dónde le duele, incluso por qué. En el mío, por ejemplo, hay dos colegios públicos excelentes tanto desde el punto de vista de las instalaciones como desde el de la transmisión de los conocimientos. Lo sé por los comentarios de mis vecinos, casi unánimes a la hora de resaltar las virtudes señaladas. Estos colegios no habían tenido hasta hace poco problemas de plazas. Podías elegir entre uno y otro sabiendo que te tocaría el solicitado en primer lugar. En el peor de los casos, el segundo.
Ahora, sin embargo, el asunto está difícil. La demanda es muy superior a la oferta de plazas y parece que el criterio de proximidad carece del valor de antaño. Las dificultades tienen que ver también con el hecho de que muchos niños que acudían a la enseñanza privada han recalado, por la crisis, en la pública. Los colegios públicos, decíamos, como terminación nerviosa. Me acerco ahora al mercado y visito un puesto de carne en el que siempre había cola porque vendían muy buen género.
-¿Cómo va la cosa? „pregunto.
-Mal, ya lo ves. Ahora hay más gente en la casquería.
La carnicería y la casquería, otras dos terminaciones nerviosas que envían al cerebro señales de que algo no va como debería. Pero en mi barrio hay también una iglesia evangélica en cuya puerta, las tardes de los jueves, se percibe una actividad desusada. Creo que es el día en el que entregan alimentos para la gente más necesitada. Esta iglesia, que empezó de la nada hace cinco o seis años, es ahora mismo un punto de encuentro que la convierte en una de las terminaciones nerviosas más sensibles del barrio. Curiosamente, el edificio en el que se encontraba la Iglesia católica de toda la vida (vivo aquí desde hace muchos años) se ha transformado en una gigantesca tienda de chinos. Para mí es un caso insólito, casi diría que único. No lo había visto nunca. La tienda de chinos, en fin, otra terminación nerviosa.
Hay más, pero no muchas más. A través de ellas puedes tomar la temperatura a un grupo de vecinos. La temperatura, aquí, es alta. Entre unos y otros, procuramos aliviar la fiebre, que es el síntoma, pero no tenemos ni idea de qué hacer con la enfermedad.
Ahora, sin embargo, el asunto está difícil. La demanda es muy superior a la oferta de plazas y parece que el criterio de proximidad carece del valor de antaño. Las dificultades tienen que ver también con el hecho de que muchos niños que acudían a la enseñanza privada han recalado, por la crisis, en la pública. Los colegios públicos, decíamos, como terminación nerviosa. Me acerco ahora al mercado y visito un puesto de carne en el que siempre había cola porque vendían muy buen género.
-¿Cómo va la cosa? „pregunto.
-Mal, ya lo ves. Ahora hay más gente en la casquería.
La carnicería y la casquería, otras dos terminaciones nerviosas que envían al cerebro señales de que algo no va como debería. Pero en mi barrio hay también una iglesia evangélica en cuya puerta, las tardes de los jueves, se percibe una actividad desusada. Creo que es el día en el que entregan alimentos para la gente más necesitada. Esta iglesia, que empezó de la nada hace cinco o seis años, es ahora mismo un punto de encuentro que la convierte en una de las terminaciones nerviosas más sensibles del barrio. Curiosamente, el edificio en el que se encontraba la Iglesia católica de toda la vida (vivo aquí desde hace muchos años) se ha transformado en una gigantesca tienda de chinos. Para mí es un caso insólito, casi diría que único. No lo había visto nunca. La tienda de chinos, en fin, otra terminación nerviosa.
Hay más, pero no muchas más. A través de ellas puedes tomar la temperatura a un grupo de vecinos. La temperatura, aquí, es alta. Entre unos y otros, procuramos aliviar la fiebre, que es el síntoma, pero no tenemos ni idea de qué hacer con la enfermedad.
http://www.diariodemallorca.es/opinion/2013/06/08/sintoma-enfermedad/851498.html
¿Aznar vuelve o devuelve?
JUAN JOSÉ MILLÁS 26 MAY 2013 El País
Se
puede salir de la nada y llegar a la más profunda de las miserias. Pero
no sabemos cómo se da el salto de referente a desreferente.
Sabemos
por Groucho Marx que se puede salir de la nada y llegar, a base de
trabajar y trabajar, a la más profunda de las miserias. Pero no tenemos
ni idea de cómo se da el salto de referente a desreferente. A lo mejor
no se da una vez, sino a plazos, como en las carreras de obstáculos.
Empieza uno disfrazándose de Cid Campeador y acaba con los pies encima
de la mesa, imitando a Bush en una escena digna de Zelig, la película de
Woody Allen en la que el protagonista, un tipo inseguro, se transforma
literalmente en la persona que tiene al lado para pasar inadvertido. Lo
que parecía sin embargo una solución a su complejo de inferioridad,
multiplica el problema, ya que, en vez de confundirse con el paisaje,
acaba destacando en él más que una gota de semen en una sotana.
Significa que cuando Aznar se disfraza de Cid Campeador en medio de Castilla, dejas de ver Castilla, por mucho lugar que ocupe en la foto o en la historia, pues todas tus energías mentales se desvían hacia el camaleón. No puedes dejar de observar a ese Cid de mirada mezquina, que parece sacado de una tienda de chinos, como no puedes dejar de mirar, en un terrario, al saurópsido escamoso que cambia su color natural, si lo tiene, por el del ambiente en el que se encuentra.
¿Creen ustedes que alguien obligó a Aznar a colocarse el yelmo de Rodrigo Díaz, que le cae como a un Cristo dos pistolas? ¿Creen que recibió órdenes de poner los pies sobre la mesa con ese gesto de borrachín que en un exalcohólico yanqui, con las neuronas destrozadas, podría pasar como idiosincrásico, signifique lo que signifique idiosincrásico, pero que produce lástima en un dirigente de la vieja Europa? ¿Creen que alguien le puso una pistola en el pecho para aparecer en la fotografía de las Azores con ese rizo de superhéroe, cuando lo que se estaba fraguando era un asunto de villanos, una historia de criminales natos que ha provocado más de cien mil muertos entre la población civil de Irak? ¿Creen que alguien sugirió al expresidente que hiciera la peineta en la universidad de Oviedo para adaptarse al supuesto desenfado de una atmósfera estudiantil? ¿Creen que montó sin darse cuenta, por mero amor paterno-filial, esa boda esperpéntica, llena de gánsteres, sobre la que dentro de un siglo se continuarán escribiendo sainetes? ¿Creen que un asesor de imagen le aconsejó la utilización del acento tejano en aquella histórica rueda de prensa posterior a su reunión con Bush?
En absoluto, todo lo hizo voluntariamente, estimulado por un ardor colérico, para tapar ese agujero lleno de ruido y furia de su psique, el agujero donde en otros se halla la identidad. Si no soy capaz de ser Aznar, se dijo, seré el Cid Campeador, seré George W. Bush, incluso seré Berlusconi (lleva un tiempo intentándolo), cualquier cosa antes que soportar este vacío que ni el bigote primero, ni los abdominales después o los pectorales más tarde han logrado ocultar a los otros y a mí mismo. Un problema esto de no gustarse, se lo digo a ustedes por experiencia propia. Yo mismo daría cualquier cosa por ser otro, aunque no encuentro el interruptor del cambio. Quiere decirse que soy la primera desreferencia de mi vida al modo en que otros son alérgicos a la propia caca. Y perdón por esta incursión subjetiva, de orden personal, en un texto de carácter científico.
Referentes y desreferentes, decíamos. Desde lo de Aznar en Antena 3, donde, transformado miméticamente en su perro, cogió a Rajoy por el cuello y no lo soltó ya el resto la noche, muchos militantes del PP, no sabiendo qué opinar, por si Aznar vuelve, o qué desopinar, por si devuelve, se limitan a afirmar que el expresidente es una referencia.
— José María Aznar es una referencia en el partido.
La frase compromete poco. Se puede decir de cualquiera que haya salido tres o cuatro veces en la tele. Se puede decir de Bárcenas, de Blesa (que intenta ser el Zelig de Aznar, aunque no le llega), se puede decir hasta de Urdangarin, que hacía con su señora muchos chistes sobre el expresidente.
— Urdangarin es un referente.
— Referente de qué.
— Ahí es donde usted me ha pillado, solo pretendía ser amable.
Quiere decirse que cuando se afirma de alguien que es una referencia conviene añadir un complemento, de otro modo podría interpretarse como que en realidad se ha querido expresar lo contrario. En efecto, Urdangarin, de ser una referencia, sería de carácter negativo, en otras palabras, una desreferencia. Si lo único que son capaces de predicar de Aznar en el PP es que es una referencia, así, a secas, mal asunto. Significaría que, a lo largo de la carrera de obstáculos que ha constituido su vida, reflejada en un álbum de fotos que da vergüenza ver, ha devenido de referente en desreferente. Por no decir que, habiendo salido de la nada, ha llegado, a base de trabajar y trabajar, a la más profunda de las miserias.
Significa que cuando Aznar se disfraza de Cid Campeador en medio de Castilla, dejas de ver Castilla, por mucho lugar que ocupe en la foto o en la historia, pues todas tus energías mentales se desvían hacia el camaleón. No puedes dejar de observar a ese Cid de mirada mezquina, que parece sacado de una tienda de chinos, como no puedes dejar de mirar, en un terrario, al saurópsido escamoso que cambia su color natural, si lo tiene, por el del ambiente en el que se encuentra.
¿Creen ustedes que alguien obligó a Aznar a colocarse el yelmo de Rodrigo Díaz, que le cae como a un Cristo dos pistolas? ¿Creen que recibió órdenes de poner los pies sobre la mesa con ese gesto de borrachín que en un exalcohólico yanqui, con las neuronas destrozadas, podría pasar como idiosincrásico, signifique lo que signifique idiosincrásico, pero que produce lástima en un dirigente de la vieja Europa? ¿Creen que alguien le puso una pistola en el pecho para aparecer en la fotografía de las Azores con ese rizo de superhéroe, cuando lo que se estaba fraguando era un asunto de villanos, una historia de criminales natos que ha provocado más de cien mil muertos entre la población civil de Irak? ¿Creen que alguien sugirió al expresidente que hiciera la peineta en la universidad de Oviedo para adaptarse al supuesto desenfado de una atmósfera estudiantil? ¿Creen que montó sin darse cuenta, por mero amor paterno-filial, esa boda esperpéntica, llena de gánsteres, sobre la que dentro de un siglo se continuarán escribiendo sainetes? ¿Creen que un asesor de imagen le aconsejó la utilización del acento tejano en aquella histórica rueda de prensa posterior a su reunión con Bush?
En absoluto, todo lo hizo voluntariamente, estimulado por un ardor colérico, para tapar ese agujero lleno de ruido y furia de su psique, el agujero donde en otros se halla la identidad. Si no soy capaz de ser Aznar, se dijo, seré el Cid Campeador, seré George W. Bush, incluso seré Berlusconi (lleva un tiempo intentándolo), cualquier cosa antes que soportar este vacío que ni el bigote primero, ni los abdominales después o los pectorales más tarde han logrado ocultar a los otros y a mí mismo. Un problema esto de no gustarse, se lo digo a ustedes por experiencia propia. Yo mismo daría cualquier cosa por ser otro, aunque no encuentro el interruptor del cambio. Quiere decirse que soy la primera desreferencia de mi vida al modo en que otros son alérgicos a la propia caca. Y perdón por esta incursión subjetiva, de orden personal, en un texto de carácter científico.
Referentes y desreferentes, decíamos. Desde lo de Aznar en Antena 3, donde, transformado miméticamente en su perro, cogió a Rajoy por el cuello y no lo soltó ya el resto la noche, muchos militantes del PP, no sabiendo qué opinar, por si Aznar vuelve, o qué desopinar, por si devuelve, se limitan a afirmar que el expresidente es una referencia.
— José María Aznar es una referencia en el partido.
La frase compromete poco. Se puede decir de cualquiera que haya salido tres o cuatro veces en la tele. Se puede decir de Bárcenas, de Blesa (que intenta ser el Zelig de Aznar, aunque no le llega), se puede decir hasta de Urdangarin, que hacía con su señora muchos chistes sobre el expresidente.
— Urdangarin es un referente.
— Referente de qué.
— Ahí es donde usted me ha pillado, solo pretendía ser amable.
Quiere decirse que cuando se afirma de alguien que es una referencia conviene añadir un complemento, de otro modo podría interpretarse como que en realidad se ha querido expresar lo contrario. En efecto, Urdangarin, de ser una referencia, sería de carácter negativo, en otras palabras, una desreferencia. Si lo único que son capaces de predicar de Aznar en el PP es que es una referencia, así, a secas, mal asunto. Significaría que, a lo largo de la carrera de obstáculos que ha constituido su vida, reflejada en un álbum de fotos que da vergüenza ver, ha devenido de referente en desreferente. Por no decir que, habiendo salido de la nada, ha llegado, a base de trabajar y trabajar, a la más profunda de las miserias.
La patria como pasta
JUAN JOSÉ MILLÁS laopinioncoruna.es 21.05.2013
Lo que más alarma del asunto Blesa, que es el asunto Caja Madrid, que es el asunto Bankia, que es el asunto que a usted y a mí, como contribuyentes, nos ha costado ya más de 20.000 millones de euros, lo que más alarma, decíamos, no es que Blesa fuese como era, como presuntamente es todavía, eso lo lleva escrito en la cara, en sus poses, en sus camisas de cuello tipo iguana, en el modo de meterse las manos en los bolsillos, lo lleva escrito en los rizos de la nuca, lo llevaba escrito ya en la boda de la hija de Aznar, como Correa, esa boda sigue siendo una fuente inagotable de información bursátil, signifique lo que signifique bursátil, de modo que lo que más alarma no es todo eso, no, no, no, qué va, lo que más alarma no son sus semejanzas con Villalonga o Vilallonga, ahora no caigo, el otro compañero de pupitre de Aznar, que se refugió en Miami tras levantar en la Telefónica recién privatizada una pasta inverosímil, lo que alarma de verdad, lo que a un servidor le produce escalofríos, es que hubiera gente del PSOE y de IU y de CCOO y de UGT riéndole las gracias y firmando a ciegas sus decisiones en el famoso consejo de Caja Madrid. Punto, ya era hora, empezaba uno a ahogarse.
Eso es lo que peor llevamos, si me permiten utilizar el plural solidario, esa complicidad, esa connivencia, ese trajín de compadreos del que no ha quedado nadie fuera. Se pregunta qué hacían allí los representantes de los sindicatos y de los demás partidos políticos, se lo pregunta uno todo el día y toda la noche, y se lo pregunta mientras espera el autobús, y mientras se cepilla los dientes, y no halla más que una respuesta: llevarse 300.000 euros del ala al año. Es terrible tropezar una y otra vez con la misma respuesta, por más que uno busque resquicios, agujeros, rendijas, en fin, por las que pueda aparecer otra. Que estaban allí, digamos, para controlar la obra social, o para vigilar el dinero de los depositantes o para rechazar propuestas locas como la de comprar un banco por del doble de su valor. Pues no, ninguna de esas respuestas encaja. Estaban ahí por la pasta, y solo por la pasta, como si la pasta fuera una patria, que lo es.
Dios mío.
Lo que más alarma del asunto Blesa, que es el asunto Caja Madrid, que es el asunto Bankia, que es el asunto que a usted y a mí, como contribuyentes, nos ha costado ya más de 20.000 millones de euros, lo que más alarma, decíamos, no es que Blesa fuese como era, como presuntamente es todavía, eso lo lleva escrito en la cara, en sus poses, en sus camisas de cuello tipo iguana, en el modo de meterse las manos en los bolsillos, lo lleva escrito en los rizos de la nuca, lo llevaba escrito ya en la boda de la hija de Aznar, como Correa, esa boda sigue siendo una fuente inagotable de información bursátil, signifique lo que signifique bursátil, de modo que lo que más alarma no es todo eso, no, no, no, qué va, lo que más alarma no son sus semejanzas con Villalonga o Vilallonga, ahora no caigo, el otro compañero de pupitre de Aznar, que se refugió en Miami tras levantar en la Telefónica recién privatizada una pasta inverosímil, lo que alarma de verdad, lo que a un servidor le produce escalofríos, es que hubiera gente del PSOE y de IU y de CCOO y de UGT riéndole las gracias y firmando a ciegas sus decisiones en el famoso consejo de Caja Madrid. Punto, ya era hora, empezaba uno a ahogarse.
Eso es lo que peor llevamos, si me permiten utilizar el plural solidario, esa complicidad, esa connivencia, ese trajín de compadreos del que no ha quedado nadie fuera. Se pregunta qué hacían allí los representantes de los sindicatos y de los demás partidos políticos, se lo pregunta uno todo el día y toda la noche, y se lo pregunta mientras espera el autobús, y mientras se cepilla los dientes, y no halla más que una respuesta: llevarse 300.000 euros del ala al año. Es terrible tropezar una y otra vez con la misma respuesta, por más que uno busque resquicios, agujeros, rendijas, en fin, por las que pueda aparecer otra. Que estaban allí, digamos, para controlar la obra social, o para vigilar el dinero de los depositantes o para rechazar propuestas locas como la de comprar un banco por del doble de su valor. Pues no, ninguna de esas respuestas encaja. Estaban ahí por la pasta, y solo por la pasta, como si la pasta fuera una patria, que lo es.
Dios mío.
En paradero desconocido
18-05-2013 diarioinformacion.com
Bueno, ya vamos sabiendo en qué consiste ser de derechas ahora, a estas alturas del siglo XXI. Rajoy es de derechas, Montoro es derechas, De Guindos es de derechas, Ana Mato y Fátima Báñez son de derechas, igual que Gallardón o Morenés o Wert. Punto. Esta es la derecha del siglo XXI, la derecha moderna, queremos decir, la contemporánea al menos. Quizá lo contemporáneo y lo moderno no coincidan, no siempre, pero dejemos ahí las cosas. Lo que pretendíamos era huir de la expresión de "derecha de toda la vida". No. Se supone que la derecha ha evolucionado y que la de hoy no es la misma que la del año 80. La del año 80, por ejemplo, estaba en contra de la ley del divorcio. Quizá la de 2013 también, pero se lo calla
Ahora nos gustaría saber en qué consiste ser de izquierdas sin caer tampoco en historicismos de urgencia. En qué consistiría ser de izquierdas hoy, ahora, en este instante en el que la derecha es lo que se ha visto más arriba. El problema es que los partidos de la izquierda no tienen ni idea, que es como si un ingeniero no supiera cómo es un ingeniero. Se dice que el problema del PSOE es Rubalcaba porque hay que decir algo y porque Rubalcaba ha dejado el número de cadáveres preciso, la masa crítica, que diría un sociólogo, para despertar los odios con los que se afeita cada día. Ahora bien, ¿usted ha escuchado a alguien del PSOE un discurso específico, identitario, un discurso que, al escucharlo, le dieran ganas de decir: eso debe de ser de izquierdas? No, a nadie, desde hace años. ¿Por qué? Porque no tienen ni idea, no lo saben. Y eso la gente se lo huele y lo manifiesta en las intenciones de voto.
¿Qué es ser de izquierdas ahora mismo, hoy, en este mismo instante? ¿Cómo reaccionaría una persona de izquierdas frente a la evidente pérdida de soberanía que venimos sufriendo, frente a las carencias democráticas actuales? ¿Cómo reaccionaría una persona de izquierdas frente al deterioro brutal de la educación, la sanidad, el trabajo, la vida de diario y la de los domingos y fiestas de guardar? No preguntamos cómo reaccionaría el PSOE, sino cómo reaccionaría la izquierda. Y no lo sabemos porque se encuentra en paradero desconocido.
http://www.diarioinformacion.com/opinion/2013/05/18/paradero-desconocido/1375069.html
Bueno, ya vamos sabiendo en qué consiste ser de derechas ahora, a estas alturas del siglo XXI. Rajoy es de derechas, Montoro es derechas, De Guindos es de derechas, Ana Mato y Fátima Báñez son de derechas, igual que Gallardón o Morenés o Wert. Punto. Esta es la derecha del siglo XXI, la derecha moderna, queremos decir, la contemporánea al menos. Quizá lo contemporáneo y lo moderno no coincidan, no siempre, pero dejemos ahí las cosas. Lo que pretendíamos era huir de la expresión de "derecha de toda la vida". No. Se supone que la derecha ha evolucionado y que la de hoy no es la misma que la del año 80. La del año 80, por ejemplo, estaba en contra de la ley del divorcio. Quizá la de 2013 también, pero se lo calla
Ahora nos gustaría saber en qué consiste ser de izquierdas sin caer tampoco en historicismos de urgencia. En qué consistiría ser de izquierdas hoy, ahora, en este instante en el que la derecha es lo que se ha visto más arriba. El problema es que los partidos de la izquierda no tienen ni idea, que es como si un ingeniero no supiera cómo es un ingeniero. Se dice que el problema del PSOE es Rubalcaba porque hay que decir algo y porque Rubalcaba ha dejado el número de cadáveres preciso, la masa crítica, que diría un sociólogo, para despertar los odios con los que se afeita cada día. Ahora bien, ¿usted ha escuchado a alguien del PSOE un discurso específico, identitario, un discurso que, al escucharlo, le dieran ganas de decir: eso debe de ser de izquierdas? No, a nadie, desde hace años. ¿Por qué? Porque no tienen ni idea, no lo saben. Y eso la gente se lo huele y lo manifiesta en las intenciones de voto.
