La cosa ha quedado bastante clara. Estamos donde estábamos. En 1789 y
en 1936. Una minoría oligárquica, un conjunto de privilegiados que
explotan, parasitan y viven a costa de una amplia mayoría y que están
dispuestos a eternizarse en esta situación. Desde las falsas e ilegales
mayorías. Desde las leyes injustas y desde los medios de desinformación
de masas.
O ellos o nosotros. Es la lucha de clases, idiotas. Esos niñatos
engominados que con corbatas verde acuden al Congreso, esas muñecas
peponas bronceadas con rayos uva, hijas de su franquista y corrupto
padre y de su p…epera madre, que aplauden y jalean que se le recorte la
prestación a los parados, que se suba el IVA a los servicios funerarios,
que mandan a Cuba a los sindicalistas e insultan como vagos a los
desempleados. O ellos o nosotros. Y pasaran meses, años, bienios o
trienios, pero vamos a ser nosotros.
¡Que se jodan ellos! Si, que se jodan, cuando los veamos correr
buscando un agujerillo por la Castellana o por el Paseo de Gracia,
perseguidos como lo que son, malnacidos, delincuentes y vividores de lo
ajeno. Lo vimos en la película Novecento y lo veremos en vivo. Pasará un
tiempo, indefinido, pero pasará.
Han disimulado su real ideología, sus principios y sus intenciones.
Le llaman crisis a su monumental estafa, hablan como un microsurco
rayado de la “herencia recibida”, pero su objetivo único era desposeer
de derechos a los trabajadores, atracar a las clases populares para que
paguen sus deudas privadas, las de sus bancos y las de sus burbujas
inmobiliarias, los tributos que dejan de pagar con sus SICAVs, con sus
amnistías fraudulentas y aplaudir e insultar desde sus casposas escaños
de representantes de su merde.
He aquí el trajín central del franquismo español, nunca enterrado, al
que le “toca” una decena de veces la lotería con décimos que compran
después del sorteo, que cobran dietas como diputados por Castellón
cuando viven en una urbanización de lujo en el Madrid más facha, que no
pueden mentir y robar más y que toda su ideología se guisa en un perol
con tres condimentos: insolidaridad, reaccionarismo y fraude.
Vivimos en su mismo caldo. Sus monarcas y sus iglesias, contemplan, intocables, como se pudren los demás. Una altanera destemplanza de representantes de no se sabe que.
Vivimos en su mismo caldo. Sus monarcas y sus iglesias, contemplan, intocables, como se pudren los demás. Una altanera destemplanza de representantes de no se sabe que.
Una ministra italiana, de derechas, lloró, sincera y amargamente,
cuando tuvo que anunciar unas medidas contra la población civil, otra,
una vicepresidenta de una tómbola, hija de un generalote golpista y
chapucero, sonreía, feliz, cuando se anunciaban las mismas medidas en su
país. Hay, hasta distintas formas de ser de derechas. Y a nosotros nos
han tocado las peores.
O ellos o nosotros. Y seremos nosotros.
Y se joderan, ellos.
http://lucasleonsimon.wordpress.com/2012/07/15/que-se-jodan/