MARUJA TORRES
ZONA CRÍTICA
(eldiario.es)
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La cesta de Navidad 11.12.2013 eldiario.es
Si algo tiene esta época terrible es que nunca podremos decir que no sentimos en nuestras carnes cómo se nos sacaban las mantecas. Que no escuchamos con nuestros oídos el desgarro de las cuchillas en la carne de los inmigrantes. Que no leímos en nuestros propios idiomas cómo se nos fumigaban los derechos. Que no aceptamos sin rechistar que se sacaran de la manga cambios de leyes que habían de arrancarnos la dignidad a mordiscos. Que no vimos marchar a nuestros jóvenes, ni desdeñar a nuestros enfermos, ni hacer retroceder a nuestras mujeres. Que no supimos, gracias a la libertad de expresión restante, cómo se nos cercenaba la libertad de expresión completa. Somos la respuesta viviente a algunas preguntas retóricas que alguien siempre se ha hecho después de la caída: ¿cómo es posible que no lo viéramos venir? ¿Qué ocurrió para que no hiciéramos nada?
Es la táctica del hervido lento. Empiezan por procesar a Garzón acusándolo de prevaricador y terminan autorizando a los seguratas para que repriman a la ciudadanía para beneficio del negocio. Estamos cocidos, gente. Como cangrejos. Y ni siquiera duele. No gritamos. O mejor dicho, gritamos demasiado. En las redes, tuiteando, yo misma, aquí mismo. Nos refugiamos en la crítica, en el sarcasmo. Otra cosa es la acción cívica, unitaria y contundente.
Ni siquiera tenemos la excusa de haber sufrido una guerra o soportado una posguerra o tenido que construir el Valle de los Caídos a sangre y fuego. No venimos de aquella resignada cabeza baja.
Nuestra pasividad procede de pasados mucho menos dolorosos, nuestra gente de hoy no fue entrenada en la sumisión por el garrote. Por eso a nuestros amos les basta con dosificarnos las pérdidas: ahora de una en una, ahora en aluvión, ahora ninguna, ahora todas a la vez.
A España le han aplicado un despiece y venta similar al realizado en Irak, aunque siempre es de agradecer que a nosotros no nos bombardearan –les faltó cuajo para declarar a ZP seguidor de Sadam Husein y liberarnos a misilazos–, y que adoptaran métodos no precisamente democráticos pero pacíficos –decretazos– para vaciar de todo contenido, excepto cuatro cosillas –la monarquía, por ejemplo– la Constitución que claman respetar. Es genial, y hay que felicitar a la esfinge que nos gobierna por el desmantelamiento del Estado Social perpetrado urnas mediante. El mismo tipo que, en los 80, escribió que la lucha por la igualdad de derechos es "envidia de clase", nos aplica ahora el castigo por lo que considera nuestro pecado. Y le sale bien, y está contento. ¿Quién dijo que no iba a llegar lejos? Ni siquiera Aznar hubiera podido soñar que aquel a quien nombró con su displicente dedo iba a resultar el verdugo más adecuado en las circunstancia oportunas.
La cesta de Navidad nos llega carente de obsequios y repleta de sinsabores. Hubo un tiempo en que nos gustaba que nos regalaran un jamón. Hoy me conformaría con conquistar la dignidad como ciudadana.
Perdonen que no me arrodille 20.11.2013 eldiario.es
"Todo empieza dentro de uno mismo, que ni arrinconados en nuestra intimidad puede ser, el rendirse, una opción. "No pasarán", el más pisoteado de los lemas, vence verdaderamente cuando se aplica a nuestro interior"
Si os manifestáis, os multan o detienen. Si os multan o detienen arbitrariamente (perdonad la redundancia, dado el contexto) porque osáis defender vuestros derechos y queréis que os hagan justicia, debéis pagar las tasas de juicio. Y, cuando os mienten con el cuento de que vamos a mejor, ni siquiera podréis contradecirles mostrándoles a vuestros hijos sin pan. Siempre saldrá un Don Alguien que les dará la razón, porque es verdad que su economía va bien y que la gente que trafica –hoy me lo ha asegurado el ejecutivo de una inmobiliaria– tiene los brotes verdes brotándoles, de nuevo, de los sobacos, y puede emplear a gente con títulos e idiomas por la mitad del sueldo de un conserje de antes. A la vuestra, a esa pequeña voz de sacrificados en vena, no va a hacerle caso nadie.