¿Qué es ser de izquierdas ahora mismo, hoy, en este mismo instante? ¿Cómo reaccionaría una persona de izquierdas frente a la evidente pérdida de soberanía que venimos sufriendo, frente a las carencias democráticas actuales? ¿Cómo reaccionaría una persona de izquierdas frente al deterioro brutal de la educación, la sanidad, el trabajo, la vida de diario y la de los domingos y fiestas de guardar? No preguntamos cómo reaccionaría el PSOE, sino cómo reaccionaría la izquierda. Y no lo sabemos porque se encuentra en paradero desconocido.
http://www.diarioinformacion.com/opinion/2013/05/18/paradero-desconocido/1375069.html
ETA y el aborto
Juan José Millás - diarioinformacion.com 10.05.2013
Seamos sinceros: a ministro de Cultura llega cualquiera, y no lo decimos por Wert, que es un buen ejemplo, sino en general, por los que hemos ido teniendo o padeciendo a lo largo de los años. Con decir que Esperanza Aguirre ocupó ese departamento ya está dicho todo. Esperanza Aguirre, por si ustedes no caen, es la señora que se refería a Ruiz Gallardón, su compañero de partido, como "el hijopunta ese" al que habían logrado arrebatar un puesto en el consejo de Caja Madrid. No sabemos si, fruto de aquel arrebato, pasó luego lo que pasó en la entidad financiera. Hay otros ministerios para los que tampoco hace falta una preparación especial. Si el de Sanidad, por ejemplo, requiriera un grado de sentido común superior al de la media, no podría ocuparlo Ana Mato. No seremos ser crueles con ella. Entren en youtube y pinchen cualquiera de sus declaraciones acerca de cualquier asunto humano o divino. Tampoco el de trabajo, habida cuenta de la idiosincrasia de la ministra Báñez, exige estudios superiores, ni siquiera inferiores. Basta con ser devoto o devota de la Virgen del Rocío, que tanto hace por aliviar nuestro paro.
Podríamos continuar citando departamentos cuyo único mérito para dirigirlos consistiría en estar en el sitio adecuado en el momento adecuado. Se lo decía Zapatero a su mujer todas las noches: "No te maginas, Sonsoles, la cantidad de gente que podría presidir España". Quien dice España, dice Cataluña o Extremadura o la Comunidad Valenciana. A medida que uno se hace mayor y repasa los nombres que ocuparon puestos claves de la política o de las finanzas, incluso puestos claves del mundo sindical, tiene que reconocer que, salvo excepciones, se le exige más preparación a un croupier del casino de Torrelodones que a un administrador de las cuentas públicas.
Pero hay una excepción, que es el Ministerio de Interior. Para ocupar esa cartera hay que ser muy listo o muy malo, cuando no muy listo y muy malo a la vez. Y ello por una razón sencilla: porque es el departamento que ha de lidiar con gente mala y lista, en ocasiones muy mala y muy lista. Por eso, al escuchar a Jorge Fernández Díaz que el aborto y ETA tenían algo que ver, se quedó uno a cuadros. ¿Podría también un idiota cualquiera (yo mismo) ocupar esa silla?
Seamos sinceros: a ministro de Cultura llega cualquiera, y no lo decimos por Wert, que es un buen ejemplo, sino en general, por los que hemos ido teniendo o padeciendo a lo largo de los años. Con decir que Esperanza Aguirre ocupó ese departamento ya está dicho todo. Esperanza Aguirre, por si ustedes no caen, es la señora que se refería a Ruiz Gallardón, su compañero de partido, como "el hijopunta ese" al que habían logrado arrebatar un puesto en el consejo de Caja Madrid. No sabemos si, fruto de aquel arrebato, pasó luego lo que pasó en la entidad financiera. Hay otros ministerios para los que tampoco hace falta una preparación especial. Si el de Sanidad, por ejemplo, requiriera un grado de sentido común superior al de la media, no podría ocuparlo Ana Mato. No seremos ser crueles con ella. Entren en youtube y pinchen cualquiera de sus declaraciones acerca de cualquier asunto humano o divino. Tampoco el de trabajo, habida cuenta de la idiosincrasia de la ministra Báñez, exige estudios superiores, ni siquiera inferiores. Basta con ser devoto o devota de la Virgen del Rocío, que tanto hace por aliviar nuestro paro.
Podríamos continuar citando departamentos cuyo único mérito para dirigirlos consistiría en estar en el sitio adecuado en el momento adecuado. Se lo decía Zapatero a su mujer todas las noches: "No te maginas, Sonsoles, la cantidad de gente que podría presidir España". Quien dice España, dice Cataluña o Extremadura o la Comunidad Valenciana. A medida que uno se hace mayor y repasa los nombres que ocuparon puestos claves de la política o de las finanzas, incluso puestos claves del mundo sindical, tiene que reconocer que, salvo excepciones, se le exige más preparación a un croupier del casino de Torrelodones que a un administrador de las cuentas públicas.
Pero hay una excepción, que es el Ministerio de Interior. Para ocupar esa cartera hay que ser muy listo o muy malo, cuando no muy listo y muy malo a la vez. Y ello por una razón sencilla: porque es el departamento que ha de lidiar con gente mala y lista, en ocasiones muy mala y muy lista. Por eso, al escuchar a Jorge Fernández Díaz que el aborto y ETA tenían algo que ver, se quedó uno a cuadros. ¿Podría también un idiota cualquiera (yo mismo) ocupar esa silla?
El burdel
A Rajoy no se le conoce una verdad, y en ningún ámbito, desde que le hacía la oposición a Zapatero
JUAN JOSÉ MILLÁS - 3 MAY 2013 - El País
¿Le preguntará el Rey a Rajoy, cuando despachan, de dónde saca el cuajo con el que gobierna o desgobierna este pobre país? Es que si nosotros, usted y yo, ciudadanos corrientes, tuviéramos un familiar, un amigo, un vecino que disparatara con la soltura del presidente y en direcciones tan opuestas, hablaríamos, si no con él, con su mujer, sus hijos, su médico de cabecera, para alertarles de lo que ocurre, por si hubiera que tomar medidas de carácter clínico antes de que acabara con su prestigio y con el de su entorno.
Claro que Rajoy podría sacarle entonces al Rey lo de Urdangarín y lo de Corinna, y hasta lo de su vieja amistad con Mario Conde, por citar tres o cuatro menudencias, y quedarían en tablas. Pero debe de haber alguien de su entorno familiar o político capaz de decirle, en confianza, que no puede salir en la tele diciendo las cosas que dice, y menos con esa seriedad tan insultante, que empieza a parecer la versión triste del payaso alegre de Montoro. No se le conoce una verdad, y en ningún ámbito, desde que le hacía la oposición a Zapatero. La gente, por loca que nos hayan vuelto, tenemos unas tragaderas limitadas. Hasta los subsecretarios comienzan a dudar de sí mismos.
Claro que, a río revuelto, ya se sabe. Así, por ejemplo, mientras Rajoy da vueltas sobre sí mismo, diciendo en cada evolución lo contrario de la anterior, Gallardón se excita como un loco imaginando el número de mujeres que puede encarcelar con la nueva ley sobre el aborto y Esperanza Aguirre, también en plan disciplina inglesa, saliva insultando a los jóvenes que se ven obligados a abandonar el país. Que se jodan. No hay perversión que nos sea ajena. Acabamos de pagar 88 millones a un banquero indigno que ha decidido jubilarse. ¿Por qué no nos convertimos de una vez en el burdel económico-venéreo de esta Europa prostibularia?
http://elpais.com/elpais/2013/05/02/opinion/1367505404_636593.html
El término medio
Juan José Millás 15.04.2013 Diario Información
Hubo una época en la que Rajoy se lamentaba públicamente cada día de no poder tomarse un café con cada uno de los 47 millones de españoles. A solas, de tú a tú. Si eso fuera posible, aseguraba con gesto de impotencia, lograría convencernos de que la solución a los problemas de España era él. Lo recuerdo muy bien en aquella campaña electoral de la que parece que han pasado mil años y no han transcurrido ni dos. Un café, Dios mío, un café, bastaría con una sobremesa de 15 minutos para que se nos quitara la venda de los ojos. Hoy, en cambio, esa posibilidad le aterra. De hecho, en el año y pico que lleva gobernando se ha destomado realmente todos los cafés que entonces se tomó de forma imaginaria. Hoy interpreta la separación de poderes como el alejamiento de los votantes, a los que quizá ha empezado a odiar. De ahí la pantalla de la plasma, que le aísla no ya de las preguntas que pudiéramos hacerle, sino de las infecciones que le podríamos transmitir.
Me dicen que muchos directores de cine, en EE UU, dirigen sus películas completamente alejados del set. Se recluyen en una habitación en la que hay una pantalla desde la que dan instrucciones a sus actores, en algunas ocasiones a través de su representante sindical. Es un modo de dirigir la realidad cinematográfica como lo de Rajoy es un modo de dirigir la realidad social. La cuestión está en los resultados. En el cine, parece que ese método produce sobre todo películas sin hálito. De una factura formal impecable, pero muertas. Como el montaje, por contrato, se lo adjudica el productor, que edita con criterios de eficacia fúnebre (o sea, que embalsama), se pierde la subjetividad, desapareciendo aquello que proporcionaba identidad al film. Muertos vivientes. Nos estamos acostumbrando a ellos y nos gustan tanto que ya se ruedan series con esta técnica.
Lo de dirigir la vida real desde una pantalla, como hace Rajoy en clara imitación del cine USA, tampoco conduce a mejores resultados. Lejos de contener la gangrena, la hace avanzar. Ya nos han amputado los dedos de los pies, que a su vez están negros, de modo que no tardarán mucho en caer. Quizá entre aquel café de la campaña electoral y esta pantalla de hoy existiera un término medio.
http://www.diarioinformacion.com/opinion/2013/04/15/termino-medio/1363353.html
Lo de dirigir la vida real desde una pantalla, como hace Rajoy en clara imitación del cine USA, tampoco conduce a mejores resultados. Lejos de contener la gangrena, la hace avanzar. Ya nos han amputado los dedos de los pies, que a su vez están negros, de modo que no tardarán mucho en caer. Quizá entre aquel café de la campaña electoral y esta pantalla de hoy existiera un término medio.
http://www.diarioinformacion.com/opinion/2013/04/15/termino-medio/1363353.html
Un superhéroe del consenso
diarioinformacion.es 09.04.2013
Se repite estos días como un mantra que Miguel Roca, el abogado de la infanta imputada, es un pactista, un rey del consenso. No importa qué periódico leas, qué radio escuches, las palabras "pactista" y "consenso" aparecen espolvoreadas en el discurso con tal generosidad que uno acaba por reparar solo en ellas como en un guiso salado no le queda otro remedio que reparar en la sal. Esto está salado. Si está muy salado, solo prestas atención a la sal, no a los garbanzos ni a la judías, ni siquiera a los percebes, si se tratara de percebes. La sal, en grandes cantidades, es muy invasora, como el vinagre, que además se come los glóbulos rojos, o eso decía mi padre.
Un pactista, un rey del consenso. Se sienta dos horas con un contrario y acaban firmando una constitución. Eso es lo que necesita Roca, un par de horas para convencer al otro, o a sí mismo, de que deben llegar a un acuerdo y ponerlo por escrito. Tanto se han repetido estos días los dos términos que por la noche, en la cama, cuando uno cerraba los ojos, veía a Miguel Roca como un superhéroe de la serie Marvel cuyo poder consistía en pactar. Estaba el hombre tan tranquilo, cenando unas acelgas rehogadas con su familia, cuando sus sensores, de súbito, detectaban una situación de enorme tirantez, no sé, en el piso de abajo, donde un matrimonio no se ponía de acuerdo en si ir de vacaciones al mar o a la montaña. Entonces aparecía Miguel Roca con su capa de superhéroe, se ponía a negociar con ellos y en dos minutos los cónyuges en conflicto acordaban ir al marmonta o a la montamar. No hay disenso que se le resista. Pero qué agotador.
Ahora bien, nos preguntamos ingenuamente, qué rayos hace un negociador en un asunto como este. ¿A quién tiene que convencer de qué? Si se puede elegir, a mí me gustaría que me convenciese de que el recurso del fiscal Horrach, y su tono, no son algo completamente inédito en la jurisprudencia española. Que es normal, vamos. En otras palabras, que el Rey no ha llamado a Ruiz Gallardón y que Ruiz Gallardón no ha llamado al fiscal general y que el fiscal general no ha llamado a Horrach. Ya con eso me conformaría. Porque es que, la verdad, me encantaría estar equivocado. Nos vemos cuando usted quiera, señor Roca.
http://www.diarioinformacion.com/opinion/2013/04/09/superheroe-consenso/1361419.html
¿ Más mentiras ?
Diario Información 06.04.2013
Rajoy
ha dado una noticia bomba: al año que viene comenzaremos a crear
empleo. Si lo dice basado en datos, merecería salir en primera página, a
cinco columnas. Si lo dice por decir, también, por el tamaño de la
irresponsabilidad. Lo curioso es que suelte una noticia de ese calibre
en un acto interno de su partido. Se ha creído que su partido es España,
o quizá que España es su partido, no sabemos qué es peor. Lo cierto es
que hace meses que no sale de su partido como el que no sale de su casa.
-Pero hombre, Mariano, sal un poco, que te sentará bien tomar el aire.
Este es uno de los primeros síntomas de la depresión: no salir de casa. A veces, se le coge tanto asco a la calle y a la gente que hasta le dan a uno ganas de bajar las persianas. El problema es que, si las bajas, luego, para suicidarte, las tienes que subir y entre unas cosas y otras te arrepientes. Los suicidas tienen mucho miedo a los trámites porque los trámites se inventaron para desanimar. ¿Quién se tiraría por el balcón si para ello fuera preciso rellenar una instancia con cinco pólizas? Nadie. Por eso, en la casa de los suicidas potenciales el balcón debe estar expedito y las ventanas abiertas, por si en una de esas, al pasar, te ataca por fin el impulso. El suicida de impulso es como el comprador de impulso. Si no encuentra enseguida lo que quiere, compra otra cosa.
El segundo síntoma de la depresión consiste en abandonarse. Da tanta pereza ir hasta la ducha. Poco a poco, se va uno acostumbrando a su propio olor y hasta le parece que no está mal. El tercer síntoma es que no te levantas de la cama. Solo te levantarías para acercarte a la ventana y arrojarte al vacío. Pero qué pereza dar esos cuatro pasos que nos separan de ella.
-Pero hombre, Mariano, sal un poco, que te sentará bien tomar el aire.
Este es uno de los primeros síntomas de la depresión: no salir de casa. A veces, se le coge tanto asco a la calle y a la gente que hasta le dan a uno ganas de bajar las persianas. El problema es que, si las bajas, luego, para suicidarte, las tienes que subir y entre unas cosas y otras te arrepientes. Los suicidas tienen mucho miedo a los trámites porque los trámites se inventaron para desanimar. ¿Quién se tiraría por el balcón si para ello fuera preciso rellenar una instancia con cinco pólizas? Nadie. Por eso, en la casa de los suicidas potenciales el balcón debe estar expedito y las ventanas abiertas, por si en una de esas, al pasar, te ataca por fin el impulso. El suicida de impulso es como el comprador de impulso. Si no encuentra enseguida lo que quiere, compra otra cosa.
El segundo síntoma de la depresión consiste en abandonarse. Da tanta pereza ir hasta la ducha. Poco a poco, se va uno acostumbrando a su propio olor y hasta le parece que no está mal. El tercer síntoma es que no te levantas de la cama. Solo te levantarías para acercarte a la ventana y arrojarte al vacío. Pero qué pereza dar esos cuatro pasos que nos separan de ella.
No
sabemos hasta qué punto un partido político es una casa, lo que sí
sabemos es que es una familia. Rajoy se ha refugiado en ella, en la
familia, y ahí está, abandonándose de forma progresiva, casi sin darse
cuenta.
Lo
de la pantalla de plasma, tan criticado, quizá es para que la prensa no
advierta que ya no usa desodorante. ¿Para qué?, se dirá con esa lucidez
que caracteriza a los depresivos y suicidas. Y lleva razón, para qué.
Significa que lo que ha dicho del año que viene es una mentira. Otra.
¡Cáspita!
El País 1 MAR 2013
Como ustedes saben, este periódico es muy bien hablado. Procuramos, por ejemplo, no decir que estamos hasta los cojones para expresar que estamos hartos. Y evitamos en lo posible palabras como mierda. Así que cuando a uno le entran ganas de decir que está hasta los cojones de no ver más que mierda desde que se levanta hasta que se acuesta, se reprime y pone que ya vale, cáspita, de provocar. A ver si no es una provocación lo de los 38 millones de Bárcenas, reunidos a base de llevar la contabilidad de una panadería por las noches y de vender enciclopedias a domicilio los sábados por la mañana. ¿Cómo llamar, por otra parte, a lo de su falso despido y al galimatías en diferido de Cospedal, que en un minuto es capaz de decir más mentiras de las que caben en dos horas? ¿Y cómo digerir lo de los 21.300 euros mensuales que le pagaban las mismas personas que a usted y a mí nos imponen austeridad y nos recomiendan aspirinas para la hepatitis? 21.300 euros, por cierto, de usted y míos, ya que el PP se financia con nuestros impuestos. Por si no bastara, ahora quizá tengamos que hacernos cargo también del paro de ese multimillonario y evasor fiscal, valga la redundancia, que maneja a Rajoy como a una marioneta.
Pero el telediario está empezando. Aún no ha salido la princesa Corinna echándonos en cara los trabajos confidenciales que ha realizado para este pobre país sin cobrarnos un duro (gracias), ni han emitido las imágenes de esa niña con epilepsia a la que Ana Mato ha condenado a muerte. Aún no ha aparecido el analista de turno que calificará a Monti de realista (¿desde qué idea de realidad?) y a Beppo Grillo de payaso (¿comparado, digamos, con Montoro?). Querido redactor jefe, ¿es o no es para escribir con todas las letras que estamos hasta los cojones de la mierda que nos obligan a tragar desde la mañana hasta la noche?
Como ustedes saben, este periódico es muy bien hablado. Procuramos, por ejemplo, no decir que estamos hasta los cojones para expresar que estamos hartos. Y evitamos en lo posible palabras como mierda. Así que cuando a uno le entran ganas de decir que está hasta los cojones de no ver más que mierda desde que se levanta hasta que se acuesta, se reprime y pone que ya vale, cáspita, de provocar. A ver si no es una provocación lo de los 38 millones de Bárcenas, reunidos a base de llevar la contabilidad de una panadería por las noches y de vender enciclopedias a domicilio los sábados por la mañana. ¿Cómo llamar, por otra parte, a lo de su falso despido y al galimatías en diferido de Cospedal, que en un minuto es capaz de decir más mentiras de las que caben en dos horas? ¿Y cómo digerir lo de los 21.300 euros mensuales que le pagaban las mismas personas que a usted y a mí nos imponen austeridad y nos recomiendan aspirinas para la hepatitis? 21.300 euros, por cierto, de usted y míos, ya que el PP se financia con nuestros impuestos. Por si no bastara, ahora quizá tengamos que hacernos cargo también del paro de ese multimillonario y evasor fiscal, valga la redundancia, que maneja a Rajoy como a una marioneta.
Pero el telediario está empezando. Aún no ha salido la princesa Corinna echándonos en cara los trabajos confidenciales que ha realizado para este pobre país sin cobrarnos un duro (gracias), ni han emitido las imágenes de esa niña con epilepsia a la que Ana Mato ha condenado a muerte. Aún no ha aparecido el analista de turno que calificará a Monti de realista (¿desde qué idea de realidad?) y a Beppo Grillo de payaso (¿comparado, digamos, con Montoro?). Querido redactor jefe, ¿es o no es para escribir con todas las letras que estamos hasta los cojones de la mierda que nos obligan a tragar desde la mañana hasta la noche?
Inteligencia y superficialidad
Juan José Millás 23.02.2013
Sería más económico, sobre todo desde el punto de vista de las emociones, jugarse el Debate sobre el Estado de la Nación a los chinos, incluso a cara o cruz, que apostarlo a ver quién miente con más estilo o maneja con más habilidad una retórica de todo a cien. Nuestro descenso a los infiernos incluye, en fin, esta ceremonia en la que los políticos aparcan durante un par de días la realidad para ofrecernos un espectáculo que ni siquiera tiene gracia. Imaginen a un contribuyente que vive en el 3º B de cualquier piso de cualquier localidad española, atento a esos discursos que influyen sobre su vida lo mismo que el aleteo de una mosca detrás de los visillos. En los dos casos se trata de un zumbido adormecedor. Quizá de eso se trata, de que nos durmamos.
La expresión "Debate sobre el Estado de la Nación" es de una grandilocuencia que sobrecoge. Supone uno que el debate tendrá el tamaño de la Nación, o que estará a la altura de sus problemas. Pero supone uno mal, porque si lo escucha asomado a la ventana, comprueba enseguida que no hay relación alguna entre la nación y lo que se dice de ella.
-A ver si sintonizaste mal la radio y has escuchado el Debate sobre el Estado de la Nación de Marte.
-Pues no me extrañaría porque a veces daban la impresión de hablar en otro idioma.
Hablábamos de jugarse el debate a los chinos o a cara cruz, lo que quizá pueda parecer degradarlo en exceso. De acuerdo, que se lo jueguen entonces al ajedrez, que da más pisto. Decía, por cierto, Elías Canetti del ajedrez que era un juego inteligente y superficial. ¿Se puede ser inteligente y superficial al mismo tiempo? Desde luego que sí. En esa contradicción posible estriba gran parte de nuestra desgracia. Tanto Rajoy como Rubalcaba estuvieron inteligentes, pero superficiales; por lo general, más lo segundo que lo primero. Y es que no les quedaba otro remedio que apoyarse mutuamente fingiendo ponerse la zancadilla de manera recíproca. No pueden tolerar que se vaya al cuerno el invento del bipartidismo, del que viven. Por eso muchos analistas han hablado también de esgrima parlamentaria: otro juego inteligente y superficial. Mejor a los chinos.
