Lucas León 4.1.2014 lucasleonsimon.wordpress.com
He aquí las llamadas fiestas navideñas. Con su “espíritu” incluido. Una masa enfebrecida abarrotando tiendas y haciendo de cualquier cosa un paquete con papeles florecidos. Una multitud que se pasa todo un mes comprando jamones, atragantándose con uvas, derramando champagne y obsesionándose con el “regalo” para la abuela y el perfume caro para el compañero/a.
Y todavía hablan de espíritu. Y de paz, que claro, está en las alturas. Es un calculado sistema de consumo masivo. Una agresión, mas, del sistema. Y además de borracheras hay unos señores que hacen de “magos” con estrellas y todo, para que la magia acabe en estrellamiento.
Todo el mundo tiene que regalarle algo a alguien. Si no se “queda” mal, porque el otro esperará el regalo y aunque se tambalee la asignación para la ineludible hipoteca, hay que comprar el besugo en Nochebuena y las zapatillas de paño la noche de Reyes.
Y las comidas. Y las bebidas. Y las básculas. Y el colesterol. Y seis millones de parados. No hay lugar para la elección, el sistema nos desarma y nos pone a disposición de una cierta idea comercial y almibarada de la “familia”. ¿Dónde está la paz?
Y los mensajes de los reyes y los presidentes, desde la hipocresía y la mentira contumaz y absoluta.
Y hay que aguantar la televisión, y las momias de los anuncios de la lotería, y los programas especiales de navidad y fin de año, y esos “artistas” –como la copa de un pino- que tenemos en nuestro país y que tienen tanto “arte”. E ingenio, sobretodo eso, que no cuentan nunca los mismos chistes (el cateto, el mariquita y el gangoso…)
¿Qué es lo que hay detrás de esta mascarada? Dicen que conmemoran el nacimiento de un redentor del mundo, pero, la verdad, redimidos estamos poco. Somos cada vez más esclavos. Y los amos cada vez son más señores y más ricos. ¡Y venga Navidad, y bolas para el árbol y villancicos!
Son muy difíciles estas fechas. Y acabo por entender a esos que alguna vez se tiran por un balcón. Nunca se, por estas calendas, si un laurel o un bolso de Vuitton, cubrirá nuestra tumba.
Pero si tiene que ser el bolso, que venga solo. Que Rita Barberá se quede atrás.
http://lucasleonsimon.wordpress.com/2014/01/04/el-espiritu-de-la-navidad-en-forma-de-besugo/