Han vencido. Es cierto que ellos salen de la crisis y que ellos, a efectos de supervivencia de su especie, tienen razón. Están surgiendo del túnel, están viendo la luz, conducen la locomotora absolutista, dejan que los indios de la oposición sigan entreteniéndose con sus tonterías durante tantas lunas como sea necesario, y arrastran vagones cargados con miles de silentes borregos a los que esquilar y esquilmar con el beneplácito y para el beneficio del banquero, el empresario y el consejero delegado, nuestra nueva Santísima Trinidad.
Hay que reconocerlo. Se lo han montado de puta madre. Estos más o menos bien nacidos para mandar que constituyen el nuevo antiguo régimen han conseguido un éxito doble. Uno, desarticularnos; y dos, lo que más me duele, celebrarlo en el día en que se cumplen los nunca bastantes años que han caído desde aquel 20-N en el que feneció Francisco Franco, pero no así su Arriba España. La España de Arriba, de los educados matones que no soporta que les muestren una sandalia, de los barrios gangosos donde se respira mejor y en donde el aborto, fraguado y silenciado entre la abuela y la chacha y el ginecólogo de la familia, huele a manta caliente y a confitura de albaricoque. La España de los dos Arturos Fernández, con batines de seda, trajes de etiqueta y moral intercambiables.
Pero no quiero terminar con algo tan amargo. Quiero deciros que todo empieza dentro de uno mismo, que ni arrinconados en nuestra intimidad puede ser, el rendirse, una opción. "No pasarán", el más pisoteado de los lemas, vence verdaderamente cuando se aplica a nuestro interior.
No les dejéis pasar a vuestra conciencia. Ni a ellos, ni a sus mentiras.
http://www.eldiario.es/zonacritica/Perdonen-arrodille_6_198840133.html
Vivir con la mentira - 25.09.2013 eldiario.es
La mentira se ha instalado entre nosotros como una mofeta de compañía. Al principio, su fetidez nos producía náuseas. Poco a poco nos hemos ido acostumbrando. Además, tiene un bonito pelo, ¿no les parece?
Sin embargo, en las últimas veinticuatro horas se han pronunciado oficialmente dos frases sinceras. Una, cuando el cirujano de Su felizmente operada Majestad dijo, como al desgaire, que "yo no sé cuáles son las actividades de un rey" (cito de memoria). Me quedé noqueada, consciente de que acababa de escuchar la única verdad del día.
Error: faltaba otra. Ocurrió cuando Rajoy en Nueva York levó el ancla de su cerebro para soltar un hilillo: "Eso no nos lo planteamos hacer". Se refería a los cambios de la Consti para otorgarle al heredero más representación, en un probable futuro de quirófanos y convalecencias.
Es obvio que lo del primero era un rasgo aclaratorio propio del sentido común y proveniente, por más señas, de un hombre que no vive en España, no contaminado. Pero lo del presidente fue como el yang de su yin, el reverso exacto de la única frase honesta pronunciada por él con anterioridad: aquel insistente "Vamos a hacer lo que tenemos que hacer" que todavía me hiela la sangre, visto lo visto y lo que queda por ver. Estas dos sentencias suyas le definen. O mejor dicho, con esas palabras queda firmada nuestra sentencia.
Hacer lo que dijo que tenía que hacer para que empiecen a llamarnos el Pueblo Elegido para Ser Sometido (lo de Grecia puede ser más brutal; lo nuestro es más siniestro), y no tener planeado hacer lo que tal vez sería conveniente que hiciera para que no se monte otro carajal cuando el monarca decaiga aún más, y siga negándose a ser un retirado viviente a la benedictina. Ése es su plan taoísta-mariano.
Vivir con la mofeta está convirtiéndose en una cómoda resignación, y nos deja inertes ante las verdades que matan. En nuestra aceptación del mamífero subyace una verdad terrible. Y es que si ha dejado de apestar es porque ya no nos teme.