Juan José Millás 23.02.2013
Sería más económico, sobre todo desde el punto de vista de las emociones, jugarse el Debate sobre el Estado de la Nación a los chinos, incluso a cara o cruz, que apostarlo a ver quién miente con más estilo o maneja con más habilidad una retórica de todo a cien. Nuestro descenso a los infiernos incluye, en fin, esta ceremonia en la que los políticos aparcan durante un par de días la realidad para ofrecernos un espectáculo que ni siquiera tiene gracia. Imaginen a un contribuyente que vive en el 3º B de cualquier piso de cualquier localidad española, atento a esos discursos que influyen sobre su vida lo mismo que el aleteo de una mosca detrás de los visillos. En los dos casos se trata de un zumbido adormecedor. Quizá de eso se trata, de que nos durmamos.
La expresión "Debate sobre el Estado de la Nación" es de una grandilocuencia que sobrecoge. Supone uno que el debate tendrá el tamaño de la Nación, o que estará a la altura de sus problemas. Pero supone uno mal, porque si lo escucha asomado a la ventana, comprueba enseguida que no hay relación alguna entre la nación y lo que se dice de ella.
-A ver si sintonizaste mal la radio y has escuchado el Debate sobre el Estado de la Nación de Marte.
-Pues no me extrañaría porque a veces daban la impresión de hablar en otro idioma.
Hablábamos de jugarse el debate a los chinos o a cara cruz, lo que quizá pueda parecer degradarlo en exceso. De acuerdo, que se lo jueguen entonces al ajedrez, que da más pisto. Decía, por cierto, Elías Canetti del ajedrez que era un juego inteligente y superficial. ¿Se puede ser inteligente y superficial al mismo tiempo? Desde luego que sí. En esa contradicción posible estriba gran parte de nuestra desgracia. Tanto Rajoy como Rubalcaba estuvieron inteligentes, pero superficiales; por lo general, más lo segundo que lo primero. Y es que no les quedaba otro remedio que apoyarse mutuamente fingiendo ponerse la zancadilla de manera recíproca. No pueden tolerar que se vaya al cuerno el invento del bipartidismo, del que viven. Por eso muchos analistas han hablado también de esgrima parlamentaria: otro juego inteligente y superficial. Mejor a los chinos.
La fiesta de la democracia
Juan José Millás diarioinformacion.com 15.02.2013
Está
uno viendo la tele sin meterse con nadie, cuando sale Rajoy y confiesa
que no ha cumplido, en efecto, su programa electoral, pero que ha hecho
lo que debía. Suena a aquella otra frase según la cual el gobernante no
debe dar explicaciones más que a Dios y a la Historia. Una vez aceptada
que la parte contratante de la primera parte no contrae, al firmar,
ningún compromiso que le vincule con la parte contratante de la segunda
parte, se podrían suprimir las campañas electorales, que salen por un
dinero. Pero las mantendremos, a modo de ritual vacío, para darle color a
eso que venimos llamando "la fiesta de la democracia".
Piensa uno que cuando se produce una colisión de intereses entre lo que se ha prometido y lo que luego, en conciencia, cree que debe hacerse, no debería salir perdiendo el ciudadano. Oiga, tan importante es su conciencia de usted como la nuestra. Significa que si un gobernante se ve en la tesitura, signifique lo que signifique tesitura, de traicionar o traicionarse, debe dimitir, convocar elecciones y presentarse con el nuevo programa. A menos, claro, que cuando redactaba el programa ya tuviera intención de deshacerse de él una vez ganadas las elecciones. Y eso es lo que creemos, señor Rajoy, que usted ya tenía en la cabeza el desastre que está perpetrando. ¿Pero cómo ganar las elecciones jurando que se subirán los impuestos, se privatizarán la enseñanza, la justicia y la sanidad y se congelarán las pensiones? Malamente, nos hacemos cargo.
Como esto no empezó con Rajoy, sino que lo inauguró Zapatero, por remitirnos a un antecedente cercano, en su segunda legislatura, el público empieza a estar muy mosqueado. Según las encuestas, un 85% de mosqueo o así. Lo que se traduce, por utilizar la palabra políticamente correcta, en la "desafección" palpable en cualquier tertulia. En realidad, no es desafección, es asco, repugnancia, aborrecimiento. La transparencia, ya vamos viéndolo, consiste en eso, en subirse a sí mismo el sueldo el 27% mientras se recomienda la moderación salarial para los otros, y en confesar abiertamente que el programa electoral se cuelga al lado del retrete al día siguiente de la fiesta de la democracia. Vale.
Piensa uno que cuando se produce una colisión de intereses entre lo que se ha prometido y lo que luego, en conciencia, cree que debe hacerse, no debería salir perdiendo el ciudadano. Oiga, tan importante es su conciencia de usted como la nuestra. Significa que si un gobernante se ve en la tesitura, signifique lo que signifique tesitura, de traicionar o traicionarse, debe dimitir, convocar elecciones y presentarse con el nuevo programa. A menos, claro, que cuando redactaba el programa ya tuviera intención de deshacerse de él una vez ganadas las elecciones. Y eso es lo que creemos, señor Rajoy, que usted ya tenía en la cabeza el desastre que está perpetrando. ¿Pero cómo ganar las elecciones jurando que se subirán los impuestos, se privatizarán la enseñanza, la justicia y la sanidad y se congelarán las pensiones? Malamente, nos hacemos cargo.
Como esto no empezó con Rajoy, sino que lo inauguró Zapatero, por remitirnos a un antecedente cercano, en su segunda legislatura, el público empieza a estar muy mosqueado. Según las encuestas, un 85% de mosqueo o así. Lo que se traduce, por utilizar la palabra políticamente correcta, en la "desafección" palpable en cualquier tertulia. En realidad, no es desafección, es asco, repugnancia, aborrecimiento. La transparencia, ya vamos viéndolo, consiste en eso, en subirse a sí mismo el sueldo el 27% mientras se recomienda la moderación salarial para los otros, y en confesar abiertamente que el programa electoral se cuelga al lado del retrete al día siguiente de la fiesta de la democracia. Vale.
Las dos caras
Juan José Millás - El País 8/2/2013
No es ya que el PP dispusiera de un dinero A y de un dinero B, es que la doble contabilidad parece el modelo dominante. Así, Ana Mato es la cara A de Jesús Sepúlveda al modo en que Amy Martin era la cara B de Irene Zoe Alameda.
Tenemos también una justicia A y una justicia B, una sanidad A y una sanidad B, una educación A y una educación B, todo ello en función de las disponibilidades económicas del contribuyente. Por abreviar, resulta que conviven en el mismo espacio, como sucede con las dimensiones paralelas, una realidad A y una realidad B.
La realidad A de Rajoy, por ejemplo, es la de un señor que ha perdido dinero por dedicarse a la política. Ha perdido mucho dinero, mucho, mucho, el otro día no quiso decirnos cuánto por modestia y para evitarnos la vergüenza que sentiríamos al conocer la cifra siendo, como somos, tan desagradecidos. Claro que todo lo que ha perdido Rajoy lo han ganado Bárcenas y sus alrededores. Bárcenas es, en cierto modo, la versión B de Rajoy. Por eso Rajoy le pagaba el abogado y le mantenía el coche y el chófer y la secretaria y el despacho… La cara A de Rajoy es la de un héroe dispuesto a sacrificarlo todo por usted y por mí y por la patria, porque si es necesario nombrar la patria, nombramos la patria y tiramos de la bandera. Lo importante es que el ruido retórico de la cara A oculte la orgía de la cara B. Y hay que hacer mucho ruido para tapar el jadeo sexual de 22 millones de euros, por dar una cifra que ya se va quedando corta, pues de la cara B, de momento, solo hemos visto la nariz de Pinocho. Quedan por aparecer los ojos, y la frente y la boca, o la bocaza de las grandes palabras. De modo que en apariencia estamos gobernados por una cara A con caracteres de imprenta, pero quien manda es la B, escrita a mano. Lo que tienen en común las dos caras, o jetas, es lo duras que son.
Ahora se entiende
Juan José Millás 23.01.2013 La Opinión A Coruña
Puede ir uno al médico todos los días con un tumor del tamaño de una naranja en el cerebro y que al médico no se le ocurra hacerle las preguntas clásicas?
-¿Sufre usted mareos, vértigos, alucinaciones visuales o auditivas? ¿Ve sombras detrás de las esquinas u hombres del saco debajo de la cama?
Si usted responde afirmativamente a las cuestiones planteadas más arriba, debe acudir corriendo a los servicios de urgencia, si todavía existen, para que le hagan un escáner, una placa, un TAC, no sé, algo, porque los tumores del tamaño de las naranjas provocan, entre otros, este tipo de síntomas.
Ahora bien, ¿puede un tipo que tiene un tumor de 22 millones de euros en Suiza ir a trabajar todos los días sin que sus jefes le noten el bulto? ¿No daba síntomas de ningún tipo ese tumor del tamaño de una sandía? Imposible de todo punto. No hay en la literatura científica conocida ningún caso semejante. Veintidós millones de euros, todos en dinero negro, y quizá en billetes de 500, cantan más que un sarampión. No podemos creernos, pues, que Bárcenas se presentara cada lunes y cada martes en su despacho sin que los servicios médicos de Génova advirtieran de lo que ocurría. A menos, claro, que el dueño del tumor grande estuviera repartiendo tumores pequeños entre los responsables de los servicios médicos para que miraran hacia otro lado.
De donde se deduce que el tumor había hecho metástasis. Tenía más ramificaciones que un pulpo. Todavía las tiene a juzgar por las declaraciones de Cospedal, Rajoy y Cía., que están sacadas de los manuales de las organizaciones corruptas de ayer, de hoy y de siempre. Aquí tenemos experiencia. Todavía hay quien mantiene que los crímenes el GAL fueron una serie de casos aislados, que es como afirmar que es de noche cuando es de día y viceversa. Por eso nadie se lo cree. La corrupción, en aquella época, formaba parte del sistema como los 22 millones de hoy contaminan a todo el PP. Ahora se entiende la orden de disparar a matar contra el juez, que levantó el caso. De hecho, nadie ha explicado todavía de un modo creíble por qué Garzón cometió prevaricación al ordenar aquellas escuchas.
http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2013/01/23/ahora-entiende/685576.html
Todo normal
Juan José Millás 18/01/2013 www.diarioinformacion.com
A ver, a ver, que aquí somos muy dados a la histeria. Lo de los 22 millones de Bárcenas en Suiza ya lo ha explicado él: eran de unos amigos a los que el extesorero del PP estaba echando una mano para mover un poco su dinero. Al dinero, cuando se queda quieto, se le nota su procedencia.
-Mira, es de una comisión ilegal.
-Que no, que es de un atraco.
-Ni de un atraco ni de una comisión, es de un desfalco.
A lo mejor no es de una cosa ni de otra, pero como a la gente lo que le gusta es criticar, al final el dinero tiene que viajar sin pausa para evitar la propagación de estas infamias a las que los españoles somos tan dados. ¡Pobre Bárcenas, el lío en el que se ha metido por echar una mano a su gente! Luego está lo de la amnistía fiscal de De Guindos, de la que podrían haberse beneficiado parte de esos 22 millones.
Bueno, pues ya hay gente por ahí, en los bares, insinuando que se proclamó pensando en Bárcenas y en toda esa pasta de oscura procedencia. Vamos a ver: ¿en qué cabeza cabe que a todo un ministro de Economía, con el trabajo que tiene, le quede un rato (con minúscula) para perpetrar semejante atropello? La amnistía fiscal se hizo para echar una mano a la delincuencia grande en general y no pensando en Fulano o Mengano.
Está también el caso de ese señor que conduciendo en sentido contrario por una autopista se cargó a un pobre contribuyente y que ha sido amnistiado por el Consejo de Ministros. Pues bien, no habían pasado tres horas de la amnistía cuando alguien señaló que en el despacho de abogados que lleva la defensa del condenado trabaja un hijo del ministro de Justicia. ¿Qué tendrá que ver una cosa con la otra? ¿Son o no son ganas de buscarle tres pies al gato? Menos mal que el propio despacho se ha apresurado a señalar que el hijo de Gallardón no ha tenido nada que ver. Queda claro, pues, que no se trata de un caso de tráfico de influencias.
En cuanto a lo del ático del Ignacio González, presidente de la Comunidad de Madrid, ¿qué pasa? Pues nada, que se lo ha comprado. Ha ido al paraíso fiscal en el que lo habían puesto a la venta y ha llegado a un acuerdo con el testaferro que lo detentaba. Todo normal. A ver si no nos ponemos tan histéricos.
http://www.diarioinformacion.com/opinion/2013/01/18/normal/1334783.html
Una boñiga
http://elpais.com/elpais/2012/12/13/opinion/1355425686_952146.html
Un gilipollas
JUAN JOSÉ MILLÁS 12/10/2012 Informacion.es El Periódico de la Provincia de Alicante
Dicen que ese político del PP que aseguró que las leyes, como las mujeres, estaban para ser violadas, continúa todavía perplejo. Convencido de haber dicho algo ingenioso y profundo, que le catapultaría a las cimas de la política nacional, no acaba de comprender su situación. Amigo de la ministra Báñez, íntimo del presidente Feijóo, admirador de Aznar y devoto de Fraga, había expresado ideas semejantes en reuniones privadas con la complicidad y el aplauso de los presentes. ¿Qué rayos ha ocurrido para que aquello con lo que triunfaba en la intimidad le condujera al fracaso en la vida pública?
-Pues que hay que disimular, hombre -le habrán dicho sus compañeros-. Una cosa es lo que se piensa y otra lo que se dice. Todos sabemos para qué sirven las leyes y las mujeres, pero también sabemos para que está la medicación inhibidora y tú, a juzgar por el desparpajo del que haces gala, has dejado de tomarla.
Acto seguido, salió a la palestra Núñez Feijóo orgulloso de que su compañero de ideología hubiera dimitido a las pocas horas de haber dicho para qué servían las mujeres y las leyes. No se dio cuenta de que él mismo debería haberlo cesado al minuto siguiente de la declaración, de modo que también le traicionó el subconsciente. Es como si un policía se vanagloriara de que un asesino al que había podido detener el día 15 se entregara voluntariamente el día 18. Durante los tres días que permaneció fuera del calabozo podría haber cometido siete crímenes más. El señor para el que las mujeres y las leyes sólo servían para ser violadas podría haber perpetrado a lo largo de esas horas en las que dudó si dimitir o no otras siete declaraciones de semejante profundidad filosófica. No es un mérito, en fin, que él dimitiera sino un demérito que Feijóo o Báñez no lo cesaran.
Ahora bien, aquí estamos hablando todo el rato de ideología, es decir, de ideas, y no cabe duda de que este señor tiene las suyas. Es un hombre que piensa que las mujeres y las leyes solo sirven para ser violadas. Pensamiento político y existencial a tope, no lo negamos. Podríamos decir por tanto que ese señor, de cuyo nombre no queremos acordarnos, es un ideólogo. Pero preferimos decir que es un gilipollas. O sea, un ideólogo de la gilipollez.
http://www.diarioinformacion.com/opinion/2012/10/12/gilipollas/1303936.html
Fantasía y realidad
JUAN JOSÉ MILLÁS - Diario Independiente de Asturias 7/9/2012
Yo no soy forense, pero a veces me lo imagino. También me imagino que soy piloto de Fórmula 1 y submarinista.
Entre ser una cosa e imaginarla hay la misma distancia que entre el programa electoral de Rajoy y la realidad.
Quiere decirse que el programa de Rajoy era una fantasía que no había pasado por el banco de pruebas de la vida. Rajoy no había sido nunca presidente del Gobierno, pero por las noches, en la cama, dejaba suelta la imaginación y se veía dirigiendo el Consejo de Ministros.
Hay fantasías cuya textura se acerca bastante a la de la existencia real. Ésta debía de ser una de ellas. De este modo, como el que no quiere la cosa, Rajoy imaginó que ganaba las elecciones y que sólo con el hecho de ganarlas la crisis desaparecía y podía bajar otra vez los impuestos y construir más aeropuertos sin aviones y hacernos felices a los españoles, pues esto de la felicidad también estaba incluido en su programa fantástico.
No sabemos cómo, pues la lógica de la fantasía es inasible, la mayoría de este país se apuntó a ese delirio y Rajoy ganó unas elecciones reales con una mayoría que, en principio, le habría permitido aplicar su programa de manera automática. Pero, qué pena, no habíamos contado con la realidad, que le está haciendo la Pascua. Quiere decirse que hasta en la fantasía más loca, y dado que los sueños nos gastan a veces la broma de cumplirse, deberíamos incluir una pizca de circunstancias verdaderas. Como Rajoy no incluyó una sola, se le ha roto el cántaro de la leche que, fiel a su naturaleza líquida, no se deja recoger.
¡Pobre Rajoy!
Pero me he desviado del tema. Decía que a veces imagino que soy forense y que investigo, por ejemplo, los restos de una hoguera practicada por un presunto criminal. Entre las cenizas hallo fragmentos de papel, de ropa y, lo que es más raro, dientes y huesos de pequeños roedores. En mi fantasía, intento imaginarme a un criminal echando ratas al fuego, una detrás de otra, lo que no me parece verosímil. Entonces analizo los restos otra vez, de forma más concienzuda, y resulta que pertenecen a seres humanos. La diferencia entre lo que yo imagino y la realidad es que en la realidad tardan once meses en darse cuenta de que lo de los roedores era absurdo.
http://www.lne.es/opinion/2012/09/07/fantasia-realidad/1294780.html
Siempre nos quedará el supremo
Juan José Millás 25/08/2012 elperiodico.es - El periódico de la provincia de Alicante
Cuando ya habíamos perdido la esperanza de hallar un átomo de racionalidad en este áspero mundo, llega el Supremo, siempre al quite, y rebaja la condena impuesta por otro tribunal a un maltratador laureado. El alto tribunal, en su sentencia, se extraña de que el juez de primera instancia no tuviera en cuenta que el individuo en cuestión, acusado de agredir a su esposa, poseía varias condecoraciones militares. Más aún: había participado en misiones internacionales en las que hubo de emplear la fuerza, por lo que estaba acostumbrado a la violencia.
Temíamos que el Supremo tardara en recuperarse del paso del corrupto Dívar por su presidencia. Pero no. Cuando las instituciones son sólidas, lo resisten todo. He ahí una sentencia ejemplar que valora el contexto en el que se produjeron los hechos. ¿Acaso un individuo con siete u ocho cruces al valor obtenidas en el campo de batalla no tiene derecho a pegarle una bofetada a su esposa? Pues claro que sí, hombre. Estamos hablando de un guerrero, de un tipo que para conservar la vida ha de disparar antes de preguntar. ¿Acaso un hombre que ha recorrido esos mundos de Dios defendiendo el orden internacional ha de reprimirse, al llegar a casa, si le apetece dar unos azotes a su mujer? Por Dios, por Dios, ¿en qué mundo vivimos?
Menos mal que ahí está el Supremo para corregir estas desviaciones basadas en un respeto excesivo a la integridad femenina. No decimos que a la mujer no haya que respetarla, pero con ciertos límites. Si tú, por ejemplo, trabajas de auxiliar administrativo en una compañía de viajes, no tienes ningún derecho a maltratar a tu cónyuge. El papeleo no genera violencia doméstica, o genera muy poca. Vale que le tires un plato a la cabeza, pero de ahí no pases. Pero supongamos que eres carnicero que te pasas el día descuartizando reses. Aquí la cabeza, aquí los cuartos traseros, aquí el hígado, etc. Eso, quieras que no, acaba insensibilizándote un poco respecto a la visión de las vísceras y de las entrañas. ¿No es lógico entonces que al llegar a casa cojas un cuchillo de cocina y le saques el apéndice, por ejemplo, a tu esposa? Pues claro que sí, hombre, digan lo que digan los juzgados de primera instancia.
Siempre nos quedará el Supremo.
http://www.diarioinformacion.com/opinion/2012/08/25/quedara-supremo/1287721.html
RELACIONES IMPOSIBLES: Benedicto XVI-Tarsicio Bertone
Una situación infernal - Juan José Millás El País 16 AGO 2012
Se conocían desde los tiempos de la Congregación para la Doctrina de la Fe, donde hicieron buenas migas ya que los dos eran partidarios de la Inquisición
Benedicto XVI y Tarsicio Bertone no son como un presidente y un vicepresidente, o como un jefe de Estado y un primer ministro. No son, en fin, como Mariano Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría, o la reina de Inglaterra y David Cameron, pero casi. Quiere decirse que Bertone manda mucho, manda incluso más que el Papa porque es el que está en la cocina, en la trastienda, es el hombre en la sombra de Ratzinger, vale decir el hombre en la sombra de Dios, lo que desde el punto de vista del poder es la hostia.
Oficialmente, Bertone es secretario de Estado Vaticano y cardenal camarlengo, lo que en la práctica significa llevar la organización interior y exterior de la Iglesia: todo ese papeleo del que precisa Dios, que es un burócrata, para comunicarse con sus criaturas. Pero significa también el control del dinero: los ingresos, los gastos, las inversiones en armas, en fondos de alto riesgo o en fábricas de condones. El cardenal camarlengo dirige el blanqueo de capitales al que es tan aficionado el IOR y sabe por qué de vez en cuando aparece un banquero del Todopoderoso colgado debajo de un puente. En otras palabras, se ocupa también de las relaciones con la mafia, asunto enormemente delicado en una institución cuyo reino no es de este mundo.
En calidad de camarlengo, cuando muere el Papa, hace una cosa muy rara, que es colocarse a la derecha del cadáver y llamarlo por su nombre y apellidos tres veces con una diferencia de tres minutos entre llamada y llamada. El ritual pone los pelos de punta al más pintado porque aunque tú sabes que el Sumo Pontífice está muerto, pues se le ha afilado la nariz, que es lo primero que se le afila a los papas difuntos desde Pío XII, siempre cabe la posibilidad remota de que se levante y pregunte quién le llama, como cuando telefoneas al móvil de un recién fallecido, que se te hiela la sangre en las venas (¿dónde si no?) mientras escuchas los tonos de llamada. Lo normal es que al final salte una voz diciendo que el aparato está fuera de cobertura, porque en el infierno no hay antenas de telefonía móvil, que dan cáncer, pero se te hacen eternos esos segundos, sobre todo si el difunto ha sido enterrado con el teléfono, costumbre que empieza a generalizarse porque se considera que el móvil es ya una extensión del propio cuerpo.
