domingo, 15 de abril de 2012

Mal día para matar elefantes


Carlos Carnicero 14/04/2012

Circulaba por las redes sociales una foto del Rey con un elefante al que se supone que acaba de dar caza. El enlace a  la foto ha sido censurado.  Esconder los hechos es la torpeza que faltaba hoy por realizar. Mala gestión del servicio de prensa de la Casa Real. Es/era una imagen terrible de una animal en vías de extinción abatido por arma de fuego. ¿Qué les pasa a los Borbones con las escopetas? ¿No pueden vivir sin disparar?

 
Foto censurada del Rey con su víctima.

El Rey tiene derechos, muchos, y algunas obligaciones. Salir de España sin conocimiento de la opinión pública no parece indicado. Irse a cazar elefantes a África parece una frivolidad en todo caso y más en estos tiempos de crisis.

La Monarquía está en el ojo del huracán. La crisis del caso Urdangarín es de primer nivel. El accidente con arma de fuego del nieto mayor del Rey revela que algo anda mal en la Familia Real cuando se le deja manipular a un menor de trece años una escopeta de caza. Eso está expresamente prohibido.

La fatalidad ha hecho coincidir el accidente del Rey, con rotura de la cadera por tres sitios, en el aniversario de la República. Casualidad, sin duda, pero con cierta carga alegórica. La Monarquía estará vigente en España mientras los españoles quieran que esté. Ni un minuto más. Convendría que los miembros de la Corona tuvieran una prudencia y una ejemplaridad exquisita. Porque los tiempos de crisis promueven convulsiones y cambios. Y la monarquía, en España, se soporta en la legalidad y se mantiene por las simpatía y la eficacia del Rey como jefe del Estado. Pero no existe un gran arraigo social. La sombra de que el Rey fue nombrado heredero de la jefatura del estado por el general Franco no se ha borrado de la memoria. Y ese déficit se conjugó legalmente con la Constitución de 1978. Y el Rey consiguió su convalidación popular con su actitud frente al golpe del 23-F. Pero la Monarquía todavía necesita una convalidación cotidiana. Y cada vez que mete la pata una persona vinculada a la Familia Real, la institución se tambalea.

No son tiempos para matar elefantes. No debieran ser cazados nunca, pero menos en estos tiempos. No ha sido una cacería apropiada. Y los ciudadanos se preguntan cómo el Rey de España se puede ir a matar elefantes y solo nos enteremos cuando se fractura la cadera.