Quizá deberíamos sacudirle un par de buenos meneos públicos.
http://www.eldiario.es/zonacritica/Vivir-mentira_6_179242098.html
MARUJA TORRES
PERDONEN QUE NO ME LEVANTE
(elpais.es)
Con pelos y señales
Maruja Torres cuenta su despedida de El País 18-05-2013Por fin tengo un ratico para contaros lo de anteayer con detalle, como os merecéis.
Por semana santa recibí una carta certificada en la que se me comunicaba que, dado que mi compromiso con la empresa terminaba a finales de este junio, no se me iba a renovar “en los mismos términos” (el entrecomillado es mío). Lo firmaba la directora de Administración de Redacción, ex directora de Recursos Humanos, ex jefa de Personal, ex miembro del Comité de Empresa (y de CC. OO.: de eso hace muchos años). Yo pensé que debía haberla firmado el director, Javier Moreno, y también pensé que no iba a ser yo quien les llamara para preguntar en qué condiciones me querían. Me he sentido condenada desde que me puse públicamente en contra del ERE. Esas cosas no hace falta que te las digan. Se nota.
El caso es que me marché a Atenas, al viaje que ya conocéis. Y un buen día, el mismo en el que fallecieron Sara Montiel y Margaret Thatcher empecé a recibir llamadas del periódico. Como estaba celebrando la muerte de la segunda, no contesté. Pensé que a lo mejor querían un obituario de Sarita: había olvidado que en ese diario ya hay gente -no los míos: otros- que se despedaza hasta por escribir las necrológicas. El caso es que por la noche abrí el correo y me encontré un mensaje de secretaría de dirección porque me buscaba Javier para hablar conmigo. Le llamé, bromeamos amablemente -muy hipócritas los dos: conforme hablábamos nos iban creciendo sendas narices de Pinocho-, y me espetó un “quiero que te integres más en El País” que me dejó tiesa. Le pregunté cómo y me dijo que había pensado que hiciera reportajes. “Tengo 70 años, es tarde. Me habéis tenido años sin encargarme nada”. Me dijo que había cosas que podía hacer. Con la mosca en la oreja le pregunté: “¿No será que quieres sacarme de Opinión?”. “Esto es aparte”, me dijo, “hay una reestructuración, es para hablarlo personamente”. A través de su secretaria se acordó que el 16 de mayo a las 16.45 me recibiría en su despacho. Eso fue ayer.
Nos sentamos en su sofá, hicimos unos paripés, se me puso a lloriquear sobre lo mal que está todo y cómo cae la publicidad… Y luego me dijo que tenía una idea para mí, pero que todavía no sabía qué, ni cómo, que tenía que hablarlo con los de Domingo, pero que ya se les ocurriría. No dudé en preguntarle: “¿Eso es porque ya no me quieres en Opinión?”. Primero intentó echar balones fuera -eso será lo que le dirá al defensor del lector, supongo- diciendo que prepara una profunda restructuración, que en Opinión va a entrar gente nueva. “No hagas que te dé nombres, todavía no sé cuáles”. “Eso a mí no me importa. Pero dime que no me quieres en Opinión”. Se le fue poniendo esa mirada de guillotina, ese hielo en los ojos del que sabe que ha llegado el momento de asestar el golpe. A mi se me erizaron las vértebras porque estaba teniendo el privilegio de contemplar, en directo, y en acción, a un ejemplar de esa camada negra -y gris- que ahora intenta destruirnos. “No, no te quiero en Opinión”. “¿No me quieres ahora ni nunca más en Opinión?”. Lo ratificó. Cuando empezó a decirme que tenía otras ideas para mí le dije que era Opinión o nada, que yo soy opinión y que a través de mí opinan mis lectores. “No tenemos nada más de que hablar”, le dije. “Se acabó la conversación y se acaba mi vinculación con el periódico”. “Esto no me lo esperaba”, dijo. Y, efectivamente, lucía una mandíbula descolgada. “Esto no tenía que acabar así. No me has dejado ni contarte lo que quiero ofrecerte”. Ahí fue cuando le espeté esa frase que llevo toda mi vida queriendo colocarle a alguien de su nivel: “¿Pero tú sabes con quién estás hablando? Soy Maruja Torres y tengo muchos lectores que me he ganado a pulso opinando”.