Se hace eterno, decíamos, el tiempo que pasa entre que marcas el número de mamá, que en paz descanse, y la voz de la telefonista informándote de que mamá atraviesa una zona de sombra (¿la laguna Estigia?). Pues imagínense los tres minutos de silencio, tres, que se producen entre la apelación y apelación del camarlengo, con el Papa de cuerpo presente y en su cama, en la cama donde ha dormido cada noche, rodeado por tanto de sus cosas más íntimas (quizá tenga un orinal de plata) que huelen a rancio, como la intimidad de cualquiera, sea Papa o ingeniero informático. Un sinvivir, nunca mejor dicho, porque la actuación se lleva a cabo además en una atmósfera muy lúgubre, con aroma a cera y a incienso revenido, quizá a azufre, pues el diablo no se pierde ni atado este ceremonial, donde ya empieza a mover los hilos para influir en la elección del sucesor.
Si el Papa muerto no contesta, que ya decimos que es lo normal, el camarlengo toma un martillo de plata con el que golpea tres veces la frente del cadáver, para ver si tampoco responde a los estímulos de orden físico. Cada cultura tiene sus métodos. Entre nosotros está muy extendida la costumbre de colocar un espejo frente a la boca del extinto para ver si respira. En la enciclopedia Espasa viene otro procedimiento muy seguro consistente en aplicar la llama de una cerilla encendida al dedo gordo del pie del difunto. Si el dedo se hincha y estalla, significa que está vivo.
Pero no nos desviemos de nuestros intereses. Decíamos que el camarlengo es el encargado de certificar el óbito del Papa, lo que le otorga un protagonismo fúnebre de muerte. Y el Papa es, por su parte, quien elige en vida a la persona encargada de llevar a cabo toda esta liturgia de despedida. Lo lógico es que elija a un amigo del alma, a alguien de mucha confianza, a un cardenal que pronuncie su nombre con respeto, incluso con cariño, no va a nombrar a alguien que le rompa la frente a golpes con el martillo de plata.
No.
Benedicto XVI pensó en Bertone porque se conocían desde los tiempos de la Congregación para la Doctrina de la Fe, donde coincidieron e hicieron buenas migas ya que los dos eran partidarios de la Inquisición, que es como se llamaba antiguamente este departamento. De modo que cuando Ratzinger ascendió al papado se lo llevó consigo y le confió estos dos ministerios, el de las finanzas y el de las pompas fúnebres, que es como si en un Gobierno de España te dieran ahora mismo Economía, Hacienda e Industria.
En principio no fue mala idea. De hecho, todo iba bien de cara a la galería hasta que a finales de mayo fue detenido Paolo Gabriele, el mayordomo del Papa. La sorpresa fue enorme porque no sabíamos que el Papa tuviera mayordomo, Cristo no lo tuvo, aunque según algunos fue Judas, de ahí el rencor de clase que le condujo a lo que le condujo. El caso es que el Papa no solo tenía mayordomo, sino que lo había sacado de una novela policiaca de tercera, en la que en el primer capítulo ya sabes quién es el asesino. El asesino, en una primera lectura, era Paolo Gabriele, a quien Su Santidad llamaba cariñosamente Paoletto. Pues bien, resultó que el fiel Paoletto tenía los armarios llenos de documentos comprometedores para la curia, algunos de los cuales se habían filtrado a la prensa con resultados catastróficos desde el punto de vista de la imagen del papado actual.
Y aquí es donde de súbito salta también al primer término la figura de Tarsicio Bertone, el cardenal que estaba en la cocina, el prelado que vivía en la trastienda de la SL revisando la contabilidad creativa del Vaticano, el hombre que vivía en la sombra, que apenas salía en los periódicos, pero que era la mano que mecía la cuna. Uno podría presumir de haber entendido la trama de la obra, pero la verdad es que no ha entendido nada, excepto que se trata de una novela de intriga en la que el mayordomo, tras una segunda lectura, parece actuar de chivo expiatorio y en la que la supuesta víctima, Benedicto XVI, permanece atada a su presunto victimario, Tarsicio Bertone, por lazos que le impiden cesarlo fulminantemente de su cargo. Quiere decirse que le destrozará la frente a martillazos. Una situación infernal en la mismísima embajada del cielo.
http://cultura.elpais.com/cultura/2012/08/16/actualidad/1345142218_410775.html
Draghi y el oráculo
Juan José Millás 04/08/12 diarioinformacion.com de Alicante
A veces uno no se entera de que se ha ido la luz y sigue viendo la tele como si la emisión continuara. Se sabe uno los programas de la tele del verano tan al dedillo que ni siquiera hace falta que estén ahí para seguirlos. El otro día estuve toda la tarde viendo los Juegos Olímpicos. En esto que llegó mi mujer:
-¿Qué haces?
-Ver los Juegos Olímpicos.
-Pero si está desenchufado el aparato.
Y era verdad, estaba desenchufado el aparato pero yo veía los JJ OO porque cuando tienes una cosa dentro de la cabeza la proyectas fuera. O sea, que vemos lo que esperamos ver, que se dice tan a menudo. Yo puedo ver entera Los Soprano, por ejemplo, porque me la sé de memoria. A veces, a las tres de la madrugada, cuando me ataca el insomnio, me voy al salón, me pongo delante de la tele y vuelvo a verla sin necesidad de meter el disco en el DVD. Es como la gente que se muere sola, sin ningún alma caritativa que la ponga al día, de modo que no se entera y sigue cepillándose los dientes por higiene después de comer, como cuando estaba viva.
Pero eso no pasa en todas partes. En India, por ejemplo, hubo el otro día un apagón que afectó a 600 millones de personas y todas se dieron cuenta. 600 millones de personas dándose cuenta de que se ha ido la luz dan miedo, sobre todo si son dueñas de 600 millones de neveras con carne en mal estado. Por eso lo arreglaron enseguida. Aquí es que no nos enteramos de nada, de ahí que la Bolsa suba y baje sin criterio ninguno.
-Ha venido la luz -dice Draghi.
Y se pone la prima de riesgo por las nubes. Pero hombre, si ha dicho que ha venido la luz, no que se ha ido. La verdad es que Draghi habla de un modo que no sabes muy bien cuándo viene y cuándo se va la luz. Parece un oráculo. Total, que ahora mismo, a pleno sol, estamos completamente a oscuras. No vemos nada, y Rajoy menos. En India, cuando ocurre una cosa, ocurre una cosa. Aquí, cuando las cosas ocurren parece que desocurren y cuando desocurren parece que ocurren.
Por este camino no llegamos a octubre.
http://www.diarioinformacion.com/opinion/2012/08/04/draghi-oraculo/1281776.html
Pasaba por allí
JUAN JOSÉ MILLÁS La nueva España de Asturias lne.es 29/07/2012
Cuanto más densa es la realidad, más porosos son los medios encargados de contárnosla. A medida que los sucesos se amontonan, los periódicos adelgazan. A más materia informativa, menos periodistas para dar cuenta de ella. Así las cosas, llega Mario Draghi, presidente del BCE, o sea, el banco de Europa, y dice la siguiente obviedad: «El BCE hará lo necesario para sostener el euro». Es como si el presidente de Coca-Cola hiciera una declaración solemne para asegurar que Coca-Cola apoyará a la Coca-Cola. Una idiotez, en fin. Se nos ocurre a usted y a mí, que somos unos piernas. A un servidor le nombran mañana presidente de la Renault y lo primero que se le ocurre es manifestar que la Renault está a favor de la Renault.
Pues, bien, los mercados reaccionan a la declaración absurda de Draghi aflojando un pelín la presión del tornillo sobre nuestros gaznates. Quiere decirse que la prima de riesgo, en el caso de España, pasa de los seiscientos y pico puntos a los quinientos y muchos. Como si el cirujano entrara en su habitación y le dijera:
-Enhorabuena, ya no le vamos a amputar la pierna por aquí, sino un centímetro más abajo.
Vale, un centímetro está bien, pero no es como para que los telediarios abran diciendo que la prima de riesgo se desploma. Los que continuamos desplomándonos, y deslomándonos, somos nosotros, usted y yo, que no nos hemos metido con nadie.
No es todo. Llega Rato al Parlamento para explicar el agujero de 25.000 millones de Bankia, antes Caja Madrid, y recomienda que preguntemos al Banco de España y a las consultoras que redactaron los estudios independientes, porque él pasaba por allí. Vio el accidente, desde luego, ya que había salido a comprar tabaco en el momento del golpe, pero no se detuvo mucho tiempo. Vale, tío, eres un genio, siempre te pillan de paso. En el mismo telediario, hecho por cuatro gatos, los cuatro becarios de este año, aparece el que fuera el gran jefe de Novacaixagalicia, que en tiempos debió de ser Caixagalicia, o así, y asegura que él carecía de responsabilidades ejecutivas. Estaba de adorno, aunque cobraba como si hiciera algo. Pregunten a otros.
¿Les apetece un postre? Ahí va: el juez Dívar, obligado a dimitir por corrupto, será indemnizado. Pobre.
http://www.lne.es/vida-y-estilo/gente/2012/07/29/pasaba/1277285.html
RELACIONES IMPOSIBLES (nueva entrega)
Por qué no se casan
Fernández Toxo y Cándido Méndez mantienen una suerte de bigamia aceptada por el público
Juan José Millás 20 JUL 2012 - El País
Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez se quieren, eso salta a la vista. Van juntos a las manis, a las ruedas de prensa, a los funerales; se les ve llegar, hombro con hombro, al Ministerio de Trabajo y permanecen el uno al lado del otro en las reuniones con la patronal; acuden de la mano a las mesas redondas, a los cursos de las universidades de verano, a las fiestas patronales de donde sea menester... Y jamás se les escucha una discrepancia, nunca les hemos oído discutir o desautorizarse. Son como esos matrimonios mayores en los que él vive pendiente de ella y ella de él. Quizá vayan al cine juntos también y compartan casa de veraneo y hagan barbacoas comunes de sardinas a la caída de la tarde…
Tal vez cuando Toxo va al médico le acompaña Méndez y cuando va Méndez le acompaña Toxo, cada uno con su frasco para el análisis de orina en una bolsa del Dia. Es posible que se recuerden mutuamente qué medicina tienen que tomar, y a qué hora. Lo más probable, dada esta comunión de intereses, es que sus leucocitos sean intercambiables, y no solo sus leucocitos, sino sus órganos. Toxo funcionaría perfectamente con el hígado de Méndez y Méndez, si fuera menester, con el páncreas de Toxo. Quiere decirse que nosotros, espectadores de televisión y de la vida, sabemos que si en un telediario aparece Méndez, a su lado está Toxo y viceversa. Y si un día, por casualidad, entrevistan solo a uno de ellos en la radio o en Antena 3, nos preocupamos por el otro. ¿Estará enfermo?, ¿le habrá ocurrido una desgracia?
Lo que no se nos ocurre, porque no está en la naturaleza de la relación, es que hayan discutido. Toxo y Méndez, o Méndez y Toxo funcionan en las cabezas de la gente (íbamos a decir en el imaginario colectivo, pero nos ha dado pudor) como los apellidos Ortega y Gasset. Y merecerían, igual que el filósofo, una calle, la calle de Toxo y Méndez, o al revés, situada en un barrio obrero de Madrid o Barcelona. ¿Por qué entonces no se casan? ¿Por qué Comisiones Obreras y UGT no forman un solo sindicato oficializando así la unión de hecho de la que todos somos testigos?
No pueden. No pueden casarse porque UGT está casada ya con el PSOE y CC OO con el Partido Comunista. Se trata de dos matrimonios antiguos, dos matrimonios desgastados, sin amor, pero bendecidos por la historia de tal modo que el divorcio de cualquiera de las dos parejas causaría más estragos que el de los Reyes de España, que siguen bajo el mismo techo también por mera conveniencia política. No decimos que UGT y PSOE se odien, como los Reyes, tampoco es eso, pero la relación actual nada tiene que ver con la de aquellos tiempos en los que el sindicato era correa de transmisión del partido. “Correa de transmisión”, qué bien sonaba este sintagma, con perdón, y qué bien comprendíamos su significado cuando el mundo estaba dominado por la mecánica. Parecía que estabas viendo aquella correa que funcionaba por fricción, como el cariño, al contrario de las cadenas dentadas, basadas en la interferencia.
Si un día, por casualidad, entrevistan solo a uno de ellos , nos preocupamos por el otro. ¿Estará enfermo?, ¿le habrá ocurrido una desgracia?
En fin, que también CC OO era entonces la correa de transmisión del PC, del que en los últimos años ha estado a punto de enviudar en varias ocasiones. De hecho, el PC se encuentra diluido en una coalición de partidos, Izquierda Unida, que tampoco es que goce de una salud de hierro. Pero ahí siguen los dos sindicatos de izquierda, las dos formaciones de clase, que se decía antes, fieles a los partidos con los que contrajeron nupcias en un tiempo remoto y con los que continúan por miedo al qué dirán.
Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez (CC OO y UGT) mantienen una suerte de bigamia perfectamente aceptada por el público. Lo que no sabemos es si para que este amor extraconyugal fuera posible Comisiones Obreras se aburguesó o UGT se radicalizó. En cualquier caso, se trata de una pasión llena de peligros ideológicos, pues en ocasiones (de momento, solo en ocasiones) uno de ellos parece la segunda marca el otro. Y cuando hablamos de “segunda marca” lo hacemos en el sentido que se le da en la industria a esta expresión. Al modo, por ejemplo, en el que el Skoda es una segunda marca del Volkswagen.
—¿Qué tal te va el Skoda?
—Muy bien, ten en cuenta que lleva motor Volkswagen.
—Pues no me digas más.
Esto de tener chasis propio y motor ajeno funciona de perlas a efectos comerciales en la industria automovilística, pero genera problemas sin cuento en las formaciones políticas. Si la gente, en las manifestaciones, grita “PSOE, PP, la misma mierda es” se debe a la sospecha de que la carrocería del PSOE oculta un motor del PP. Y hay momentos históricos en los que sobran razones para sospecharlo. El día, por ejemplo, en que Zapatero dijo cínicamente aquello de “me cueste lo que me cueste”, no pretendía tanto salvar la nave como imprimirle un rumbo ideológico que pasara por Génova, donde Rajoy tomó el puente de mando sin mayores dificultades.
El PSOE se convirtió aquel día en una segunda marca del PP. Sucedió algo parecido durante la jornada parlamentaria en la que Rajoy nos dejó sin la paga extraordinaria y eliminó a efectos prácticos la Ley de Dependencia, y subió el IVA y recortó las prestaciones por desempleo y se cagó públicamente en los ancianos y en los parados (“¡que se jodan!”) y en los pensionistas… ¿Qué hizo Rubalcaba? Salió a la tribuna, dio a la llave de contacto de la retórica, y todos pudimos comprobar que el motor ideológico del PSOE hacía un runrún idéntico al del PP. He ahí los problemas de una segunda marca. Rubalcaba parecía el Dia de Carrefour, o el Simago de El Corte Inglés, o el clónico de la oveja Dolly. O sea, que nos jodió.
CC OO y UGT son dos marcas distintas, aunque indiferenciables. Si se casaran, que parecería lo lógico, nos preguntaríamos quién se ha comido a quién y si el sindicato resultante funciona con el motor del comunismo o de la socialdemocracia. Pregunta incómoda en un momento en el que no sabemos en qué cosiste una cosa ni la otra. Por eso Toxo y Méndez, Méndez y Toxo, siguen obligados a amarse sin legalizar su situación.
Próxima entrega, el martes: Esperanza Aguirre / Ana Botella
http://cultura.elpais.com/cultura/2012/07/20/actualidad/1342811264_995336.html
Fabra sabe mucho
Juan José Millás - 20/07/2012 Informacion de Alicante
Pregunten a sus vecinos qué beneficiaría más al PP, si expulsar del partido, por el "que se jodan", a Andrea Fabra o limitarse a reñirla un poquito.
Pregunten en la cola de la pescadería, en la oficina, en el bar, pregunten al quiosquero de su barrio.
Llamen después a su cuñado, a su hermana, a sus padres y continúen preguntando si una persona que insultó de ese modo a los parados (ella dice que no, pero miente, claro) le hace un favor a su partido okupando el escaño desde el que tanto dijo de sí misma con ese "que se jodan" dirigido a quienes han perdido el sueldo y están a punto de perder el subsidio.
Pregunten a gente del PP, del PSOE, de IU, de UPyD, pregunten a católicos y a ateos, a militares y a civiles, a niños y ancianos, a ricos y a pobres. Todos le contestarán lo mismo: al PP le hace daño no castigar duramente esa actitud. Un daño que se suma al producido por los aplausos que recibió Rajoy mientras apretaba la soga alrededor del cuello de los contribuyentes pobres y de clase media. Un daño que multiplica el efecto grotesco de ese "podéis ir con la cabeza bien alta" dirigido a los militantes del PP.
¿Por qué podían ir con la cabeza bien alta?
¿Porque el Gobierno había incumplido punto por punto todos y cada uno de los apartados de su programa electoral?
¿Podían ir con la cabeza bien alta porque habían mentido hasta la saciedad y seguían haciéndolo?
¿Podían ir con la cabeza bien alta porque después de confesar Rajoy que carecía de libertad para sacar adelante su programa no dimitió, que sería lo decente?
¿Podían ir con la cabeza bien alta porque no se habían tocado las SICAV, donde se encontraba el dinero grande, ni se había tocado el capital de los ricos ricos, pero, sobre todo, porque cada día daban más facilidades a los defraudadores?
Y bien, en esas circunstancias difíciles para el partido gobernante se escucha en toda España un "que se jodan" estremecedor dirigido a los sectores más vulnerables de nuestro entorno, a quienes peor lo están pasando.
Al PP le vendría de perlas quitarse de encima a esa mujer ostentórea (cortesía de Gil y Gil). ¿Por qué no lo hace? Porque tiene un padre que sabe mucho.
Sabe mucho de todos, empezando por Aznar. He ahí la respuesta.
http://www.diarioinformacion.com/opinion/2012/07/20/fabra/1276620.html
Salir a hombros
Juan José Millás La opinión de Málaga 17/07/2012
A una niña rica le deja el Ratoncito Pérez cinco euros por un diente de leche. La niña rica se lo cuenta a su amiguita pobre, que enseguida calcula el valor de la boca entera: ciento cuarenta euros sin contar las muelas del juicio, en vías de extinción. Los niños pobres se pasan la vida haciendo cálculos aritméticos, aunque no sepan sumar ni dividir. Uno puede ser analfabeto, pero sabe lo que cuestan un riñón o un hígado, por eso están a la venta en internet. Si a un niño pobre le cuentas que por un diente de leche ingresas cinco euros, enseguida te hace la cuenta de lo que podrías obtener por un pie. ¿Cuánta gente se dejaría amputar un pie por, pongamos, dos mil euros? Mucha. Si estuviera permitido el desguace de uno mismo, en dos meses nos quedaríamos en nada.
–Se ha muerto el tío Aniceto.
–¿Y lo vais a enterrar o a cremar?
–Ni una cosa ni otra, porque se fue vendiendo por partes antes de morir y no ha quedado nada de él.
–Mejor, porque han subido el IVA de los servicios funerarios.
La lógica es la lógica y la lógica dice que si un ratoncito (imbécil o no, que ese es otro asunto) está dispuesto a pagar cinco euros por un colmillo, soltaría cien por un hígado. Llevada esta lógica al Parlamento, podríamos decir que si los diputados del PP ovacionan a Rajoy cuando quita la paga extra de Navidad a los funcionarios, lo sacarán a hombros cuando les quite también la del verano. O cuando ordene fusilarlos. Los políticos aplauden cosas muy raras. Si en el teatro se aplaudiera con el criterio con el que se aplaude en el Parlamento, triunfarían lo peor de cada autor. Para saber si una obra es buena o mala antes de su estreno, podríamos pasarla por el congreso de los diputados. Si la aplauden mucho, mal asunto. El Parlamento saca lo peor de las personas. El otro día, Andrea Fabra, hija del ínclito Carlos Fabra, gritó un «que se jodan» estremecedor cuando Rajoy anunciaba el recorte de la prestación a los parados. Luego dijo que quienes se tenían que joder eran los sociatas, lo que significa que en el Parlamento, además de todo lo anterior, se puede mentir. A más mentiras, más reconocimiento. Lo que no recuerdo es qué tenía que ver todo esto con el Ratoncito Pérez.
http://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2012/07/17/salir-hombros/520247.html
Los ricos y los defraudadores, primero
JUAN JOSÉ MILLÁS - 16/07/2012 - La opinión de la Coruña
Si lo hemos entendido bien, la democracia ha sido suspendida hasta nueva orden. Usted puede votar a quien quiera, pero, gane quien gane, el presidente del Gobierno español, lejos de obedecer a sus ciudadanos para los que supuestamente trabaja y de los que evidentemente cobra, se cuadrará ante Alemania, ante Bruselas, ante los mercados o ante cualquiera otra de las abstracciones con las que venimos denominado a los golpistas que han usurpado la soberanía del poder popular.
Si lo hemos entendido bien, el candidato a las elecciones generales, una vez en Moncloa, podrá incumplir punto por punto el programa electoral presentado a los contribuyentes sin sentirse obligado por ello a dimitir, a convocar elecciones o a pedir perdón. Bastará con que diga que es un mandado, como hizo Rajoy el miércoles en el Parlamento. Lo de "soy un mandado" cuadra muy bien con nuestra idiosincrasia, signifique lo que signifique idiosincrasia.
Habíamos sido un país de mandados hasta ayer y ahora volvemos a donde solíamos por pura nostalgia de las cadenas.