Cuando me levanté e íbamos hacia la puerta le comenté que aunque me queda un mes de compromiso, dada la tensión reinante creía que era mejor que dejara de escribir de inmediato, y estuvo de acuerdo. Salimos y él se escabulló en dirección al jefe de Opinión, otro que tal. Dije adiós a las amigas de la sección y me fui.
En recepción me pidieron el último taxi desde Miguel Yuste 40.
Al final de trayecto me esperaba una gran amiga. Con su ayuda salí del armario en Twitter, donde estaba como observadora como @mistrals, con unos cien seguidores. Di la noticia y hoy tengo casi seis mil.
Habéis sido maravillosos: vosotros, los compañeros de trabajo, los de profesión, los medios .com y los tradicionales, los amigos de Facebook, el comité de empresa del diario, los vecinos, los acompañantes en el viaje de la vida. Os doy las gracias y os digo que continuaremos. Claro que sí. Ayer pasé el día con mis jóvenes amigos de ‘Mongolia’, en un seminario sobre prensa de papel, de humor y sátira, y muchas más cosas. Hicimos proyectos. Pero habrá más cosas. Ahora necesito airearme y mimarme.
Ah, quedan un par de Perdonen que entregué quince días y una semana antes. Si no son muy buenos no me lo tengáis en cuenta: no sabía que iban a ser póstumos. Considerad que mi colu del jueves último fue mi despedida de ese medio al que quise tanto cuando era querible. Hoy todavía quedan en él muchas personas a las que aprecio y admiro, tanto entre los asqueados veteranos como entre los explotados jóvenes.
ME SIENTO MÁS LIBRE QUE NUNCA. Y hay también pena, claro. Me estoy acordando mucho de Jesús de Polanco y de su hija Isabel. Esperadme en el cielo, guapos.
http://www.marujatorres.com/
Ignominia
MARUJA TORRES 16 MAY 2013
Hay más dignidad en la uña del meñique de un desahuciado que en toda la cúpula que nos aniebla
Vivimos en un tiempo de canallas sumidos en un estado de necedad permanente. Lo interesante para quienes somos víctimas del navajismo institucional, de lo que ha dado en llamarse su violencia simbólica, es averiguar qué nació primero. Si el ser canalla o el ser necio. Quién alimenta a quién. O si el canalla, al saberse aupado por sus pares a la cresta del capitalismo caníbal, ha perdido toda compostura, todo pudor, y no le importa en lo más mínimo que su retorcida necedad se exhiba en plaza pública. ¿Quién va a bajarme de la cima? ¿A mí? Vamos, hombre.
Así es como los Wert, Ruiz-Gallardón, Margallo, Morenés y Rajoy, por citar solo a algunos; las Báñez, Botella, Cifuentes y Cospedal, por mencionar a unas pocas otras. Así es como los directivos de la televisión pública y sus palmeros, y los guerra civilistas de los periódicos insanos. Así es como los ejecutivos de las grandes empresas y de los grandes bancos que se blindan los sueldos y las pensiones y los bonos... Así es, termino por fin la frase —en algún momento hay que hacerlo, pero sujetos no faltan—, así es como toda esta banda de añejos arribistas se carcajea de nosotros. Pisoteando nuestros cráneos y sin importarles la vergüenza ajena que sus dislates nos provocan.
“¡Mira, madre! ¡Estoy en la cima del mundo!”, gritaba al final de Al rojo vivo, la película de Roul Walsh, el asesino nato Cody Jarret, héroe negativo de una época turbulenta.
Estos depredadores de ahora se gritan los unos a los otros: mira chico, yo también he llegado, y cada día se me ocurre algo más necio. Los de abajo, los desangrados, empezamos a añorar a los clásicos gánsteres.
Hay más dignidad en la uña del meñique de un desahuciado que en toda la cúpula que nos aniebla.
http://elpais.com/elpais/2013/05/15/opinion/1368615782_833454.html
Escrache y represión
7 ABR 2013 - El pais
Primero se quedaron con la democracia, luego fueron a por el país, y más tarde, aprovechando que sus propias leyes y cortapisas les favorecían, se agarraron a la impunidad. No contentos con ello, cuando gente indignada –nunca la suficiente, pero sí la bastante para empezar a levantar cabeza– les afeó en la cara su comportamiento, haciéndoles escrache, a esa gente la llamaron fascista, ellos, que vienen de una buena cepa, y la llamaron pro-ETA, ellos, que creen que la libertad es un reloj de cuco que solo asoma cuando le dan cuerda desde la superioridad. Les acusaron de “violencia agresiva”, y acusaron a los partidos habituales de instigarla. Por consiguiente, les mandaron a la policía, que además de ser suya es budista y practica la no violencia. Detalle, este último, que indignados de toda edad y condición ya conocían, en sus propias carnes, de encuentros anteriores con los antidisturbios.
Cuando un cuerpo social se descompone, quiero decir cuando pierde la compostura, se le van cayendo las máscaras, y eso ocurre con el partido en el Gobierno y sus títeres. Pero hay un disfraz que nunca les falta, que no desaparece: el de la calumnia, el de las palabras. Por el contrario, les crece como un inmenso sapo que nos devora, como una lava que mancha y pudre, el mal uso de las palabras.
Dentro del proceso de hipnosis colectiva que este país ha ido interiorizando mientras creía que las cosas iban bien, la perversión del lenguaje y, sobre todo, el uso de eslóganes y términos antes utilizados por la izquierda ha culminado con la aparición del término fascista, malévolamente usado por las Bernardas Pardas del régimen y sus floripondios expresivos. Es la culminación lógica: empezaron hace unos quince años, cuando, en los homenajes a sus víctimas, precisamente de ETA, se entregaron a tararear el No nos moverán con un mechero encendido en la mano. No les costó mucho adaptarse. Al fin y al cabo, venían del No pasarán de Celia Gámez, que también es muy pegadizo, pero en chotis.
Reinventando el fascismo –deliberadamente confundiéndolo con la ira que la violencia del sistema despierta en sus víctimas–, los voceros del régimen crean el contexto para la represión. No me cabe duda de que lo de la calle no es precisamente un minué, habida cuenta, sobre todo, de la respuesta cínica y cruel que reciben sus reivindicaciones. Pero qué quieren que les diga: yo creo que la caja de los truenos la han destapado ustedes los del –como dijo una de sus Bernardas– verdadero Partido de los Trabajadores, que toma ya retorcimiento pardo.
Qué cansino, además de lo demás, está siendo el asunto. Quizá por eso se nos paraliza el acelerador, porque la sola idea del mundo que nos viene, ordeñando las vacas de Heidi en el Tirol como tirando a mucho, cansa desde ya. Ocurre, sin embargo, que unos empujan los mundos, al mando de la apisonadora, y su avance parece imparable. Hasta que otros se dedican a poner obstáculos. Una piedrecita colocada en el sitio justo… No obstante, tal piedrecita tiene que ser el resumen del sentimiento de muchísimos, de la ira bien canalizada.
Hemos visto ya demasiadas imágenes de los desahucios, por poner un ejemplo, por no extendernos a esas familias en las que un hijo come únicamente los lunes, miércoles y viernes, y el otro, los días restantes. Díganme ustedes quiénes ejercen la violencia, por muy legitimada que haya sido en las cavernas de la Unión Europea del Norte, o sea, de más allá del muro.
Mira tú qué bien, lo que tiene la mala baba. He empezado por Lorca y termino con Juego de tronos. Para que digan que no está una a la última. Por cierto, me encanta el escrache.
http://elpais.com/elpais/2013/04/03/eps/1364988285_062946.htmlLos pobres
MARUJA TORRES 11 OCT 2012 - El País
Se habla mucho de lo que sufren quienes son objeto de despidos, de reajustes, de rebajas y de, en general, lo que ahora se denomina como “adecuación a las circunstancias actuales”, sutil metáfora de escabechina. Demagogia. Es fácil ponerse del lado del débil. Sin embargo, nadie se compadece de los jefes.