Si lo hemos entendido bien, en el futuro, el programa electoral se limitará, para salvar las apariencias, a una declaración de buenas intenciones con las que al día siguiente de la contienda electoral nos limpiaremos el culo en una suerte de aquelarre colectivo que funcionará a modo de catarsis, signifique lo que signifique catarsis. Si lo hemos entendido bien, Rajoy ha devenido ya en un ordenanza, en un conserje, en un sargento chusquero, no sé, de Merkel a quien en el futuro le servirá el café y le hará los recados. No preocuparse, doña Angela proviene de la Alemania oriental de antes de la caída del muro y conoce los peligros de la burocracia soviética, de modo que cuando le ordene hacer esto o lo otro lo hará con conocimiento de causa, no por el mero placer de mandar. Lo sorprendente es que Rajoy haya aceptado el trabajo de recadero con esa sumisión cuando se escandalizaba de la falta de soberanía de Zapatero que, comparado con él, era en esta Europa basura que estamos construyendo un verdadero emperador.
Si lo hemos entendido bien, estamos naufragando y lo que intenta Rajoy es que abandonemos el barco con cierto orden. Los ricos y los defraudadores, primero.
http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2012/07/16/ricos-defraudadores/627840.html
Una historia de lucha de clases
Marichalar-Urdangarin: Primer duelo de la serie que el escritor y periodista publicará durante el verano en las páginas de EL PAÍS
RELACIONES IMPOSIBLES
Juan José Millás - El País 14-07-2012
Pregunta: ¿se puede odiar a alguien por el mero hecho de que vista pantalones con dibujos de amebas?
Respuesta: sí, si se ha sido lo suficientemente pobre como para considerarlo una ostentación típica de las clases ociosas.
Pregunta: ¿hay en la vida algo más inquietante que un cuñado?
Respuesta: sí, un concuñado.
Jaime de Marichalar e Iñaki Urdangarin fueron concuñados, quizá todavía lo sean frente a Dios, que no admite otro divorcio que el que administran, previo pago de la correspondiente mordida, los tribunales de la Iglesia. Concuñados, decíamos, una relación difícil como pocas en la que solo caben el afecto fingido que se actualiza en la paella familiar de los domingos o la competitividad desatada por ganarse el aprecio de los suegros comunes, especialmente si no son tan comunes, como sucede cuando uno emparenta con la Casa Real.
Muchas veces hemos fantaseado con aquel instante inaugural en el que Marichalar y Urdangarin fueron presentados. Los vemos estrechándose las manos, sonriendo cortésmente, quizá observándose con disimulo para deducir del aspecto físico y del aliño indumentario del otro cuál de los dos tendría más posibilidades de medrar en el organigrama monárquico. El uno procedía de una familia de rancio abolengo, signifique lo que signifique abolengo (de rancio sabemos que se aplica al tocino pasado de fecha); el otro, de una familia numerosa acomodada, aunque de clase media. Marichalar vestía como un dandi (en la medida en que las amebas lo sean); Urdangarin vestía normal. El primero era feo; el segundo era guapo. El noble, sin carecer de masa muscular, no la tenía lógicamente tan desarrollada como el deportista No vamos a decir, en fin, porque resultaría exagerado, que cada uno fuera el negativo del otro, pero sí que las diferencias entre ambos resultaban notables. Eso lo sabían sin duda alguna las infantas, que mientras asistían a este primer encuentro, presumiendo cada una internamente de su cónyuge, quizá se preguntaban cuál de los dos daría mejor resultado como marido o exmarido, como padre, como yerno, como duque consorte, como hombre de negocios
Pregunta: ¿puede darse un episodio de lucha de clases en una atmósfera de gente bien situada económicamente como la que estamos describiendo?
Respuesta: sí.
Ignoramos dónde se produjo aquel primer encuentro, si en un bar, en una discoteca, en un desfile de moda o en una galería de arte. En todo caso, allí se escribiría el primer capítulo de una relación humanamente complicada, pues a la ya difícil condición de concuñados se sumaban exigencias de carácter histórico determinadas por la posición de la futura prole en la línea de sucesión a la corona. ¿Quién tendría más hijos? ¿Quién los educaría mejor? ¿Quién ganaría más dinero? ¿Quién enviudaría antes?
Pregunta: ¿estamos o no estamos hablando de un episodio de lucha de clases real, en los dos sentidos del término?
Respuesta: sí, evidentemente.
La situación era tan de folletín, tan de novela del siglo XIX, tan de porteras en última instancia, que cada español, de forma explícita u oculta, tomó partido por un cuñado u otro. No creemos equivocarnos al afirmar que este primer asalto lo ganaron Urdangarin y Cristina, que transmitían la imagen de una pareja moderna, normal, currante y tan fresca (incluso tan cool) que quizá ni necesitaran, al contrario de los rancios Marichalar y Elena, usar desodorante.
Pregunta: ¿es necesario echar colonia en la colonia para que huela bien?
Respuesta: no, la fragancia forma parte de su naturaleza.
Urdangarin y Cristina no necesitaban perfumarse porque ellos eran el perfume, como lo serían después sus hijos, que enseguida empezaron a llegar a esta difícil meta de salida que llamamos existencia a un ritmo de campeones olímpicos. Sin prisa, pero sin pausa, hasta completar una familia numerosa ejemplar tanto desde el punto de vista de la forma como desde la perspectiva del fondo. Nótese, por si fuera poco, que Urdangarin, en las primeras fotos que conocimos de él, recordaba bastante al príncipe Felipe, y así lo destacaron muchos medios. Quiere decirse que aquella unión parecía bendecida también por el prestigio de una pasión oscuramente incestuosa en un país donde la gente es muy aficionada a meterse en la cama con su madre.
Pregunta: ¿era lógico que el primer asalto de ese colosal episodio de lucha de clases librado en el interior de la monarquía lo ganara la clase media representada por la pareja Iñaki-Cristina?
Respuesta: sí. Y no solo era lo lógico, sino lo deseable.
Pero la vida es complicada. El rencor de clase, que es el motor de la historia, no siempre favorece al rencoroso. Con el rencor de clase, igual que con las escopetas, no se juega, pues corre uno el peligro de pegarse un tiro a sí mismo, como el pobre Froilán. Quizá es lo que le ocurrió a Urdangarin, que pretendiendo superar al concuñado noble, pero de recursos económicos limitados, se dio un tiro en el pie, ese pie con el que está a un paso de entrar en la cárcel si las influencias de la familia política no lo remedian. Le está bien empleado aunque solo sea porque trataba al servicio doméstico (la servidumbre, para él) como al culo. Los desclasados tenemos más peligro que el capitán Garfio.
Pregunta final: ¿ganó entonces, finalmente, este raro episodio de lucha de clases la nobleza ociosa frente a la clase media emprendedora?
Respuesta: sí.
Corolario: pues estamos jodidos.
Próxima entrega, el miércoles: Carmen Thyssen / Borja Thyssen.
http://wap.elpais.com/index.php?module=elp_gen&page=elp_gen_noticia&idNoticia=20120714elpnepcul_29.Tes&secc=cul
Gracias, ministro
Juan José Millás - Diario Información de Alicante 30.06.2012
Estos son, desnudos de palabrería, los hechos: el PP, con lo que venimos denominando "amnistía fiscal", decidió, de un lado, premiar a los evasores de impuestos y legalizar, de otro, el dinero obtenido con actividades perseguidas por la ley. A ello respondió el PSOE con un recurso de inconstitucionalidad para que fuera el alto tribunal quien decidiera algo tan complicado, y para lo que se requieren tantos estudios, como si se puede o no se puede colaborar desde el Gobierno en operaciones de blanqueo de capitales.
Teniendo en cuenta que el lavado de dinero negro es un delito tipificado en el código penal y cuya persecución se encomienda al Ministerio del Interior, a la fiscalía y a los jueces, ¿no habría sido más razonable acudir al juzgado de guardia y denunciar directamente a Rajoy o a Montoro o al mismo Consejo de Ministros por un presunto delito de prevaricación? Claro que, si hiciéramos esto, las cosas quedarían más o menos claras, cuando de lo que se trata es de que los ciudadanos renunciemos a entender nada de nada (estamos en ello, no se apuren). Repitamos la secuencia para comprenderla en toda su magnitud: el Gobierno proporciona a la delincuencia grande una ventanilla especial para que legalice los beneficios no declarados al fisco, procedan estos de actividades criminales o no. Esta cobertura conlleva además un agravante comparativo al darse la circunstancia de que el malhechor recibe un trato fiscal mucho más ventajoso que el ciudadano que ha cumplido en tiempo y forma con Hacienda.
El Gobierno, si todo lo que se ha dicho hasta esta línea es cierto, y parece que sí, ha dictado por tanto una resolución a todas luces impresentable a sabiendas de que era impresentable. ¿No se llama a eso prevaricación? Sí, se llama prevaricación. Pero por si el galimatías fuera pequeño, llega Montoro y califica el recurso presentado por el PSOE de radical, de extremista. Viene a decir que extrañarse de que los poderes públicos colaboren con las mafias en la comisión de un delito significa adoptar una actitud antisistema. El sistema, en consecuencia, es gansteril. Gracias por la aclaración, ministro, pero veníamos sospechándolo desde hace algún tiempo.
http://www.diarioinformacion.com/opinion/2012/06/30/gracias-ministro/1270035.html
‘Miserere’
Y ni una misa de funeral por todas esas revistas y periódicos de papel, por todos esos quioscos desaparecidos.
Juan José Millás - El País 29 JUN 2012
En un mundo agobiado por la devaluación del euro, por el agujero de ozono y la desaparición de especies animales, por la pérdida en general, aún no hemos entonado un miserere por el cierre de los quioscos de prensa. Y se cierran todos los días, mayormente al ritmo de la jubilación de sus dueños.
Salía uno ayer mismo del dentista de pago, valga la redundancia, y el quiosco en el que compraba EL PAÍS para leerlo minuciosamente en la cafetería de la esquina, bajo los efectos del virtuoso Nolotil, había desaparecido de la acera. Se acercaba uno, incrédulo, al lugar del crimen, por si se tratara de un problema de la vista, y donde hasta ayer había un quiosco, con su matrimonio de quiosqueros dentro, había un hueco rojizo, hinchado, un poco sangrante todavía, como el que queda en la encía tras la extracción de una muela del juicio. Un hueco por el que uno pasaba la vista obsesivamente, como la punta de la lengua por el empaste, sin que el puesto de periódicos volviera a manifestarse siquiera fuera en su versión fantasma. Y miraba uno alrededor, en busca de otro, pues su dentista se encuentra en una zona de mucho paso, y no veía ninguno, aunque si caminaba unos metros observando atentamente el firme, descubría más huecos sin cicatrizar resultantes de la extracción indolora de otros quioscos que se extendían hasta hace poco por el barrio. Se habían quedado las aceras desdentadas. Y ni un miserere, ya decimos, ni una misa de funeral por todas esas revistas y periódicos de papel en los que uno se demoraba como un niño ante un escaparate de golosinas antes de decir este y este y estas dos revistas y también este libro que se me escapó en su día.
De todos los fármacos eliminados por Ana Mato del catálogo de la Seguridad Social, el único que no necesitaré son las lágrimas artificiales. He vuelto a llorar de forma natural.
Ya somos guardeses
JUAN JOSÉ MILLÁS - La Opinión de Tenerife 29.06.2012
Hubo un tiempo en el que lo primero que hacían los cadáveres por la mañana, al despertar, era pasarse la punta de la lengua por la dentadura, para comprobar que no les faltaba ninguna pieza de oro, tan apreciadas por los saqueadores de tumbas. Ya no se hacen muelas de oro, pero se sigue enterrando a los difuntos con zapatos, que comienzan a ser también un botín muy codiciado. El otro día, en un parque, vi a un hombre de clase media con las piernas cruzadas, leyendo un periódico gratuito. Llevaba un traje y una corbata tan arrugados como el periódico y tenía un agujero negro en la suela del zapato derecho, expuesta inadvertidamente a la vista de los demás. La clase media se empieza a deteriorar por los zapatos. Luego se descuida la dentadura y finalmente aparecen las dificultades gástricas. La expresión de pena permanente indica ardor de estómago. Se combate con antiácidos que acaban de ser retirados del catálogo de medicinas de la Seguridad Social.
Si quieres conocer la salud de un país, su nivel de progreso, su categoría cultural y su situación psicológica, asómate a la boca de su clase media, a las aulas de sus escuelas públicas, a sus cárceles, fíjate también en la suela de sus zapatos y en el rictus de sus labios. El cuerpo social español, que viene a ser la suma de los cuerpos individuales, empieza a mostrar un aspecto preocupante. Conserva aún parte de su anterior nobleza, pero su rostro es ya el de un dispéptico que carece de medios para cuidar su gastritis; el de un desempleado que no puede pagarse los empastes; el de un estreñido sin acceso a los laxantes; el de un varicoso sin tratar... Tose y tose hasta expulsar pedazos de pulmón sin que nadie le proporcione un jarabe y se rasca los brazos con desesperación porque le han retirado también la crema para el prurito.
Entre tanto, ese cuerpo social maltrecho tiene que recibir como se merece a un magnate yanqui que quizá monte en Barcelona o en Madrid, si le dejan legislar a su gusto, un casino con sus centros de convenciones, su prostitución, sus gánsteres y todo lo demás. Y le recibimos, claro, debajo de una carpa con aire acondicionado. Pero no le recibimos como si fuéramos un país soberano, sino como si hubiésemos devenido en los guardeses de su finca.
http://www.laopinion.es/opinion/2012/06/29/guardeses/420894.html
Usted y yo palmamos
JUAN JOSÉ MILLÁS 15/06/2012 laopiniondemurcia.es
Isabel Cambronero, una profesora de ballet con cuenta en la CAM, entró a formar parte de la Comisión de Control de dicha caja porque le tocó en un sorteo. Con las cosas que tocan en la lotería ocurre lo que ocurre, es decir, que no se valoran, y eso es lo que ha sucedido en este país, que todo el mundo está donde está gracias a una rifa. A los gestores de las cajas que nos han llevado a la ruina les tocó, además de la poltrona, un sueldo para toda la vida. Por eso hacían y deshacían como si ese dinero no valiera nada. Les llegó a parecer normal que bastara con abrir un armario para llenarse los bolsillos de pasta, una pasta que, como el maná, caía del cielo. A Olivas le tocó la lotería y a Blesa le tocó la lotería y a Rato le tocó la lotería. A Rato, como al ínclito Fabra, le tocó dos veces, pues antes de lo de Caja Madrid, ya le habían adjudicado de manera gratuita la presidencia del FMI. Por eso, porque no se la había trabajado, la abandonó en marcha. Lo que se consigue sin esfuerzo provoca hastío. La imagen perfecta del tedio es la del juez Dívar haraganeando en hoteles de lujo en fines de semana de cuatro o cinco días. Pero es que a Dívar le había tocado el puesto también en una tómbola.
Un programa de radio localizó hace tiempo a varias personas agraciadas años antes con un premio grande en la Lotería de Navidad, para ver qué había sido de sus vidas. La mayoría eran muy desgraciadas. El dinero, lejos de calmar sus apetitos, había abierto en ellas un vacío existencial insoportable. Además de haberlo perdido todo con la facilidad con la que lo habían ganado, se les había agriado el carácter. ¿Por qué? Porque no se trataba de un dinero obtenido con esfuerzo. Le ha ocurrido también, por ejemplo, a Ana Botella, a la que le tocó en otra rifa la alcaldía de Madrid, en la que no cesa de hacer el ridículo. No digamos nada de esa panda de miembros del PP, PSOE, IU, CC OO y UGT, que se repartieron de forma aleatoria los puestos de consejeros en la CAM o Caja Madrid. Se llevaban más de 100.000 euros anuales como el que cobra una quiniela de catorce y no sentían la necesidad de currárselos. Este país es el resultado de una tómbola en la que a usted y a mí nos ha tocado palmar.
http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2012/06/15/palmamos/409805.html
El mayordomo
Juan José Millás 02/06/2012 - Información.es El Periódico de Alicante
Parece que todo el mundo tenía intereses inconfesables en Bankia, todo el mundo menos usted, lector, yo mismo y nuestras respectivas familias. ¿Por qué, si no, ese empeño general en tapar la basura? ¿Qué le pasaría a Rajoy si se levantaran las alfombras?, ¿qué a Esperanza Aguirre?, ¿qué a Blesa, a Rato y compañía?, ¿qué a los miembros de CC OO y UGT que se sentaban en el consejo de administración?, ¿qué a los del PSOE e IU? ¿Por qué hasta los aparentemente partidarios de investigar lo solicitan con la boca pequeña? ¿Sería capaz alguno de los consejeros aludidos de explicar al contribuyente en qué consistía su trabajo? Explicarlo de forma sencilla, se entiende. Yo acudía, por ejemplo, a la sede de la institución el último jueves de cada mes, me sentaba a la mesa, decía que sí a todo, firmaba donde hubiera que firmar y me llevaba crudos doce o trece mil euros.
¿Era así? Nos lo expliquen, coño. ¿Por qué callan mientras el resto de los españoles acudimos a tapar, con lo que no tenemos, ese desfalco histórico? ¿No le parece a usted, lector, que un silencio de ese calibre solo puede ser el resultado de una complicidad tan extendida que apenas usted y su familia, además de yo y la mía, permanecíamos fuera del secreto? Todo son conjeturas. Cuando se mete uno en la cama, cuando va en el metro haciendo números, cuando espera en la marquesina del autobús la llegada del furgón mortuorio, no hace otra cosa que darle vueltas al asunto de manera obsesiva.
¿Se hacen los demás las mismas preguntas que usted y yo? ¿Es Dívar, por ejemplo, un caradura redomado? ¿Es Rajoy un mentiroso incorregible? ¿Qué oculta de su propio pasado el ministro de Defensa en esos papeles que, llegado el momento de su desclasificación, no nos deja ver? ¿Con qué criterio, el de Exteriores, saca pecho o se humilla frente a las agresiones supuestas o reales de que somos objeto? ¿Hay todavía en el Gobierno alguien que sepa hacia dónde nos dirigimos? ¿Está la oposición dispuesta a oponerse? ¿Por qué en el Vaticano, como en las malas novelas policiacas, el asesino es el mayordomo?
Por cierto, ¿se imaginan a Cristo con mayordomo?
http://www.diarioinformacion.com/opinion/2012/06/02/mayordomo/1260352.html
Continuará...
La transparencia opaca del presidente Rajoy
JUAN JOSÉ MILLÁS - 02/06/2012 Diario Independiente de Asturias - lne.es
Si la actual situación española deviniera en una serie de TV, habría que titularla Cuéntame un cuento. En todo caso, dedicaríamos un capítulo a los portentosos engendros retóricos de Rajoy, uno de sus principales protagonistas. En ese capítulo veríamos al presidente del Gobierno en su laboratorio gramatical, mezclando fórmulas verbales de las que saldrían, por ejemplo, los monstruos solemnes nosi y sino. El primero es capaz de convertir los noes en síes y el segundo los síes en noes. Así, cuando Rajoy proclama que no subirá los impuestos, resulta que los impuestos suben, y cuando jura que dará la cara se esconde. Son sólo dos muestras de la potencia de estas quimeras o aberraciones verbales, pero las hay a cientos. Dado que acaba de jurar que la banca española no será rescatada, los expertos se han apresurado a señalar que es cuestión de días.
Ahora mismo Rajoy acaba de inventar otra aberración cautivadora. Nos referimos a la transparencia opaca. Este curioso oxímoron carece de intenciones poéticas. No es como cuando hablamos del silencio atronador, de la noche diurna o del dolor dulce. La transparencia opaca es un bicho de carácter práctico para uso exclusivo de políticos marrulleros. La transparencia opaca, en el caso de Bankia, significa que nos van a contar todo lo que ha ocurrido en esa institución sin que nos enteremos de nada. Quiere decirse que saldrán a la luz los nombres de los que han robado o falseado documentos sin que eso signifique que sus nombres salgan a la luz. Se depurarán responsabilidades sin depurar responsabilidades y aquí paz y después gloria. Fuentes cercanas al PP aseguran que Rajoy está ya trabajando en la construcción del monstruo contrario, el de la opacidad transparente, que dará las mismas prestaciones pero al revés.
En capítulos anteriores, ya lo saben ustedes, el jefe del Estado se hallaba de cacería mientras el rayo de la prima de riesgo se salía del gráfico; el presidente del Gobierno huía de la prensa por la puerta de servicio; el máximo responsable del poder judicial se marchaba de fin de semana de amor y lujo con cargo al contribuyente y la oposición seguía a la espera. Continuará.
http://www.lne.es/opinion/2012/06/02/continuara/1251095.html
Ellos fingen
JUAN JOSÉ MILLÁS - farodevigo.es 29/05/2012
En la comida del domingo salió el tema de Bankia y todos fingimos entender lo ocurrido. No lo hacíamos por mala fe ni para presumir de nada, lo hacíamos en defensa propia. Como cuando el médico te explica una enfermedad, que le dices que sí a todo porque estás muerto de miedo y lo único que te interesa saber es si tiene cura.
-¿Pero es grave o no es grave, doctor?
Cuando el doctor duda, es grave. Cuando regresa a los tecnicismos, es grave. Cuando, en lugar de mirarte de frente, sus ojos se pierden por la sala, es grave. No entendimos lo de Bankia, en fin, porque estaba todo muy enrevesado, pero nos dimos cuenta de que todos dudaban, de que todos utilizaban tecnicismos y de que todos desviaban la mirada. Además, no sabemos la diferencia que hay entre financiar un desastre con dinero líquido o con deuda. Parece que el Gobierno ha inyectado deuda pública y que eso marca algunas diferencias incomprensibles para el común de los mortales, diferencias basadas en trucos, en artificios contables, en ingenierías financieras. En Madrid tenemos una autopista (la M-30) a la que en su día llamaron calle (calle 30) para evitar una investigación de impacto ambiental. Un subterfugio. Los poderosos, además de mayordomo y yate, poseen subterfugios. Dívar se ha escapado gracias a un subterfugio y Rato gracias a otro y Carlos Fabra a otro. Lo primero que hace Al Capone cuando se convierte en Al Capone es adquirir subterfugios. Los hay para esto, para lo otro y para lo de más allá. Hay gente que compra subterfugios como el que compra décimos de lotería premiados. Con unos lavan el dinero negro y con los otros evitan ir a juicio.