Son ellos, no obstante, desde los más altos lugares en la cadena de mando hasta los útiles capataces, los que, en silencio y en soledad, se encierran entre las cuarenta paredes de sus pisos de trescientos metros y lloran dolorosamente por los otros. A mí se me encoge el corazón cuando pienso en esos ejecutivos que vuelan en business o en primera —algunos, incluso, en el pavoroso aislamiento de su jet privado, propio o de alquiler—, y que no pueden hacer otra cosa, entiéndanlo bien. No pueden sino aceptar el horror que les ha tocado ejecutar, y emprenderlo con la misma responsabilidad con que, cuando se trata de sacar una media de sueldos por trabajador, y con objeto de disimular lo poco que cobran muchos, arriman sus emolumentos a la suma total, logrando así que salga una cifra presentable y decente, que legitime la carnicería ante los ciudadanos lampantes.
Esos hombres y mujeres, solitarios y heroicos, hacen lo que tienen que hacer para seguir cobrando y preservando los intereses de los accionistas: porque de ellos dependen muchas familias. La del que prepara el catering en la fiesta de cumpleaños, las de los profesores del colegio de los niños en Estados Unidos, la de esa pobre chica que les hace la manicura. Por no hablar del señor Armani ni del señor Audi, que tienen que comer.
No me digan nada de los trabajadores. Piensen en los jefes. Y en todo lo que han tenido que traicionar un día tras otro. Los pobres.
http://elpais.com/elpais/2012/10/10/opinion/1349865308_647102.html
La Banda
Maruja Torres 31 MAY 2012 - El País
Si esto es un naufragio, los hay que flotan sobre nosotros en yate o jet privado. Se nos está informando minuto a minuto acerca de la espectacularidad de la caída y de la profundidad a la que llegaremos, pero carecemos de datos sobre quienes la propiciaron en su provecho. Si esto es un naufragio, no debemos olvidar —ni perdonar— que quienes ahora nos ahogamos lo hacemos para asegurar el bienestar de ese pequeño porcentaje de traficantes que se están apoderando de la mayor parte de la riqueza del mundo. A cambio de hundirnos, la Banda Internacional de los Ejecutantes se ha hecho con los sueldazos, las indemnizaciones, los bonos, los intereses, el capital y los calzoncillos. Los Gobiernos socialdemócratas empezaron a preparar el terreno, con esa pusilanimidad que les caracteriza. Las derechas lo hacen mejor: resueltamente. Entre tanto, nos venden la película de que fuimos nosotros quienes destrozamos el barco.Todo este catacrac forma parte de un plan deliberado para convertir a los europeos —empezando por el Sur: pero espera, Alemania— en chinos de los de antes, de cuyos beneficios, un trabajo de mierda pésimamente pagado hasta la muerte, serán eliminados quienes no se conformen con comer solo el arroz necesario para poder seguir currando, los demasiado viejos, los que no estén sanos, los que no trabajen demasiado rápido. ¿Y por qué no también las mujeres, que pueden quedar embarazadas, y los homosexuales, que pierden tanto tiempo acicalándose? Cualquier barbaridad es posible para estos nuevos hunos que asuelan Europa. Asnos ávidos de dinero y de brillo social, convertidos en ejecutivos, pisotean nuestros restos. Cargarse nuestra capacidad de consumo ya no les preocupa. Solo les importa la suya. Yates, jets, fincas, fiestas, chorradas de marca con las que sobrevuelan placenteramente el naufragio. Es la nueva Peste, y la vacuna, llamada Transparencia, también fue robada.
http://elpais.com/elpais/2012/05/30/opinion/1338370633_938081.html
Ni uno más Si la caza debió desaparecer con el Neolítico, la Monarquía debería desaparecer ahora. Haremos lo posible.