Bankia es un criadero de subterfugios. De hecho, no hay nadie imputado todavía, solo gente cobrando indemnizaciones. Pero llega la comida de los domingos y tenemos que fingir que entendemos lo ininteligible. No por mala fe, ya digo, sino para no enloquecer, como ejercicio de cordura transitorio. Ahora bien, ¿por qué Sáenz de Santamaría dijo que se trataba de un préstamo y Goirigolzarri la desmintió asegurando que se trataba de una entrega a fondo perdido? Quizá porque ellos tampoco entienden nada y hacen lo mismo que nosotros: fingir.
http://www.farodevigo.es/opinion/2012/05/29/fingen/652483.html
¡Viva la justicia!
Viene a ser como comer sin hambre o amar a alguien sin quererlo
JUAN JOSÉ MILLÁS - laprovincia.es 25/05/2012
La fiscalía ha archivado el caso Dívar al no apreciar en su actitud "afán de lucro". ¿Significa eso que si un servidor atraca un banco porque sí tampoco irá a la cárcel? ¿Que si un funcionario mete la mano en la caja sin otra intención que la de pasar el rato será ascendido? No sabemos qué rayos significa lo del afán de lucro, y no porque no hayamos estudiado el asunto a fondo, sino porque el fondo del asunto era puro cieno, fango, limo, légamo. Metías la mano y la sacabas llena de bichos raros, de los que habitan en las profundidades inaccesibles de la conciencia y en los abismos de algunas resoluciones judiciales. Metías la mano y salía sin dedos. Resulta que Dívar, aficionado a la semana caribeña, se hospedaba en los mejores hoteles de Marbella sin afán de lucro, viajaba en la clase Club del AVE sin afán de lucro y reservaba mesa para dos en los restaurantes más caros de Marbella sin afán de lucro. Vivía el hombre a cuerpo de rey, siempre a nuestra costa, sin afán de lucro, de ahí que la fiscalía, en su afán por descubrir la verdad, haya cerrado el caso Dívar.
Lo del afán de lucro nos trae a la memoria un momento estelar de Ratzinger: cuando dijo aquello de que el sexo, dentro del matrimonio, estaba tolerado por la Iglesia a condición de que se practicara sin concupiscencia, es decir, sin apetito. El sexo sin apetito nos ha parecido desde siempre la mayor expresión de escepticismo que el ser humano es capaz de llevar a cabo. Viene a ser como comer sin hambre o amar a alguien sin quererlo. Cuando uno no cree en nada, absolutamente en nada, puede caer sin duda en tales actitudes aparentemente contradictorias.
-Querida, ¿hacemos el amor?
-Solo a condición de que no lo desees.
-No lo deseo.
-Pues vamos allá.
Dívar se despertaba en habitaciones o suites de hoteles en las que usted y yo solo dormiremos en sueños, se tomaba unas ostras que parecían mantequilla de mar, revolvía en su cazuela de barro, con el tenedor de madera, unas angulas de a mil euros el cuarto. Pero lo hacía todo sin concupiscencia. Y eso es lo que le ha salvado de la quema, mire usted.
¡Viva la justicia!
http://www.laprovincia.es/opinion/2012/05/25/viva-justicia/459680.html
Aforismos
¡Cuánta sabiduría hay en lo obvio! El banco malo no es bueno
Juan José Millás 18/05/2012 El País -
El exceso de información nos ha convertido en una sociedad ignorante al modo en que la abundancia de libertades económicas nos ha hecho esclavos de los poderes financieros. Ya ven: todo conduce a su contrario. Así, Bankia fue intervenida porque funcionaba bien y a Rato lo arrojaron por la borda para premiar una gestión brillante como pocas en el panorama actual. En realidad, no lo arrojaron por la borda, se fue porque quiso, pero se fue porque quiso al mismo tiempo que lo arrojaban por la borda. Estas acciones simultáneas y excluyentes, también muy de la época, ya no nos causan extrañeza. Ni el mismo Rato sabe, a estas alturas, si se lo quitaron de encima o se marchó de forma voluntaria. Además le da igual, pues lo importante es que entre lo que pilló tacita a tacita mientras hundía Bankia y lo que le hemos dado de indemnización por dejar de hundirla, se va con el riñón forrado. Cabe preguntarse por qué indemnizamos a quien nos lleva a la ruina en lugar de a sus víctimas. Pues por la misma lógica que el exceso de información nos ha conducido a la ignorancia y el de libertades a la esclavitud. Para recuperar la lógica de antaño, y con ella la libertad y el conocimiento, tendríamos que volver a la sencillez aforística, que es lo que hizo Botín el otro día al proclamar que el banco malo no es bueno.
¡Cuánta sabiduría hay en lo obvio! El banco malo no es bueno; el hombre alto no es bajo; la mujer rubia no es morena; el ascensor estrecho no es ancho; el caballo no es perro, etc. Comparen ese discurso diáfano con el de Luis de Guindos acerca del Banco de España: el Banco de España, dijo, es una institución muy prestigiosa que pronto recuperará su prestigio. ¿Cómo va a recuperar lo que no ha perdido?
O mentía en la primera parte de la proposición o mentía en la segunda, aunque, conociéndole, quizá mintiera en las dos.
http://elpais.com/elpais/2012/05/17/opinion/1337269368_957738.html
¡Qué lista!
JUAN JOSÉ MILLÁS 18/05/2012 www.lne.es/opinion/2012/05/18/lista/1243733.html
Cristina Cifuentes, delegada del Gobierno en Madrid, llegó al puesto con la aureola de que no parecía del PP, que viene a ser como llegar a ginecólogo con el prestigio de no haber estudiado medicina. Se trataba, en fin, de una aureola absurda, muy común, sin embargo, en nuestro contradictorio mundo. Hay curas que gustan porque no parecen curas, académicos admirados porque no parecen académicos, millonarios que encandilan porque no parecen millonarios y así de forma sucesiva. La contradicción alcanza el paroxismo cuando el Rey, máximo exponente de la acción protocolaria, se salta el protocolo. Nosotros, sin embargo, nos rendimos en seguida ante Cristina Cifuentes porque, además de ser del PP, y en contra de lo que pensaban sus compañeros de partido, parecía del PP.
Por si quedaran dudas, ahí están sus recientes declaraciones acerca del 15-M. Cifuentes acaba de insinuar que el movimiento está más organizado de lo que parece y que quizá posee soporte económico. Todo muy misterioso: está más organizado de lo que parece y quizá tiene soporte económico. Como verán, se trata de desprestigiar algo a base de dibujar sombras a su alrededor. No importa si las sombras son inteligentes o tontas; lo que cuenta es que sean sombras, porque la sombra, excepto para los poetas y los filósofos, tienen mala fama. La sospecha se desvanece cuando descubrimos que Cristina Cifuentes disfruta de lo que critica en los otros, es decir, la delegada del Gobierno en Madrid está más organizada de lo que parece y posee un soporte económico importante, puesto a su disposición, además, por los ciudadanos, entre ellos los ciudadanos del 15 M.
Si Cifuentes, pese a disponer de mucha organización y mucho dinero, no es sospechosa de nada (excepto, para alguno de los suyos, de no parecer del PP), ¿por qué el 15-M o cualquier otro movimiento deberían privarse de tales beneficios? Imaginemos ahora la posibilidad de que las movilizaciones de los «indignados» hubieran sido un fracaso absoluto. ¿De qué les habría acusado Cristina Cifuentes? Lo más probable es que hubiera dicho que carecían de organización y de medios porque, dada su endeblez ideológica, no habían sabido proveerse de una cosa ni de otra. Lo bueno es que los dos argumentos funcionan. ¡Qué lista!
http://www.lne.es/opinion/2012/05/18/lista/1243733.html
La modernidad era esto
JUAN JOSÉ MILLÁS - laopinioncoruna.es - 4/5/2012
Soraya Sáenz de Santamaría aseguró el otro día que, pese a las críticas, no iban a dejar de "modernizar" España. Utilizó el verbo modernizar, en efecto, para describir este bombardeo sistemático del que estamos siendo víctimas. Cada obús lanzado sobre un derecho adquirido, sobre una pensión modesta, sobre un hospital cerrado o un quirófano reducido a escombros, cada obús, decíamos, es, según la vicepresidenta, un elemento modernizador del sistema. Modernizar es quitar becas, eliminar los fondos para la investigación, reducir la capacidad de consumo, deprimir a la gente honrada y darles alegrías sin cuento a los defraudadores. Nos recordaba a Bush cuando bombardeó Irak en una acción que él calificó de humanitaria. Esa gente sin piernas, sin brazos y sin futuro que todavía agoniza en las esquinas de las ciudades de Irak son, quién lo diría, beneficiarios de una acción humanitaria, justo al modo en que esa mujer a la que dentro de nada eliminarán del programa de diálisis que la mantiene con vida se está beneficiando de los efectos modernizadores de la acción del Gobierno.
-Doctor, no puedo pagar el tratamiento.
-Pues muérase usted, por antiguo.
Margaret Tatcher, decidida a modernizar de una vez por todas los ferrocarriles del Reino Unido, privatizó cuando entonces su gestión, lo que se tradujo en un número espectacular de muertos. Los trenes empezaron a descarrilar enseguida porque a las empresas que se forraron con su compra les parecía que el mantenimiento era también una antigualla. Hay que modernizar el mantenimiento, dijeron. Y resultó que la modernización consistía en suprimirlo. Hay gente que te lleva a la Edad de Piedra convencida de que te está llevando a la de los metales. Nosotros vamos ahora hacia el capitalismo manchesteriano del siglo XIX, pero nuestros gobernantes dicen que no, que vamos hacia la modernidad. La modernidad era esto. No queremos ni pensar dónde estaremos cuando Rajoy, en uno de esos saltos mortales a los que es tan aficionado, decida convertirse en un posmoderno. En la posmodernidad pepera solo habrá cementerios (privados, lógicamente).
http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2012/05/04/modernidad/605310.htmlUn silencio súbito
JUAN JOSÉ MILLÁS 01/05/2012 laopinioncoruna.es
La Iglesia, que se pasa la vida hablando de sexo, debería manifestarse también acerca de las últimas decisiones del Gobierno. Aún no sabemos qué le parece, por ejemplo, el hecho de que dejemos de atender a los inmigrantes enfermos. No nos imaginamos a Jesús pidiéndole la cartilla sanitaria a un ciego antes de sanarlo. Es más, Jesús atendería antes al inmigrante, al pobre, que al enfermo con recursos. He buceado durante horas en Internet, buscando alguna manifestación de Rouco Varela o adláteres, signifique lo que signifique adláteres, sobre esta iniciativa gubernamental, pero parece que no saben, no contestan. Es como si hubieran decidido especializarse únicamente en divorcios, asuntos clínicos (sobre todo los relacionados con el embarazo), y tendencias sexuales.
No nos parece mal. Tampoco criticaríamos que hubiera cardenales u obispos que opinaran todo el rato sobre cuestiones de ingeniería aeronáutica o de arquitectura modular. Pero echamos en falta sus opiniones acerca del trato que de ahora en adelante se va a dar a los enfermos y a los jubilados, que son, junto a los inmigrantes, los sectores más desfavorecidos de la sociedad. Nosotros somos partidarios de la separación entre la religión y la política, pero dado que la jerarquía se politizó tanto cuando gobernaba Zapatero, no acabamos de entender esta despolitización súbita, como si hubieran sido víctimas de una conversión.
A la Conferencia Episcopal no le afecta, seguramente, la subida de IVA ni de las cargas fiscales en general. Ya sabemos que por no pagar no paga ni el impuesto sobre bienes inmuebles, pero aun así debería salir en defensa de sus fieles. No comprendemos, en fin, este silencio sobrevenido cuando más faltan nos harían sus opiniones. Por ejemplo, ¿es monseñor Camino partidario de la dación en pago? Comprendemos que para opinar sobre este asunto se deben adquirir ciertos conocimientos de economía, así como del funcionamiento de los bancos. Pero para gente que sabe tanto del matrimonio sin estar casada y del sexo sin practicarlo no debería resultar difícil ponerse al día en estos temas que tanto agobian a la feligresía. Gracias.
http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2012/05/01/silencio-subito/604420.html
Un sindiós
Juan José Millás-El País \ 27/04/2012
Desde que los ministros de Rajoy, en especial Montoro y Ana Mato, decidieron explicar didácticamente los porqués de la demolición del Estado, entendemos las cosas mucho mejor. He aquí un resumen, claro como el agua, de sus argumentos:
Se pone precio a la sanidad para que continúe siendo gratuita y se expulsa de ella a determinados colectivos para que siga siendo universal.
Se liquidan las leyes laborales para salvaguardar los derechos de los trabajadores y se penaliza al jubilado y al enfermo para proteger a los colectivos más vulnerables.
En cuanto a la educación, ponemos las tasas universitarias por las nubes para defender la igualdad de oportunidades y estimulamos su privatización para que continúe siendo pública.
No es todo, ya que al objeto de mantener el orden público amnistiamos a los delincuentes grandes, ofrecemos salidas fiscales a los defraudadores ambiciosos y metemos cuatro años en la cárcel al que rompa una farola.
Todo este programa reformador de gran calado no puede ponerse en marcha sin mentir, de modo que mentimos, sí, pero al modo de los novelistas: para que la verdad resplandezca.
Dentro de esta lógica implacable, huimos de los periodistas para dar la cara y convocamos ruedas de prensa sin turno de preguntas para responder a todo.
Nadie que tenga un poco de buena voluntad pondrá en duda por tanto que hemos autorizado la subida del gas y de la luz a fin de que resulten más baratos y que obedecemos sin rechistar a Merkel para no perder soberanía.
A no tardar mucho, quizá dispongamos que los aviones salgan con más retraso para que lleguen puntuales.
Convencidos de que el derecho a la información es sagrado en toda democracia que se precie, vamos tomar RTVE al asalto para mantener la pluralidad informativa.
A nadie extrañe que para garantizar la libertad, tengamos que suprimir las libertades.
http://elpais.com/elpais/2012/04/26/opinion/1335442116_849344.html
Teología y sexo
Los telediarios en los que sale monseñor Reig apestan a sexo rancio, a testosterona caducada y a ignorancia roquefort
JUAN JOSÉ MILLÁS - LAPROVINCIA.ES 20/04/2012
A Juan Antonio Reig Pla, obispo de Alcalá, le gusta más hablar de sexo que de Dios. De hecho, a Dios ni lo menciona últimamente porque lo que a él le pone no es la teología, sino la sexología. Acabará abriendo en el palacio episcopal una consulta de enfermedades venéreas como las que se veían en el Madrid de los años 50 del pasado siglo, una consulta cutre, con chinches y olor a formol. Aparece monseñor en la tele y a mí me da un ataque de sinestesia, pues percibo su olor a través de la vista. Lo huelo tanto que he de taparme las narices y ventilar luego la casa. Los telediarios en los que sale monseñor Reig apestan a sexo rancio, a testosterona caducada y a ignorancia roquefort. No todas las ignorancias huelen igual, pero la del obispo de Alcalá huele a roquefort, o sea, a pies. Que se asee un poco.
He ahí, en fin, un caso de vocación equivocada, como el de tanta gente que empieza una carrera y la abandona a la mitad por otra, o como tanta gente que finge formarse en esto y se forma en aquello. La pregunta es dónde obtuvo Reig los profundos conocimientos de que da muestras acerca del sexo. En otras palabras: ¿Disimulaba, de estudiante, los textos de sexología entre las tapas de los de teología o los de teología entre los de sexología? En cualquier caso, estudiara lo que estudiara, de lo que a él le gusta presumir es de formación venérea, de técnicas amatorias y de testosterona. No es que la religión no le haya servido de nada, pues gracias a ella sabe que la homosexualidad es una enfermedad que se cura con las terapias adecuadas y que los homosexuales castos pueden ser muy felices. Esa combinación multidisciplinar entre religión y genitalidad (la genitalidad le encanta) podría dar lugar a una nueva disciplina intelectual de enorme éxito, como cuando a alguien se le ocurrió juntar Económicas y Empresariales.
Ahí está Monseñor, ahí sigue, utilizando el púlpito y la tele para propagar el odio a la diferencia sin que sus superiores se atrevan a llamarle al orden. A lo mejor es que a sus superiores, como tema de conversación, les pone también más el sexo que Dios.
http://www.laprovincia.es/opinion/2012/04/20/teologia-sexo/452410.html
Todos con un pie fuera
Parece que el Rey escapó por una ventana y se fue de juerga. Precisamente está triunfando en Europa una novela del sueco Jonas Jonasson que se titula más o menos así (El abuelo que saltó por una ventana y escapó). El protagonista del libro de Jonasson es un anciano de cien años que huye de un asilo para rememorar algunos de los grandes acontecimientos del siglo XX. Cada uno tiene sus querencias. Nosotros, de niños, éramos muy de saltar también por la ventana mientras los mayores hacían la siesta. Saltábamos por la ventana para ir a verle las bragas a una vecina que a esa hora, inexplicablemente, tendía la ropa. Quiere decirse que veíamos las bragas tendidas, lo que para la época era un lujo. Las querencias a las que nos referíamos antes.
El Rey, por lo que vamos leyendo estos días, y pese al capote caritativo del PP, se fue también a la hora de la siesta, de forma sigilosa, a matar elefantes. De modo que si Froilán convirtió en un asunto literal la metáfora de pegarse un tiro en el pie, la casa real soltaba un ejem cuando preguntábamos por qué el abuelo no visitaba al nieto.
-Está a punto de venir, ejem.
No estaba a punto de venir porque se encontraba a diez mil quilómetros de distancia, con unos amigotes con los que mata elefantes. Quiso el destino que se rompiera una cadera por la noche, cuando se levantó a hacer pis, si nos han contado la verdad, para que se descubriera el pastel. El pastel es que el Rey se escapa por una de las ventanas de la Zarzuela para echar una cana al aire mientras el país entero se halla sometido a un régimen de sangre, sudor y lágrimas. Ignoraba Juan Carlos que cuando disparaba contra uno de esos pobres mamíferos hería en un pie a la institución que representa, esta vez de forma metafórica.
Así andamos, debatiéndonos entre el significado figurado y el literal de las cosas. Lo de saltar por la ventana, sin ir más lejos, era una figura retórica hasta ayer mismo. Hoy estamos todos con un pie fuera, unos huyendo de la quema y otros huyendo de sus responsabilidades. La pregunta es para qué sirve un elefante muerto. La respuesta es que para nada, excepto, quizá, para remendar la virilidad de quien duda poseerla.
El Rey, por lo que vamos leyendo estos días, y pese al capote caritativo del PP, se fue también a la hora de la siesta, de forma sigilosa, a matar elefantes. De modo que si Froilán convirtió en un asunto literal la metáfora de pegarse un tiro en el pie, la casa real soltaba un ejem cuando preguntábamos por qué el abuelo no visitaba al nieto.
-Está a punto de venir, ejem.
No estaba a punto de venir porque se encontraba a diez mil quilómetros de distancia, con unos amigotes con los que mata elefantes. Quiso el destino que se rompiera una cadera por la noche, cuando se levantó a hacer pis, si nos han contado la verdad, para que se descubriera el pastel. El pastel es que el Rey se escapa por una de las ventanas de la Zarzuela para echar una cana al aire mientras el país entero se halla sometido a un régimen de sangre, sudor y lágrimas. Ignoraba Juan Carlos que cuando disparaba contra uno de esos pobres mamíferos hería en un pie a la institución que representa, esta vez de forma metafórica.
Así andamos, debatiéndonos entre el significado figurado y el literal de las cosas. Lo de saltar por la ventana, sin ir más lejos, era una figura retórica hasta ayer mismo. Hoy estamos todos con un pie fuera, unos huyendo de la quema y otros huyendo de sus responsabilidades. La pregunta es para qué sirve un elefante muerto. La respuesta es que para nada, excepto, quizá, para remendar la virilidad de quien duda poseerla.
Cosa Nostra
El País, 06/04/12
La colaboración entre las mafias y el Estado comienza a ser tan estrecha que no sabe uno dónde terminan aquéllas y comienza éste. Llega el crimen organizado y le dice al Estado: “Quítame de encima a este juez que no hace más que tocarme los cojones”. Y el Estado va y se lo quita, hoy por ti, mañana por mí. A la semana siguiente vuelve la mafia y dice: “Fulmina a esta cúpula policial, que ha tenido los huevos de investigarme”. Y el Estado liquida a la cúpula policial para que la bofia tome nota de lo que se puede y de lo que no se puede perseguir. A veces es el mismísimo Al Capone el que telefonea a su homólogo en el Gobierno para exigirle que destituya a un grupo de inspectores de Hacienda que ha osado meter las narices en sus negocios. “Ningún problema”, le responde el homólogo estatal mientras firma el cese de los presuntos implicados.
Pero no han transcurrido ni cien días de todo lo anterior, cuando el jefe de mantenimiento de la mafia se da cuenta de que tiene los sótanos repletos de billetes de 500 euros, con los consiguientes gastos de almacenaje. “Oye”, le dice a su contacto en el Gobierno, “necesitaría blanquear unos 25.000 millones porque se me sale la pasta por las costuras”. “Me viene de perlas”, le responde el contacto gubernamental, “estáis indultados de antemano a cambio de una comisión del 10%”. Y ahí tenemos 25.000 millones, procedentes de la trata de blancas o del tráfico de armas, entrando en el torrente sanguíneo del cuerpo social con todas las bendiciones de los ministerios de Economía y Hacienda. Claro que como necesitamos aparentar que somos gente de orden, endurecemos al mismo tiempo el código penal para los delitos menores, prohibimos el aborto y penalizamos la píldora del día después. Creíamos que solo nos daba órdenes el Tercer Reich, pero la Cosa Nostra aprieta también lo suyo.
http://elpais.com/elpais/2012/04/05/opinion/1333647632_995892.html
Metástasis aeroportuaria
JUAN JOSÉ MILLÁS 05/04/2012 - laprovincia.es
Con un solo ayuntamiento, un aeropuerto y un Guggenheim van que arden los dos Quicios.