Maruja Torres El País 19 ABR 2012
Queridas viudas y huérfanos de la selva, la sabana, las estepas y demás enclaves naturales en donde soléis intentar sobrevivir a la maldad de los hombres prepotentes y estúpidos:
Por razones obvias de falta de transparencia carezco de datos para conformar el elenco de bajas que la más alta autoridad institucional de este país ha causado deliberadamente a vuestras familias. Sé de osos, de elefantes, de bisontes, de búfalos, de tigres... Pero no tengo la lista completa, aunque puedo imaginarla. Dada la edad avanzada del sujeto, que empezó a disparar muy joven, y que no se le conocen errores desde aquel en el que se llevó por delante a su hermano, es muy posible que mientras nosotros, aquí, nos debatimos en una crisis terrible, vosotros, ahí, todavía sigáis llorando la desaparición, por un tiroteo criminal y cobarde, de vuestros seres queridos. Sobre todo los elefantes, que tenéis tan buena memoria. Sabed que la mayoría de los españoles sufrimos por vuestras pérdidas.
Sabed también que no nos produce el menor alivio el hecho de que la última cacería de los vuestros le fuera pagada a nuestro monarca titular —no moral: esto no es la selva, ni él es el Rey León— por un millonario saudí de origen sirio, perteneciente a esa otra fauna de gentes adineradas que él frecuenta, en este caso sacrificándose estrictamente por ¡España! Sabed que estamos avergonzados, abochornados, indignados y hasta la cresta de tanta miseria ética y estética, y que os acompañamos en el sentimiento.
Os pedimos disculpas. Si la caza debió desaparecer con el Neolítico, la Monarquía debería desaparecer ahora. Haremos lo posible. Entretanto, es mejor que os pongáis a salvo en cuanto diviséis a un anciano rubio y coloradote que cojea. Es letal y va armado.
http://elpais.com/elpais/2012/04/18/opinion/1334741560_686612.html
Sin piedad
Esto no es una crisis. Esto es una remodelación del mundo, emprendida por los poderosos
Maruja Torres – El País - 12 ABR 2012
Me preguntaron para una entrevista si Rajoy es el hombre adecuado para esta crisis. Respondí que, en primer lugar, esto no es una crisis. Esto es una remodelación del mundo, emprendida por los poderosos para que los débiles pierdan lo poco que han conseguido a lo largo de décadas de lucha. Esta es una asiatización, una tercermundialización (palabras nuevas para tiempos nuevos) de Europa, de la más indefensa, y más que eso, es el surgimiento de cosas que ni siquiera somos capaces de imaginar. Por lo menos, yo no tengo ni idea, pero me parece que caminamos hacia sociedades para las que Juego de tronos (adoro esa serie que representa nuestro pasado en el corazón de las tinieblas) será algo así como el telediario de mediodía.
Dentro de ese esquema de arrasamiento y derribo, claro que Rajoy y sus acompañantes constituyen la mejor opción. Lo que tienen que hacer lo hacen rápido, de un tajo, limpiamente, sin remordimientos. Al presidente de lo que va quedando de este país se le nota una ardiente impaciencia cada vez que no tiene más remedio que dar explicaciones en el Congreso, no sólo porque con la mayoría que se le ha otorgado se pasa las sesiones parlamentarias y a los adversarios políticos por el forro, sino porque sabe perfectamente que ni los congresistas ni los ciudadanos gracias a cuyo voto fueron elegidos van a pintar algo en el mundo que viene.
Rajoy es un gran liquidador, y su equipo de limpieza, muy competente. Para facilitar su tarea, de vez en cuando la mala oficial del PP, doña Esperanza Aguirre, se suelta la moña y plantea un nuevo dislate, y los coristas se escandalizan, vociferantes, o se ponen púlcramente en contra, y ahí queda eso. Esa apariencia de que se va improvisando.
De improvisar, nada. Está todo muy controlado.
http://elpais.com/elpais/2012/04/11/opinion/1334139253_564824.html
MARUJA TORRES 05/02/2012
Queridos 'ayatobispos'
"Me fascina vuestra necesidad de meter baza en los asuntos sexuales de la gente"
Esta es la carta que os dirige una simple mujer que, aunque no ha perdido el sueño de un país laico en el que ni vosotros, ni vuestros pares de cualquier otra religión, metan cuchara en la vida de los ciudadanos, y que, aunque ahora mismo no deja de canturrear el Himno de Riego por el pasillo de su casa... Pese a ello, y ni siquiera con este bagaje ético-estético a mis espaldas, puedo dejar de reconocer que:
¡Sois la bomba! Sois unos petardazos. Sois la falla. Sois el incendio de Roma. Sois la hostia.
Todavía me siento conmocionada por la habilidad con que disponéis del espacio escénico en cuanto avistáis una mínima posibilidad de enrollaros el marabú, saltar a la pasarela y acaparar el foco. No caeré en la tentación de proclamar que todos los cardenales, arzobispos y obispos sois iguales -consciente como estoy de que los hay notablemente peores-, pero sí me precipitaré en la de confesaros que me fascina vuestra perseverancia. A propósito, si me entrego al tuteo es porque, en este caso, el tuteo tiene razones que el corazón no entiende, como detallaré más abajo.
Por el momento, dejadme seguir alabando vuestro sentido de, por ejemplo, la imitación. Como los asesinos de mujeres, o como los suicidas, que se entusiasman los unos a los otros al contemplar, al enterarse de lo que han hecho, los ayatobispos debéis de experimentar el gusanillo de la emulación, y os emuláis, pues, los unos a los otros, que da gloria, en las declaraciones sobre el sexo y las costumbres privadas. No falla nunca: sale un obispo, y poco después le refuerza un arzobispo. O declama un cardenal, y acto seguido saltan los coros de hombres píos.
Y cómo os calienta la temática de la intimidad carnal. ¿Es porque no la catasteis? Porque no será por principios. De sobra sabéis que el dios que predicáis -el del amor al prójimo-, si existiera, os habría hecho butifarra hace ya un par de milenios.
Siempre me ha fascinado vuestra ansiosa necesidad, la compulsión que sentís de meter baza en los asuntos sexuales de la gente. ¿Es vuestra forma de practicar el sexo? ¿Es vuestra versión del sexo oral? Posiblemente, pero debo deciros que resulta repugnante enfocar -aunque la prefiero a que os entreguéis a la pederastia, otro efecto contagio que os posee demasiado a menudo-, por ejemplo, un primer plano de los labios del obispo de Tarragona cuando, con sumo deleite, anatematiza a los gays, y se complace en negar derechos a las mujeres, y en hablar de partos -vosotros: ¡de partos!-, y en tratar al hombre (al tradicional suyo, no al verdadero: tranquilos) de chiquitín de la casa. Por todos los demonios, qué espectáculo tan asqueroso. Unos delgados, yertos, estériles labios opusinos, hablando de las cosas de la vida.
¿dónde os educan, de dónde salís? ¿En qué criadero os reproducís, criaturas mutantes que constantemente camináis hacia atrás, que os refociláis en el tenebrismo y que sólo entendéis el sacrificio de cintura para abajo y de libertad para arriba? ¿En qué lugar de vuestro organismo os colocan el resorte que hará que saltéis una y otra vez -retrocediendo, simultáneamente, a la oscuridad de los tiempos- para contarnos lo que opináis -vosotros, seres ociosos y empingorotados- de nuestras formas de vida? ¿Acaso el mecanismo se encuentra entre vuestras piernas, de ahí que os avise, con la frecuencia de la frustración, cuando oteáis que otros satisfacen su cuerpo de espaldas a vuestros anatemas?
Ésta es la carta que os dirige una mujer. Una simple mujer que ejerce el derecho a tutearos esgrimiendo, como razones, esos 13.266.216,12 euros que, durante todo este año, el Estado entregará mensualmente a la Iglesia católica, "a cuenta de la cantidad que deba asignar a la Iglesia por aplicación de lo dispuesto en los apartados uno y dos de la disposición adicional decimoctava de la ley 42/2006, de 28 de diciembre, de Presupuestos Generales del Estado para el año 2007", según se determina en el Boletín Oficial del Estado número 315, del 31 de diciembre de 2011.
O sea: 13 millones, más un cuarto de millón, más 16.000, más 216 euros, más 12 céntimos. Al mes. De nuestros impuestos.
www.marujatorres.com