¿Un pueblo de cinco habitantes debe disponer de ayuntamiento, alcalde, concejales de cultura, de economía, de seguridad, etc.? ¿Puede un ayuntamiento ser más grande que la localidad para la que trabaja? No sabemos cuántos habitantes hacen falta para fundar un pueblo, no sabemos nada de nada. En España tenemos un Estado Central y diecisiete autonomías que han devenido en una suerte de metástasis del Estado porque con frecuencia llevan a cabo las mismas funciones, es decir, multiplican la burocracia, que es la enfermedad del Estado como la mixomatosis es la de los conejos. No nos habíamos diagnosticado la mixomatosis, o la burocracia, hasta ahora mismo porque el dinero público fluía como el vino. Teníamos agua caliente central y gas en cada piso. Y un pitorro por el que salía la pasta al girar la llave. Ahora la giras y no cae un euro, ni siquiera una peseta. Las tuberías gimen, sí, retumban, pero no sueltan nada. Quiere decirse que todo aquel dinero era líquido, como nuestra cultura. Lo paradójico es que disponiendo de tanta pasta líquida nos hayamos quedado sin liquidez.
El 46% de los pueblos españoles tiene menos de 500 habitantes. Quinientos habitantes no son nada. Los metes en un polideportivo y es lo mismo que si hubieras metido cinco garbanzos en una olla exprés de ocho raciones. Sobra polideportivo por todas partes. No digamos si los llevas a un aeropuerto. Pero aquí, hasta hace poco, si no tenías un aeropuerto, un polideportivo y un Guggenheim no eras nadie. Si no tienes ayuntamiento, tampoco. Quiere decirse que el asunto es grave. Entre Quicio de Arriba y Quicio de Abajo, dos pueblos limítrofes de cualquier provincia española, suman 80 habitantes, cada uno con su ayuntamiento y quizá su aeropuerto y su Guggenheim. La razón dice que Quicio de Arriba y Quicio de Abajo deberían fusionarse, al modo de las grandes empresas, para ahorrar costes. Con un solo ayuntamiento, un aeropuerto y un Guggenheim van que arden los dos Quicios. Eso es lo que dice la razón, pero cuando alguien está fuera de quicio, está fuera de quicio. No va a resultar fácil la fusión porque somos muy nacionalistas de las pequeñas cosas. Nos va la metástasis aeroportuaria, en fin. Buenos días.
http://www.laprovincia.es/opinion/2012/04/05/metastasis-aeroportuaria/449833.html
Variedad de piquetes
JUAN JOSÉ MILLÁS La Opinión de Murcia 31/03/2012
Los piquetes empresariales son como la materia oscura porque, siendo invisibles, ocupan el 80% de la realidad en todas las huelgas. No los graban las cámaras de televisión ni los micrófonos de la radio porque efectúan su violencia en la oscuridad. Tú verás lo que haces, vienen a decir los integrantes de estos piquetes, pero al mes que viene caduca tu contrato y podemos renovarlo o no. Haz la huelga si quieres, estás en tu derecho, pero yo, con la reforma laboral en la mano, estoy en el derecho de despedirte cuando cojas un catarro. Hay otro piquete también muy disuasorio: el de la reducción de un día de salario a final de mes. Si a todas esas presiones le añadimos un despliegue policial desproporcionado en las calles, ir a la huelga constituye una heroicidad, sobre todo, ir a la huelga contra una reforma laboral que es en sí misma un piquete enormemente violento, pues deja al trabajador inerme frente a las veleidades del empresario.
Así las cosas, el 29M ha sido un éxito histórico de los sindicatos, que habían sido sometidos, por si todo lo anterior fuera poco, a una campaña de desprestigio sin precedentes en los días anteriores a la huelga. Recuerdo haber oído en una tele que Cándido Méndez llevaba un reloj de miles de euros, un reloj que él mismo mostró en otro programa explicando que se trataba de un regalo de los sindicatos italianos. Como los que regalan en la tele. Fueron tantas las informaciones falsas o malintencionadas vertidas sobre CC OO y UGT que hasta un servidor, muy crítico con determinadas posiciones sindicales, sintió la necesidad de acudir en su apoyo.
Todo estaba, pues, en contra del éxito de la huelga general, que sin embargo salió adelante. El Gobierno puede ignorar lo que eso significa. Puede desatender el malestar que se percibe en la calle y en el interior de los hogares, puede hacerlo, y parece dispuesto a ello. Pero cometerá un grave error, pues dará la impresión de que gobierna para intereses foráneos más que para intereses españoles. De otro lado, Rajoy no debería olvidar que los sindicatos están vehiculando de manera extremadamente sensata un disgusto social que crece y que empieza ya a superar al miedo. Renunciar a las prestaciones de ese vehículo es suicida.
http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2012/03/31/variedad-piquetes/395585.html
Palabrería
Juan José Millás -El País 30 MAR 2012
Lo que nos acerca a Grecia no es la huelga, son las prácticas financieras llevadas a cabo por los chiringuitos que dirige el presidente de la patronal bancaria
Cuando las palabras, tan sonoras, se alejan demasiado de la realidad, tan muda, resulta más elocuente la realidad que las palabras. Ese vídeo del ministerio de Trabajo, por ejemplo, en el que se asegura que la reforma laboral protege al trabajador, se ha vuelto contra el PP en Andalucía. Si van a seguir protegiéndonos de este modo, pensaron los votantes, mejor desobedecer a las encuestas. Entonces llega Miguel Martín, que es el presidente de la patronal bancaria, y proclama que la huelga general nos acerca más a Grecia que a Alemania. Pues no, lo que nos acerca a Grecia, o a lo que usted ha pretendido metaforizar al citarla, son las prácticas financieras llevadas a cabo por los chiringuitos que usted preside. Antes de abrir la boca, debería usted haber considerado que el ciudadano es consciente del dinero público que les estamos inyectando para salvar su salario de usted, su culo de usted, su sillón de usted, sus retribuciones especiales de usted, su automóvil con chófer de usted y su jubilación multimillonaria de usted, entre otras bagatelas de usted. Debería haber sido más prudente sabiendo, como sabe, que les estamos prestando dinero público al 1% para que lo inviertan en deuda pública al 5%, una práctica parecida al tráfico ilegal de órganos. Debería incluso callarse si tenemos en cuenta que ahora mismo, cuando el banco llama a un cliente, lo primero que éste hace es esconder la cartera. Y es que usted, como asegura Felipe González, un hombre del sistema donde los haya, no dirige una organización bancaria sino un casino sin reglas. Eso es lo que nos retrotrae a la noche de los tiempos, eso y el pensamiento de Gallardón sobre la mujer y el de Guindos sobre los derechos de los trabajadores… De ahí el éxito de la huelga, que es el éxito de la realidad muda frente al despliegue verbal y policial del Gobierno.
Desastre nuclear
LAPROVINCIA@EPI.ES Jueves 22 de marzo de 2012
La crisis, siendo mala, se agrava día a día por los desechos atómicos que produce.
La crisis empieza a ser un efecto colateral de sí misma, pues además de dejarnos sin un duro, ha instalado entre nosotros una metástasis de mentiras claras y de verdades confusas por las que uno se abre paso a base de machetazos dialécticos, como si caminara por la selva.
Cuando Rajoy, por ejemplo, dice que no es partidario, personalmente hablando, del recetazo, échense a temblar.
Por cierto que algunos políticos siguen llamándolo "tique moderador sanitario". Un tipo que llama tique moderador sanitario a un impuesto del que dice que es una tasa o a una tasa de la que se afirma que es un impuesto, debería ser relevado inmediatamente de su cargo y entrar ya en una lista negra de personas incapacitadas para hacer política, es decir, para dedicarse a los asuntos públicos. Un tipo que cuando te cobra un euro suplementario por el jarabe para la tos te explica que ese euro sirve para moderar tus apetitos medicamentosos, te puede dar una puñalada en cualquier momento, y a traición. Ese tipo, al tipo al que se le ocurrió tal eufemismo, es un peligro público porque lo que te está diciendo es que no debes abusar de las recetas cuando las recetas las proporciona el médico, te está diciendo un disparate. Ese tipo es un mentiroso, en fin, un embustero que vendería una moto estropeada a su padre.
De modo que usted tómese sin culpa las tres cucharadas de jarabe al día, sobre todo porque no se las ha prescrito usted, sino su médico, que se supone que sabe lo que hace. La crisis es también una crisis del jarabe para la tos, de la vacuna para el niño, de la pastilla para la tensión del abuelo. La crisis ha devenido en una crisis de las cosas pequeñas o aparentemente pequeñas y ahí es donde empieza el desastre nuclear, donde comienzan las dificultades respiratorias, como cuando los dictadores suprimen la libertad en nombre de la libertad o como cuando se nos azota por nuestro bien.
La cosa pública se ha llenado de azotadores, de mentirosos, de publicistas encargados de buscar expresiones como la señalada más arriba para decir lo que no es, para falsificar la realidad. Montoro, por cierto, ha asegurado que no volverá a subir los impuestos. Mal asunto.
http://www.laprovincia.es/opinion/2012/03/22/desastre-nuclear/447219.html
Nada bueno
JUAN JOSÉ MILLÁS 23-03-2012
http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2012/03/24/bueno/394188.html
He aquí una expresión nueva: «Hurto famélico» Se utiliza, me dicen, para denominar la práctica consistente en abrir una lata de sardinas dentro del supermercado y comérsela allí mismo, de pie, quizá con un trozo de pan tomado de la panadería. Quien dice una lata de sardinas dice una pieza de fruta o un trozo de chorizo, se entiende, claro. Cuando el individuo pasa por la caja, en vez de llevar los alimentos en el carrito, los lleva en el estómago, quizá ya ha comenzado a digerirlos. Parece que la policía está recibiendo denuncias provocadas por actos de esta naturaleza contra los que poco se puede hacer. El hambre es el hambre y ahora mismo hay gente que no tiene nada que echarse a la boca ni perspectivas de arreglar el problema.
Mal asunto. Las dificultades económicas empiezan a traducirse ya en situaciones desesperadas. Entre nosotros, al contrario que en otras sociedades, funciona muy bien la solidaridad familiar. Pero los ahorros no pueden estirarse eternamente y la pensión del abuelo da de sí lo que da de sí. También funciona la economía sumergida, pero la gente, a la vista del panorama, ha dejado ya de arreglar sus cocinas o sus cuartos de baño, ha dejado incluso de llamar al fontanero que no cobraba el IVA.
Todo el mundo se está volviendo un poco electricista, un poco carpintero, un poco mecánico. El bricolaje, que durante los años de las vacas gordas era un vicio de fin de semana, ha devenido en una necesidad perentoria. He aquí otra expresión muy de estos días: Necesidad perentoria, signifique lo que signifique perentoria.
El problema de todo esto, según uno deduce de sus conversaciones privadas con personas de carrera, es que todavía no hay tierra la vista.
Ni siquiera pájaros cuya presencia podría anunciar la cercanía de una isla. En tales situaciones, cuando el escorbuto comienza a diezmar a la tripulación y el desánimo se instala en los camarotes, se necesita un timonel que proporcione seguridad, que dé la impresión al menos de saber adónde nos dirige. Pero uno pone el telediario todos los días y no encuentra nada de eso.
El hurto famélico es una forma de desvalijamiento civilizada, pero no anuncia nada bueno.
Entonces será tarde
Información.es 10/03/2012
http://www.diarioinformacion.com/opinion/2012/03/10/sera-tarde/1232342.html
Un hombre se quita el cinturón y se dirige hacia una mujer dispuesto a
azotarla. No es un hombre cualquiera, ostenta un cargo de
representación, es un miembro ilustre de la sociedad, un espejo en el
que muchas personas se miran. La escena, por otra parte, no se
desarrolla en Arabia Saudí, tampoco en el interior de un sueño. Todo
sucede aquí, en la realidad palpable, aunque las imágenes poseen la
blandura viscosa de las pesadillas, su liquidez espesa y de contornos
difuminados, pues están grabadas con un teléfono móvil y en condiciones
difíciles. En todo caso, el sujeto amenazante es uno de los nuestros y
la mujer amenazada una de las nuestras. Quiere decirse que permanecemos
perplejos viéndonos a la vez con el cinturón en la mano, pero también
debajo de él. El asunto es tan grotesco, tan de falla valenciana, que se
despacha fundamentalmente a base de humor.
Las fallas nos mostrarán dentro de unos días, magnificados, todos nuestros defectos. Una falla es con frecuencia un editorial: pone el foco en un asunto para retratarlo desde todos sus ángulos con la claridad con la que vemos una ameba al microscopio. Solo que en la ameba, al contrario que en las fallas, no hay humor. Si a la realidad le quitas su cuota de retórica, si la limpias como a un pescado, sacándole los lomos, aparece un tipo con un cinturón azotando a una chica. A veces, la retórica se diluye con el paso del tiempo. El tiempo tiene algo de lejía, de Ajax Cloro, de Fairy quitagrasas. Observado, por ejemplo, desde hoy el aplauso encendido que el PP se dio a sí mismo tras decidir participar en la guerra de Irak, se nos ponen los pelos de punta. Estaban dando un sí alegre a un acto terrorista que produjo miles de muertos civiles, miles de torturas, millones de mutilaciones. ¿Volverán a revivir algunos de los aplaudidores, al cerrar los ojos cada noche, aquella alegría infantil provocadora de tanto sufrimiento?
Dentro de unos años, cuando repasemos, despojadas de la retórica actual acerca de a crisis, las imágenes del Congreso en las que se votó y se aplaudió la reforma laboral, ¿qué pensaremos? Nos darán tanta vergüenza, creo, como las del tipo que se quitaba el cinturón para amenazar con él a una mujer. Pero entonces será tarde.
http://www.diarioinformacion.com/opinion/2012/03/10/sera-tarde/1232342.html
¡Era tan normal!
Los sabios proclaman con énfasis que la lengua es un ser vivo y luego
le niegan el principal atributo de los seres vivos: el sexo.
Nos quejamos de que la gente confunda el sexo con el género, pero ni los gramáticos ni los biólogos se dignan explicar las razones de dicha confusión. Prefieren despacharla como un problema de ignorancia colectiva en el que no vale la pena detenerse. Está además ese raro empeño de los gramáticos en demostrar que el pensamiento dominante de la tribu no deja rastros en sus usos lingüísticos, lo que choca con la experiencia de todos los días. Miren, el discurso de una persona triste suele también ser triste.
Pero bueno, podría ser, podría ocurrir, vale, que en un país donde no hay apenas directoras de periódicos, ni presidentas de bancos, ni académicas de número, en un país donde las mujeres cobran por el mismo trabajo menos que los hombres, o donde las tareas del hogar, según las encuestas, continúan fatalmente repartidas, podría suceder, decíamos, que la corriente de pensamiento que ha conducido a tal situación no se reflejara para nada en el vehículo de las ideas, que son las palabras. En tal caso, deberíamos deducir que la lengua, además de un ser vivo sin sexo, sería una psicópata, al modo de los asesinos en serie capaces de disimular su condición hasta el punto de pasar por gente encantadora. ¡Era tan normal!, exclaman los vecinos cuando la policía detiene al muchacho que llevaba meses cocinando las vísceras de su novia, previamente descuartizada y congelada.
A ver si un día de estos nos levantamos y tenemos que decir lo mismo de nuestra lengua: ¡era tan normal! Entre tanto, sería estimulante que los peritos, en vez de calificar de idiotas a quienes de un tiempo a esta parte sienten cierta incomodidad al hablar o ser hablados, se preguntaran por las razones de tal desasosiego.
Nos quejamos de que la gente confunda el sexo con el género, pero ni los gramáticos ni los biólogos se dignan explicar las razones de dicha confusión. Prefieren despacharla como un problema de ignorancia colectiva en el que no vale la pena detenerse. Está además ese raro empeño de los gramáticos en demostrar que el pensamiento dominante de la tribu no deja rastros en sus usos lingüísticos, lo que choca con la experiencia de todos los días. Miren, el discurso de una persona triste suele también ser triste.
Pero bueno, podría ser, podría ocurrir, vale, que en un país donde no hay apenas directoras de periódicos, ni presidentas de bancos, ni académicas de número, en un país donde las mujeres cobran por el mismo trabajo menos que los hombres, o donde las tareas del hogar, según las encuestas, continúan fatalmente repartidas, podría suceder, decíamos, que la corriente de pensamiento que ha conducido a tal situación no se reflejara para nada en el vehículo de las ideas, que son las palabras. En tal caso, deberíamos deducir que la lengua, además de un ser vivo sin sexo, sería una psicópata, al modo de los asesinos en serie capaces de disimular su condición hasta el punto de pasar por gente encantadora. ¡Era tan normal!, exclaman los vecinos cuando la policía detiene al muchacho que llevaba meses cocinando las vísceras de su novia, previamente descuartizada y congelada.
A ver si un día de estos nos levantamos y tenemos que decir lo mismo de nuestra lengua: ¡era tan normal! Entre tanto, sería estimulante que los peritos, en vez de calificar de idiotas a quienes de un tiempo a esta parte sienten cierta incomodidad al hablar o ser hablados, se preguntaran por las razones de tal desasosiego.
Frente
a la verdad, la retórica desaparece. Nada de tríadas que pudieran confundir o
despistar.
Si en los días anteriores a la consumación de la reforma laboral Rajoy predicaba de ella que sería amplia, profunda y equilibrada, una vez perpetrada ha dado en calificarla de justa, buena y necesaria. La tríada adjetival es la vaselina destinada a reducir los desgarros que la violación ha comenzado a provocar en el cuerpo social. ¿Que por qué siempre tres adjetivos y no uno o dos? Por una cuestión de ritmo, desde luego, pero también por un problema de carácter técnico con la verdad. Si hubiera afirmado de la reforma que era justa, y solo justa, siendo tan obvio su desafuero, éste habría resultado aún más evidente. Podría haber dicho solo que era buena, pero quizá se habría puesto rojo de vergüenza ante una mentira tan palmaria. De haberse quedado en que era necesaria, muchos nos habríamos preguntado para quién. Recitando que era justa, buena y necesaria construía una letanía en la que lo que se escuchaba, más que su significado, era su sonido, su cadencia, su música (su sonido, su cadencia, su música, ¿verdad que suena bien?). Pura trampa retórica al servicio de ocultar la basura. Observen la diferencia con De Guindos cuando se limitó a calificarla de extremadamente agresiva. Frente a la verdad, la retórica desaparece. Nada de tríadas que pudieran confundir o despistar. Podría haber dicho que era extremadamente agresiva, extremadamente belicosa y extremadamente pendenciera, pero la carga adjetival habría puesto en guardia a su interlocutor (¿de qué me quiere convencer?). Algo extremadamente agresivo es algo extremadamente agresivo y punto, al modo en que un cuchillo corta o no corta. Reparen también en el ejemplo de Rosell, el jefe de la patronal, cuando le dijo a su segundo que se aguantara la risa ante las cámaras. No le dijo aguántate la risa, reprime la alegría y disimula el contento. Entendemos por qué.
Mal comienzo
Predicar de una reforma laboral su amplitud, su profundidad y su equilibrio es una gilipollez, cuando no un ardid para ocultar su agresividad.
Juan José Millás 17 FEB 2012
Callábamos cuando Rajoy decía que su reforma laboral sería amplia, profunda y equilibrada porque no tenemos nada contra la amplitud ni contra la profundidad ni contra el equilibrio. La obra de muchos poetas es también amplia, profunda y equilibrada, lo mismo que la de numerosos arquitectos. Dices de un genocidio que es amplio, profundo y equilibrado y el público asiente porque nadie se atreve a discrepar de la amplitud, la profundidad y el equilibrio. El equilibrio va siempre en tercer lugar para subrayar que la amplitud y la profundidad por sí mismas no garantizan la armonía del mismo modo que la reforma laboral por sí misma no garantiza el empleo. Una cloaca amplia y profunda no deja de ser una cloaca, pero si tiene equilibrio tiene equilibrio, lo que compensa de su mal olor.
Quiere decirse que predicar de una reforma laboral su amplitud, su profundidad y su equilibrio es una gilipollez, cuando no un ardid para ocultar su agresividad. Las fusiones bancarias, como todo lo que emprende el Gobierno, serán amplias, profundas y equilibradas, otra cosa es que haya gente a la puerta de las cajas exigiendo que le devuelvan sus ahorros, desmigados en participaciones preferentes u otros productos basura con los que los banqueros han venido timando a sus usuarios más débiles. Lo de los ahorros perdidos, que pertenece al mundo de lo real, demuestra que lo real no funciona porque la realidad se ha vuelto estrecha, superficial y desequilibrada gracias en parte a las reformas laborales y a los espectáculos del Tribunal Supremo. Todo este caos significa que el pensamiento amplio, profundo y equilibrado se encuentra en vías de desahucio por falta de pago (estaba hipotecado). El mismo Rajoy, que en la oposición presumía de amplitud, profundidad y equilibrio, empieza a dar muestras de estrechez, ligereza e inestabilidad.
http://elpais.com/elpais/2012/02/16/opinion/1329414373_496363.html
El champú
Juan José Millás 10 FEB 2012
Te mueres si haces cuentas, mejor no saber. Así, de entrada, fíjate, está el recibo de la luz, el del teléfono, el del agua, el recibo del gas, el de la comunidad de vecinos, el de la hipoteca, también el impuesto sobre bienes inmuebles, sobre la recogida de residuos urbanos, por no hablar del IVA de la carne, del de las verduras, del de los pañales del niño, por no hablar del IVA de la puta leche, y no te olvides de la letra del televisor, del coche a plazos, de la aspiradora a plazos, del ordenador chungo a plazos.
Te levantas de la cama, enciendes la lámpara de la habitación y ya está el contador dando vueltas dentro de la caja como una idea obsesiva dentro de la cabeza. Abres luego el grifo del agua y destapas el tubo del dentífrico para cepillarte los dientes, y sin haber puesto el pie todavía al pasillo has arrojado 30 céntimos por el sumidero del lavabo, como si en lugar de limpiarte las muelas las echaras. No hablemos de la espuma de afeitar ni del gel de baño ni del champú con acondicionador. El champú con acondicionador, fuera, sale más barato el anticaspa. Pero no tenemos caspa, dice ella. Como si la tuviéramos, dice él, y en cuanto al pasillo, desde hoy, a oscuras, lo conocemos de memoria. Pero a mí me da miedo, dice ella, por las apariciones.
¿Y quién se te aparece?, dice él. Tu madre, dice ella, la he visto dos veces en camisón corto, me hace un gesto así con la mano, como pidiéndome que me acerque para enseñarme una herida. Pues a mí se me aparece Ángela Merkel, dice él, y me echa el aliento en las narices. ¿A qué huele el aliento de Ángela Merkel?, dice ella. A chucrut podrido, dice él. Será que tiene caries, dice ella. Será, dice él, pero sigamos con las cuentas, a ver por dónde recortamos. ¿Y si nos liamos un porro y vemos una peli? dice ella. Vale, concluye él, pero el champú, anticaspa.
Cartón piedra
¿Por qué entonces invertir dinero en levantar las pistas defectuosas y volverlas a hacer?
JUAN JOSÉ MILLÁS 17/02/2012
¿Qué importa que las pistas del aeropuerto de Castellón estén mal hechas si han sido concebidas para que las personas paseen o merienden y no para que los aviones aterricen? A veces nos pierde el afán perfeccionista. Ya sabemos que un aeropuerto de juguete es un aeropuerto de juguete y que de ningún modo puede ofrecer las prestaciones de uno de verdad. ¿Por qué entonces invertir dinero en levantar las pistas defectuosas y volverlas a hacer? Esa obsesión por el detalle nos trae a la memoria un momento de Toma el dinero y corre, aquella película de Woody Allen en la que unos presos que planean fugarse de la cárcel disfrazados de guardianes se ponen también, para que todo sea perfecto, los calzoncillos y las camisetas de los funcionarios.
No es preciso llegar a esos extremos de refinamiento ni para huir de la cárcel ni para construir aeropuertos de ficción. La ventaja de los aviones imaginarios es que aterrizan en cualquier sitio, por favor, suficiente disparate ha sido la contratación de halconeros que vigilan en horario continuo el espacio aéreo de la zona para controlar a las rapaces. La única rapaz verdaderamente peligrosa, y de la que nos deberíamos haber cuidado antes, se llama Carlos Fabra, que se encuentra ya en franca decadencia, buscando avales para evitar la cárcel.
Otra cosa es que nos preguntemos por qué un aeropuerto de juguete nos ha salido por el precio de uno de verdad. O por qué la estatua gigante del falso prócer que figura a la entrada de las instalaciones es de bronce y no de cartón piedra, como las figuras de las fallas, que el 19 de marzo se queman y a otra cosa mariposa. A ver dónde metes esa cabeza gigante cuando la gente de Castellón se canse de hacer picnic en las pistas mal diseñadas del aeropuerto más famoso de España. Este país siempre ha sido inflacionario desde el punto de vista de las estatuas. Todavía no sabemos qué hacer con las de Franco, que además son ecuestres. Esto nos pasa por confundir la ficción con la realidad. Claro, que si le preguntaras a Fabra diría que no son las pistas las que están mal, sino los aviones. Si de él dependiera, rectificaría toda la flota mundial, lo que costaría un dinero. ¡Menuda lotería!
http://www.laprovincia.es/opinion/2012/02/17/carton-piedra/439403.html
Desgobierno
JUAN JOSÉ MILLÁS 20/01/2012
En efecto, del Costa Concordia se decía lo mismo que de nuestra banca: primero, que era imposible que un buque de esas características se hundiera; segundo, que, de hundirse, era imposible, dados sus modernos sistemas de salvamento, que hubiera víctimas; tercero, que, de haber víctimas, la primera sería el capitán. Pero resulta que se hundió, que hubo víctimas y que el capitán salió por piernas abandonando a los pasajeros a su suerte.
Nos dijeron que era imposible que nuestra banca tuviera problemas; que, de tenerlos, era imposible que hubiera víctimas; que, de haberlas, las primeras serían sus directivos. Pero nuestra banca tuvo problemas, hubo víctimas y los directivos fueron los primeros en abandonar la nave con indemnizaciones millonarias. La diferencia entre un asunto y otro es que el capitán del Costa Concordia está preso mientras que los capitostes de los bancos encallados o hundidos se encuentran en paradero desconocido, disfrutando del dinero que se llevaron al tiempo de gritar sálvese quien pueda.
Dinero de nuestras comisiones, claro, pero no solo de ellas. Durante los llamados años de bonanza vendieron productos bancarios incomprensibles a personas que confiaron en el director de la sucursal de su barrio y que ahora han perdido todos sus ahorros; concedieron a sus clientes más vulnerables créditos que no podrían devolver a sabiendas de que no los podrían devolver, prevaricando hasta el paroxismo, signifique lo que signifique paroxismo; sobrevaloraron los inmuebles por los que se otorgaban las hipotecas, infravalorándolos luego a la hora de ejecutarlas. Realizaron, como el capitán del Costa Concordia, todas las maniobras desaconsejadas por los manuales de navegación y fueron los primeros en ocupar los botes salvavidas. Fiscales, jueces, defensores del pueblo, ¡suban a bordo y hagan algo, coño!
El destino
JUAN JOSÉ MILLÁS 13/01/2012
Los hombres y mujeres caviar seguirán entrando y saliendo de las tiendas de moda, de los clubes, de las marisquerías, de la ópera, de los coches de lujo (de alta gama, les dirán, para disimular el boato). Dentro de la masa de pan de nuestros sesos harán túneles, en cambio, proyectos a los que no nos subiremos, hijos o nietos que ya no alumbraremos, estudios que nunca emprenderemos. Compraremos al Estado lotería que no tocará, haremos cola en hospitales públicos sin quirófanos y perderemos la vida frente a mostradores de facturación de aeropuertos fantasmas. Por entretenernos, reservaremos mesa en restaurantes imposibles y luego cancelaremos la reserva, como secretarios de nosotros mismos. Nos llamaremos desde el teléfono móvil al fijo y desde el fijo al móvil dejándonos mensajes en los dos. No mensajes desesperados, ni amenazantes, ni raros, mensajes de no me esperes a cenar, cariño, o llegaré más tarde, amor, o han vuelto a suspenderme la Física, mamá, o al niño le ha subido la fiebre, abuela. Mensajes dóciles, de los de ya estoy en casa, me han hecho otro ERE o se ha estropeado la calefacción. En las marquesinas de los autobuses nos sentaremos junto a mujeres de tobillos gruesos, con bolsas de la compra por las que asomará un manojo de puerros. Comeremos en las cafeterías de los tanatorios los restos que abandonen los deudos: migas de sándwiches de mortadela seca y culos de cerveza caliente y trozos de tristura a la plancha, muchas veces fingida. Dormiremos con la cabeza en el lado de los pies y con los pies en el lado de la cabeza, a veces también debajo de la cama, con los ojos abiertos. Cada poco, nos agacharemos a atarnos los cordones de los zapatos, para no pisárnoslos, y así caerán las noches y los días y las estaciones y los años. Después del 15 de enero, las tardes comenzarán a ser más largas.
A quién creer
JUAN JOSÉ MILLÁS 06/01/2012
El problema con el conductor suicida no es que se mate él, es que mate a una familia que va tranquilamente a Cuenca en su Skoda Octavia respetando todas las señales de tráfico. No sabemos cuántos huesos se rompió Zapatero (parece que ninguno) aquel día de mayo de 2010 en el que se puso a conducir, contra su propio código, a 200 por hora. Pero a nosotros, sus votantes, nos reventó literalmente. ¿Dónde va ese loco?, decíamos mientras él hacía señas de que éramos nosotros quienes conducíamos en la dirección equivocada. Lo malo de estas conductas indeseables es que provocan enseguida imitadores. Ahí tienen ahora a Rajoy saltándose todos los stops y cedas el paso que había jurado respetar, y con los mismos argumentos que su antecesor: el de escuchar voces que le impelen a tomar las direcciones prohibidas de la autopista. Las voces obligaron a Zapatero a ciscarse en su programa como obligan a Rajoy a cagarse en el suyo. Lo raro es que las voces que escuchan los políticos son siempre de derechas, al modo en que las órdenes que escucha los locos son siempre las de matar. Si no lo hacemos, dicen, nos obligarán a hacerlo. ¿Quiénes?, preguntamos. ¿Las mafias financieras, los especuladores bursátiles, los pistoleros de los unos y de los otros, quizá el mismo Dios? Tanto nos da. Un político que oye voces debería dimitir, convocar elecciones y volver a presentarse con el programa de las voces. Eso sería lo decente, pero la decencia, en La Moncloa, dura menos que un porro a la puerta de un instituto. Algún beneficio personal obtendrán, aparte del de salvar a la patria, que tampoco, porque la patria era la familia que iba a Cuenca en el Skoda Octavia. En poco menos de un año, entre unos y otros, han convertido la política en un burdel. Gracias, querida Narbona, por decirnos lo que ya sabíamos. Pero llega un poco tarde. A quién creer.
Agradecimiento
JUAN JOSÉ MILLÁS 30/12/2011
Personajes
JUAN JOSÉ MILLÁS 23/12/2011
Así como los edificios, en la arquitectura contemporánea, han perdido la fachada principal, así los periódicos y las revistas están a punto de perder la portada. La mantienen aún pero en vías de extinción y sin significado, con serias dudas sobre su utilidad. ¿Cómo distinguir, en medio de este desorden, la elocuencia del desparpajo, la brillantez inmediata de la inteligencia de fondo, la crítica aguda del insulto romo? ¿Cómo escoger el rostro de una realidad que parece que solo tiene espalda? ¿Con qué criterio recomendar a toda página un libro, un disco, una película? Se recomiendan, pero por pura inercia, sin fe. Se publican las portadas sin fe y el lector les echa un vistazo sin fe, mientras aguardamos el día en el que también la portada se pueda poner a la venta. En cierto modo, ya lo está, ya está a la venta, aunque aún no se paga con dinero, hay mil modos de cobro. La portada de la revista Time consagrada al manifestante metaforiza esa confusión al pretender reunir en la imagen de un joven (o una joven) con el rostro y la cabeza cubiertos al indignado de la Puerta del Sol, a los protagonistas de la llamadaprimavera árabe y a los okupas de Wall Street, entre otros. Habría tenido más sentido dedicarla a la Coca-Cola, presente de manera concreta en cada una de las plazas por las que se ha movido esa abstracción llamada el manifestante. Y habrían obtenido unos ingresos pingües de publicidad. Pero los directivos de Time están satisfechos de su perspicacia. Personaje del año, se preguntarían muy serios. El manifestante, respondería, raudo, el director comercial. Y es que en estos momentos, del mismo modo que los edificios carecen de fachada principal, la historia carece de rostro. Quizá en algún sitio haya un personaje del año, pero sería tan difícil dar con él como encontrar la puerta de acceso a un edificio de autor.
Perder el norte
JUAN JOSÉ MILLÁS 18/12/2011
Cualquiera puede verse reflejado en esta mujer, Antonia Benegas, y su lucha para quitarle el intenso dolor a su marido enfermo. Pero la burocracia es fría y no se identifica con nadie.
He aquí una española media, media de edad, de estatura, de sentido del humor seguramente, media en todo, en el modo de arreglarse, en la ropa que viste, en los zapatos que calza, en el bolso que guarda junto a sí. Es nuestra vecina, nuestra cuñada, nuestra madre, nuestra compañera de trabajo, también la mujer que nos cuida a los niños o a cuyos niños cuidamos. Es la señora que se toma el cruasán a nuestro lado cada mañana en la cafetería de la esquina. Se llama Antonia, además, como nuestra prima, como nuestra hermana, como la encargada del supermercado. Se sienta también como la media y mira a cámara como la media de las personas fotografiadas. Los papeles que lleva en la mano pertenecen también, por desgracia, a la burocracia media que cualquier español ha de soportar para vivir y para morir. En este caso se trata de morir porque el marido de Antonia, enfermo terminal de cáncer, solo aspira a que le quiten el dolor, intensísimo. Pero el tratamiento del dolor, aunque resulte insoportable, tiene también sus trámites, sus pólizas, sus triplicados. Fíjense en Antonia, con todos los triplicados en la mano y un marido, pobre, que sufre (quizá sufría) lo que no podemos imaginar. Total, que en el hospital de Mataró al que está (o estaba) adscrito no le administraron la morfina hasta que Antonia lo denunció en los papeles, lo que empieza a ser otra costumbre muy nuestra. No sabemos si había una media de tiempo oficial para el tratamiento del dolor, pero está subiendo más que la prima de riesgo. Y eso no es por la crisis, coño, es porque hemos perdido el norte.
Cocido escocés
JUAN JOSÉ MILLÁS 16/12/2011
Aquella chica venía de llorar como otros vienen del trabajo. Coincidíamos en el metro, cuando yo volvía a casa de la oficina. Me pasaba el viaje observándola disimuladamente, fantaseando sobre las razones por las que había llorado esa jornada, en el caso de que no llorara siempre por las mismas. Ella permanecía abstraída en un rincón, siempre el mismo, ajena a todo, a todos, hasta que una voz interior la avisaba de que había llegado a su estación. Entonces abandonaba el tren y se diluía entre la gente como la columna de humo de un Camel. Tuvo un abrigo gris que le duró seis inviernos y una falda escocesa que solo se ponía los viernes, el día en el que en mi casa se hacía cocido para comer, de modo que los cocidos me saben aún a falda de cuadros y las faldas de cuadros a cocido. Cuando cambió de abrigo, yo le di la vuelta al mío, que tenía cinco años, porque me pareció que era el momento de renovarse o de morir y no tenía una pistola a mano, ni siquiera un maldito frasco de somníferos. Creo que nunca reparó en mí ni en mi pena, mi pena por ella y por todos los que veníamos a aquellas horas (las nueve de la noche) de ganarnos la vida, o de perderla. Cómo saber si aquello era esto o lo otro, aún no lo sé.
Un día dejó de aparecer y no volví a verla, aunque la busqué por todo el convoy, por si hubiera cambiado de vagón, que es como cambiar de costado cuando no coges el sueño. En cuanto a mí, también la vida me condujo a otras líneas del metro y así pasaron los años. La semana pasada, volví a encontrarla, en la línea 5. Pese a los años transcurridos (30 o más), la reconocí al primer golpe de vista, pues de cara al menos no había cambiado demasiado. Noté que también venía de llorar, lo que me proporcionó una desazón enorme. Me pareció que llevábamos los dos toda la vida en el metro, casi con los mismos abrigos.
Un día dejó de aparecer y no volví a verla, aunque la busqué por todo el convoy, por si hubiera cambiado de vagón, que es como cambiar de costado cuando no coges el sueño. En cuanto a mí, también la vida me condujo a otras líneas del metro y así pasaron los años. La semana pasada, volví a encontrarla, en la línea 5. Pese a los años transcurridos (30 o más), la reconocí al primer golpe de vista, pues de cara al menos no había cambiado demasiado. Noté que también venía de llorar, lo que me proporcionó una desazón enorme. Me pareció que llevábamos los dos toda la vida en el metro, casi con los mismos abrigos.
Pánico
JUAN JOSÉ MILLÁS 09/12/2011
Dios mío, esta semana llena de domingos, saturada de tardes, parece una sopa de pelos, una estación de tren de ningún sitio, un huevo podrido de dos yemas, un parto de septillizos prematuros, parece una muerte con moscas retroactivas, un entierro sin deudos, una noche polar, una hora eterna, una madrugada inoxidable, unos pantalones de tergal, una vajilla de duralex, un descampado con condones, una tienda de muebles de la periferia de Valladolid, un establecimiento de lámparas de un suburbio de Atenas, parece un alma de repetición, un temor cerebral, un tanatorio continuo, un hotel de tres estrellas de provincias, una floristería cerrada por defunción, parece un almacén de enciclopedias afligidas, esta semana llena de domingos, saturada de tardes, es como el departamento de contabilidad de una funeraria, como la sala de espera del fracaso, como la víspera de una biopsia, como una esquela desplegable, como una adolescencia infectada, como una mano con seis dedos o un ojo con 18 dioptrías, en eso ha devenido esta semana llena de domingos, saturada de tardes, en un cuarto de baño de hospital, en un corazón con el doble de sístoles que de diástoles, en una de maleta que pesa más cuanto más vacía, en un bidé a plazos, en un pánico con intereses, en una carta con matasellos del infierno, en una familia a su pesar, en un sexo sin ganas, en una citación judicial, en una bragueta de botones, en una idea opaca, en una derrama por obras, en unas sábanas con olor a ganado, en una reunión de vecinos de Seseña, en un desahucio, un desalojo, un ascensor sin espejo, un zumo de albañal, unos parientes de Zamora, un parchís sin fichas, un pasillo de la muerte, un libro leído y releído, un poema agotado, una reencarnación, un bulto en el pecho, una caída. Esta semana llena de domingos, saturada de tardes, es una verdadera mierda.
Sencillez suicida
JUAN JOSÉ MILLÁS 04/12/2011
Pirata, truhan, tahúr, polizón. Chulo y descarado. Pero aquí desamparado. Un retratode una sencillez que desarma. Cantante y descantante. Único. Joaquín Sabina.
A veces, para hacer un buen retrato psicológico basta con hacer un buen retrato físico. Fíjense en éste, por ejemplo. Lo más probable es que el fotógrafo no pidiera al fotografiado que se estirara el cuello del polo, se abrochara el segundo botón o se pusiera una chaqueta. Tampoco que sonriera, que bajara la barbilla o que levantara una ceja. Quizá se limitó a decir: Ponte ahí y mira a cámara. Y el otro, pese a sus tablas, o quizá por ellas, se entregó al juego completamente indefenso. Si le hubieran vendado los ojos, parecería un fusilado. Nada de retórica, en fin, como si nos dijera: Yo soy esta mirada un poco desvalida, soy esas cejas insuficientemente recortadas, soy estas manchas de mi piel y estas canas de mis pelos del pecho y de los otros, soy las arrugas que veis en el degolladero, aquí estoy, amigos, a un cuarto de hora de la vejez, con lo que he sido.
El resultado de esa complicidad, o descomplicidad, entre el que se encontraba detrás y el que se encontraba delante de la máquina es una foto pía e impía al mismo tiempo, vale decir una foto piadosa y cruel, pero también beata y atea. Hay lo que hay, incluidas las diferencias de opinión entre el ojo derecho y el izquierdo, hay desamparo y arrogancia, y nostalgia y un poco de chulería, todo ello sacado adelante con una sencillez suicida. Aseguraba Sabina en la entrevista para la que se le hizo este retrato que se sentía póstumo, y eso es precisamente lo que se aprecia en el conjunto, como si el cantante o descantante actual fuera un hijo póstumo de sí mismo, una rareza.
El resultado de esa complicidad, o descomplicidad, entre el que se encontraba detrás y el que se encontraba delante de la máquina es una foto pía e impía al mismo tiempo, vale decir una foto piadosa y cruel, pero también beata y atea. Hay lo que hay, incluidas las diferencias de opinión entre el ojo derecho y el izquierdo, hay desamparo y arrogancia, y nostalgia y un poco de chulería, todo ello sacado adelante con una sencillez suicida. Aseguraba Sabina en la entrevista para la que se le hizo este retrato que se sentía póstumo, y eso es precisamente lo que se aprecia en el conjunto, como si el cantante o descantante actual fuera un hijo póstumo de sí mismo, una rareza.
Gansterismo
JUAN JOSÉ MILLÁS 25/11/2011
Díganme, por favor, si es que uno no entiende nada o si el asunto es como sigue: tenemos un Estado visible y otro invisible, paralelos entre sí. Dos cuerpos, como el que dice. El Estado visible posee los poderes que se esperan de un Estado, cada uno con su correspondiente cacharrería. No nos falta de nada, ni Rey ni presidente del Gobierno ni ministros ni magistrados ni cámaras de representación... Que necesita usted un subsecretario, los tiene a docenas; que una ventanilla para hacer cola, en Hacienda las hay a centenares. Lo mismo cabe decir de las pólizas, de los impresos por triplicado y de los vuelva usted mañana. Todo lo que se puede esperar de un Estado normal, en fin, del mismo modo que de un cuerpo normal esperamos su cabeza, su tronco y sus extremidades. Ahora bien, y aquí empieza lo raro, el Estado visible recibe órdenes de otro Estado invisible. Aun sin haber tomado posesión, Rajoy ya está recibiéndolas por teléfono, por carta y personalmente. En previsión de que saliera díscolo, el Estado paralelo ha hecho coincidir su triunfo electoral con unos cuantos destrozos económicos. Si no te portas bien, han venido a decirle, te rompemos las piernas. El Estado invisible, como el subconsciente, no se anda con bromas. Suele guardar las formas para hacernos creer que aquellos a los que votamos toman decisiones, pero a veces actúan a cara descubierta. Ya se lo dijeron a Zapatero: ni democracia ni hostias, ahora mismo congelas las pensiones y reformas la Constitución porque nos sale de aquí. El Estado paralelo, como el subconsciente, tiene algo de gánster, de modo que si Rajoy o Artur Mas se presentan en su negocio de usted exigiéndole una pasta a cambio de una supuesta protección, ya sabe lo que tiene que hacer, apoquinar. Y cuando a los mercados les parezca bien, montamos otras elecciones, por el qué dirán.